Según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la guerra en Ucrania aceleraría el cambio hacia energías limpias.

Publicado: 2022-10-30   Clicks: 1494

     Tendencias venideras de la aenergía limpia

   Menos de dos semanas antes de que los representantes de las naciones del mundo se reúnan Sharm el Sheikh (Egipto), para revisar los avances de las conversaciones climáticas de la ONU, en donde los diplomáticos debatirán si y cómo intensificar los esfuerzos para frenar las emisiones de combustibles fósiles, además de proporcionar más ayuda financiera de las naciones más ricas a las más pobres, la ONU publicó los informes preparatorios que servirán de guía para el ejercicio político-instructivo y de decisiones estratégicas.

      Por separado, a finales de octubre de 2022, la ONU publicó su informe anual de "brecha de emisiones" que detalla las acciones que las naciones podrían tomar, si pretenden reducir las emisiones aproximadamente en la mitad de esta década y estabilizar el calentamiento global en alrededor de 1.5 grados centígrados, con el propósito de evitar un drástico aumento de las oleadas de calor, sequías, inundaciones e incendios forestales en todo el planeta.

      El informe de la ONU presentado por la Agencia Internacional de Energía AIE durante el balance anual World Energy Outlook, fue condensado en 524 páginas, en las que pronostica las tendencias energéticas mundiales hasta 2050, y señala que la mayoría de los países ahora han anunciado metas ambiciosas de emisiones "cero" mediante amplias promesas de no agregar gases de efecto invernadero a la atmósfera en una fecha determinada, que, de cumplirse, podrían limitar el calentamiento global a 1.8 grados centígrados.

      En contraste con las expectativas, el informe puntualiza que actualmente estos objetivos "no son creíbles" ya que la mayoría de los países no han formulado ni desarrollado políticas concretas para lograrlos.

      Según el informe referido, las naciones se han demorado tanto en reducir las emisiones de gases con efecto invernadero,  que en lo sucesivo tendrán que buscar una "rápida transformación de las sociedades" para cumplir con esos objetivos de cero emisiones netas. Eso podría incluir, entre otros aspectos, eliminar rápidamente la energía de carbón convencional, o durante la década venidera, estancar la venta de automóviles que funcionan con gasolina.

      En consecuencia y para estar a tono con el informe de la ONU, se espera que ese efecto sea de corta duración ,aunque en respuesta a la escasez de gas natural provocada por la invasión rusa de Ucrania, durante los diez primeros meses de 2022, algunas naciones aumentaron el consumo de carbón .

       En palabras de Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de Energía (AIE), es probable que la crisis energética provocada por el ataque militar ruso contra la vecina Ucrania, acelere en lugar de ralentizar, la transición global de los combustibles fósiles hacia tecnologías más limpias como la eólica, la solar y los vehículos eléctricos.

      Aunque algunos países han estado quemando más combustibles fósiles como el carbón este año en respuesta a la escasez de gas natural causada por la guerra en Ucrania, se supone que ese efecto sea de corta duración. No obstante, por primera vez, la agencia predice que la demanda mundial de todo tipo de combustible fósil alcanzara su punto máximo en el futuro cercano.

      Una de las razones es que muchos países han respondido al alza de los precios de los combustibles fósiles este año, adoptando turbinas eólicas, paneles solares, plantas de energía nuclear, combustibles de hidrógeno, vehículos eléctricos y bombas eléctricas para generar calor . En Estados Unidos, el Congreso aprobó más de 370 mil millones de dólares, para desarrollar tales tecnologías bajo la reciente Ley de Reducción de la Inflación.

      Japón adoptó un programa de “transformación verde” que ayudará a financiar la energía nuclear, el hidrógeno y otras tecnologías de bajas emisiones. Por su parte, China, India y Corea del Sur han aumentado actividades de investigación científica tendientes a desarrollar energía renovable y nuclear.

      Sin embargo, el cambio hacia fuentes de energía más limpias todavía no está ocurriendo lo suficientemente rápido, como para evitar niveles peligrosos de calentamiento global, a menos que los gobiernos tomen medidas mucho más enérgicas para reducir sus emisiones de dióxido de carbono que calientan el planeta en los próximos años.

      Con base en las políticas actuales implementadas por los gobiernos nacionales, se espera que el uso global de carbón comience a disminuir en los próximos años, es probable que la demanda de gas natural se estabilice en 2030, y se proyecta que el uso de petróleo se estabilice en 2035.

      Mientras tanto, se espera que la inversión global en energía limpia, aumente de 1.3 billones de dólares en 2022 a más de 2 billones de dólares anuales para 2030, lo cual es un cambio significativo.

      A juicio de Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE, los nuevos objetivos de energía limpia no se implementen únicamente por razones de cambio climático, puesto que los grandes impulsores son la seguridad energética y la política industrial, escenarios en los que los países ricos y emergentes quieren estar a la vanguardia de las industrias energéticas del futuro.

     El nuevo informe de la ONU sobre los compromisos de emisiones anteriores, indica que sería difícil evitar una interrupción severa en la trayectoria actual. Las actuales políticas energéticas ponen al mundo en camino de alcanzar las emisiones máximas de dióxido de carbono para 2025 y calentar aproximadamente 2.5 grados Celsius (4,5 grados Fahrenheit) para 2100 en comparación con los niveles preindustriales.

      Dicha concepción está alineada con proyecciones separadas publicadas por la ONU, entidad que analizó las promesas declaradas de las naciones para abordar la reducción de emisiones.

      En 2015 en París, los líderes mundiales acordaron limitar el calentamiento global promedio a alrededor de 1.5 grados centígrados (2.7 grados Fahrenheit), para evitar algunos de los riesgos más nefastos e irreversibles del cambio climático, tales como las malas cosechas generalizadas o el colapso de los ecosistemas.

     Según científicos especialistas en el tema, se requerirían mayores reducciones en los gases de efecto invernadero, con emisiones que no solo alcanzarán su punto máximo en los próximos años, sino que se reducirán casi a la mitad para fines de esta actual década . En la práctica, el planeta se ha calentado alrededor de 1.1 grados centígrados.

     Pero las promesas climáticas se quedan cortas. Según el reciente informe de la ONU, los países firmantes no están a la altura de los compromisos adquiridos para combatir el cambio climático, apuntando hacia un futuro marcado por incendios más intensos, sequías y otros estragos. Solamente 26 de las 193 naciones que acordaron el año pasado intensificar sus acciones climáticas, han seguido adelante con planes más ambiciosos.

      Las tácticas de protesta ambientalistas generan debates. Desesperados por erradicar la complacencia sobre la crisis climática, algunos activistas climáticos están recurriendo a tácticas agresivas, como arrojar comida a obras de arte de valor incalculable en los museos. Las acciones se han vuelto virales y desencadenaron una tormenta internacional de indignación y debate.

     Igualmente, hay patrones cambiantes del comportamiento del ecosistema. El enorme derretimiento de la capa de nieve  ha sido durante mucho tiempo una fuente de sustento en el noroeste del Pacífico. Pero a medida que el cambio climático hace que las estaciones sean menos predecibles y las precipitaciones más variables, la gente está reinventando el futuro de la región y las herramientas que se necesitarán para gestionarlo.

Otr reto es enfrentar la creciente sequía. La historia del prolongado combate de los Países Bajos contra el exceso de agua, se refleja en un paisaje pantanoso. Ahora, que el cambio climático está secando los pantanos, los holandeses necesitan retener el agua en lugar de eliminarla.

    Con cada fracción de grado de calentamiento global, decenas de millones de personas más en todo el mundo estarían expuestas a olas de calor potencialmente mortales, escasez de alimentos y agua, e inundaciones costeras, mientras que desaparecerían millones de mamíferos, insectos, aves y plantas.

     En palabras del doctor Birol, si queremos alcanzar objetivos climáticos más ambiciosos, es probable que para 2030 necesitemos invertir en energía limpia, 4 billones de dólares o el doble de lo que la agencia proyecta actualmente invertir, puesto que no hay suficiente inversión en el mundo en desarrollo.

     Se espera que en el balance de 2022, las emisiones globales de dióxido de carbono de los combustibles fósiles aumenten cerca del 1% y se acerquen a niveles récord, en parte debido a un aumento en el uso del carbón en Europa, a medida que los países se esfuerzan por reemplazar el gas ruso perdido. Sin olvidar que el carbón es el más contaminante de todos los combustibles fósiles.

     Aún así, ese es nivel inferior al que temían algunos analistas cuando estalló la guerra en Ucrania. El aumento de las emisiones habría sido tres veces mayor, si no hubiera sido por el rápido despliegue de turbinas eólicas, paneles solares y vehículos eléctricos en todo el mundo.

     Así mismo, los elevados precios de la energía y el débil crecimiento económico en Europa y China también contribuyeron a mantener bajas las emisiones.

     Pero, el reciente aumento en el uso del carbón puede resultar fugaz. En la actualidad,  las naciones europeas planean instalar aproximadamente 50 gigavatios de energía renovable durante 2023, medida energética que sería más que suficiente para suplantar el aumento de la generación de carbón de este año. Al mismo tiempo, la AIE espera que la inversión en nuevas plantas de carbón, no aumente más allá de lo que ya se esperaba.

      En ese entorno, se presume que Rusia principal exportador mundial de combustibles fósiles, se vea especialmente afectada por las interrupciones energéticas derivadas de esta decisión. Según las previsiones insertas en el informe de la ONU, a medida que las naciones europeas se apresuran a reducir su dependencia del petróleo y el gas rusos, es probable que Rusia enfrente desafíos para encontrar nuevos mercados en Asia, con énfasis en el mercado de gas natural.

     Como resultado, es poco probable que las exportaciones rusas de combustibles fósiles retornen a los niveles anteriores a la guerra.

      Por ende, para la ONU a pesar de que se espera que la crisis energética actual sea a largo plazo la puerta grande de entrada para las tecnologías más limpias, ahora está cobrando un precio doloroso.

      Durante 2022, los gobiernos de todo el mundo ya han comprometido cerca de 500 mil millones de dólares, para proteger a los consumidores del aumento de los precios de la energía. Y aunque actualmente las naciones europeas, parecen tener suficiente gas natural almacenado para pasar un invierno suave este año, el informe de la AIE advierte que el próximo invierno en Europa "podría ser aún más difícil" a medida que se reducen las existencias y se obtienen nuevos suministros para reemplazar el gas ruso, puesto que el aumento de los envíos desde Estados Unidos o Qatar, tardan en fluir permanentemente.

    La situación parece aún más grave en países en vías de desarrollo como Pakistán y Bangladesh, que enfrentan escasez de energía, a medida que las entregas de gas natural licuado se priorizan hacia Europa.

    No obstante el informe de la AIE presenta escenarios negativos. Es probable que cerca de 75 millones de personas en todo el mundo que recientemente obtuvieron acceso a la electricidad, lo pierdan este año. Si eso sucede, sería la primera vez en una década que aumenta la cantidad de personas en todo el mundo que carecen de acceso a ella.

     Igualmente y por razones obvias, existe la posibilidad de que el aumento de los precios de la energía produzca malestar social y rechazo a las políticas climáticas y de energía limpia en algunos países.

     Si bien el informe de la ONU concluyó que las políticas de cambio climático no son las principales responsables del aumento en los precios, en cambio, señala que la energía renovable y los esfuerzos de climatización del hogar, en realidad han mitigado el impacto de los choques energéticos en muchas regiones, como lo afirma el doctor Birol, debido a  que siempre existe el riesgo de que los gobiernos se sientan presionados para cambiar de rumbo.

     La pregunta lógica entonces es si los habitantes del planeta cumplimos el compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Parece que no. Pero no se puede desfallecer en el intento.

     Por lo pronto, es ineludible para todos los partidos políticos de todos los países del mundo, la obligación de incluir en sus programas de gobierno, programas y proyectos alineados con la disminución de los gases de efecto invernadero, la defensa del ecosistema, los aportes a la reducción del calentamiento global y la visión de un planeta más verde.

     Todo eso sin olvidar que según la Agencia Internacional de Energía (AIE), la guerra en Ucrania aceleraría el cambio hacia energías limpias.

    Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

    Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

     www.luisvillamarin.com

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