Soldado José Dolores es la entraña del pueblo colombiano. Crónica de una caricatura de Chapete en 1964

Publicado: 2023-12-25   Clicks: 493

El soldado colombiano es la entraña de nuestra patria. Caricatura de Chapete

El 26 de marzo de 1933, se escenificó en límites colombo-peruanos, la gloriosa batalla de Güepí, paso definitivo para subsiguiente derrota de las fuerzas militares peruanas en el conflicto que seis meses antes, el 1 de septiembre de 1932, su ambicioso presidente Luis María Sánchez Cerro se inventó, tratando de expoliar territorio colombiano.

La primera acción de valor de aquella jornada épica colmada de laureles para los valientes soldados colombianos, fue el sacrificio supremo del soldado Juan Bautista Solarte Obando, quien realizó una heroica acción de valor, cruzó a nado un tramo del ancho del río, se aproximó sigiloso con su machete hasta una ametralladora peruana que bien dispuesta en el terreno impedía el avance táctico de sus compañeros hacia las trincheras y fortificaciones enemigas.

Temerario, Juan Bautista Solarte Obando se abalanzó sobre la fortificada posición y con su cuerpo cubrió el fuego de la ametralladora enemiga. Su cadáver agujereado por decenas de proyectiles quedó tendido sobre la ametralladora. Atónitos ante el coraje sin par de Solarte Obando, los soldados peruanos abandonaron la posición. Acto seguido la infantería colombiana lanzó una carga demoledora, para derrotar estruendosamente a los intrusos que pretendieron mancillar nuestra soberanía patria.

Uno de los oficiales responsables de la contundente maniobra fue el caucano José Dolores Solano Rodríguez, quien años después sería general de la república. En su honor se bautizó en 1936 el municipio de Solano (Caquetá).

Producto de una de las guerras civiles, coincidencialmente un año después de la batalla de Güepí, en 1933 fue publicado por la Imprenta Departamental de Bolívar el libro titulado Reminiscencias históricas (recuerdos de un soldado liberal), escrito por José Dolores, Zarante.

Por razones del humor colombiano, en voz baja en los cuarteles, al general Solano se le conocía afectuosamente como el soldado José Dolores. Entretanto, para la población colombiana de mayoría liberal, la figura del soldado José Dolores Zarante, era la idealización práctica para identificar a sus hijos cuando ingresaban al servicio militar obligatorio.

En el escenario del análisis político colombiano (1944-1981), surgió el popular caricaturista Hernando Turriago Riaño, más conocido por el seudónimo de Chapete por su parecido a un personaje de las tiras cómicas de Pinocho. En realidad, fue un librepensador que expresó su crítica a los dirigentes políticos nacionales e internacionales de turno, con humor fino, agudeza crítica y mentalidad contestaria.

Para materializar el drama de los colombianos de a pie, en especial de los campesinos de los pueblos de la Sabana de Bogotá, a quienes visitaba y obsequiaba preciosas, pero a la vez ácidas caricaturas políticas de su autoría, Chapete ingenió con el nombre de “José Dolores” para un personaje que materializaba las afugias de millones de compatriotas, que a brazo partido superan con dificultades el día a día de sus existencias.

Tras la audaz incursión de las tropas de la Sexta Brigada comandadas por el coronel Hernando Currea Cubides contra la república independiente de Marquetalia en 1964, el primero de junio del mismo año, los medios de comunicación dieron amplio despliegue a la celebración del día del Ejército, en cabeza del presidente de la república Guillermo León Valencia y el ministro de Guerra general Alberto Ruiz Novoa.

El fino humor de Chapete, dibujó para la edición de ese día, la caricatura que puede tener muchas interpretaciones, pero que en el fondo del asunto, representa el arraigo, el aprecio, la admiración e identidad que ayer, hoy y siempre, han sentido, sienten y sentirán, por nuestro Ejército y por nuestros soldados, aquellos colombianos que satíricamente Chapete denominó “José Dolores”.

Quienes hemos tenido el honor de comandar a soldados bravíos en combate como Juan Bautista Solarte Obando, inteligentes y audaces como José Dolores Solano, o abnegados como el “José Dolores” de Chapete, sabemos y entendemos el valor de nuestra raza, y, el significado histórico del Ejército para la paz y el desarrollo nacional.

En síntesis, los soldados de Colombia no somos el Ejército del Pueblo como irrespetuosamente lo calificó la dirigente comunista María José Pizarro, pretendiendo ideologizar nuestra existencia institucional castrense. Los militares colombianos, somos el patrimonio del pueblo colombiano, que es algo muy diferente.

Nuestros primeros soldados crearon la república con democracia, y quienes hemos portado las armas para defender la libertad, la soberanía nacional, la integridad territorial y la institucionalidad, la hemos salvado de las agresiones internas y externas de extremistas, porque tenemos mucho o todo de los tres José Dolores….

A pesar de los demagogos que históricamente han querido sacar ventajas oportunistas, sobre la sangre, el sudor y las lágrimas, derramadas por nuestros soldados en los campos de batalla.

Dios guarde eternamente a nuestro Ejército, patrimonio perenne del pueblo colombiano.

Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

www.luisvillamarin.com

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