El correo electrónico enviado por Brandon Williams a los funcionarios encargados de la bomba atómica pone de relieve el desafío gerencial que enfrenta el excongresista durante un solo mandato.
Por William J. Broad para The New York Times
Brandon M. Williams llevaba apenas unas semanas supervisando el arsenal nacional de miles de bombas y ojivas nucleares cuando el presidente Trump lo puso en el centro de una controversia sobre si Estados Unidos debería cambiar su postura respecto a las pruebas de armas nucleares.
Ahora Williams, director de la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NSA), ha ordenado a sus subordinados que intensifiquen la vigilancia contra las filtraciones de información clasificada, lo que indica la necesidad de preservar los secretos que sustentan las armas más letales del mundo.
"Esto no es una sugerencia", escribió el sábado en un memorando enviado por correo electrónico a los directores de los laboratorios de armas nucleares del país y sus plantas físicas asociadas. "Es una orden. Nuestra seguridad nacional no admite alternativa". El asunto de la nota decía: "URGENTE: Cumpliendo nuestro juramento". El mensaje parecía inusual por su tono duro y su amplia difusión.
El correo electrónico fue compartido con The New York Times por un exfuncionario con conocimiento del complejo de armas nucleares, quien no estaba autorizado a hablar públicamente sobre su funcionamiento interno.
Mariza Smajlaj, portavoz de la NNSA, no respondió a una solicitud de comentarios sobre la carta del administrador y las preocupaciones de seguridad de la agencia.
A diferencia de muchos de sus predecesores, el Sr. Williams no tiene una sólida formación técnica ni experiencia en la gestión del complejo de armas nucleares del país. El exoficial de la Marina y congresista por un período, originario del norte del estado de Nueva York, fue descrito en un extenso perfil de Syracuse.com de 2022 como un multimillonario que comienza cada mañana leyendo un pasaje de la Biblia.
Al aceptar el cargo en la NNSA, el Sr. Williams heredó lo que algunos expertos federales y privados consideran un mundo envejecido, con partes incompatibles que puede rayar en la ingobernabilidad. La agencia cuenta este año con un presupuesto aproximado de 25.000 millones de dólares, y sus instalaciones emplean a unas 65.500 personas en ubicaciones de costa a costa.
"Fíjense en la cantidad de contratistas que tienen", declaró Henry D. Sokolski, exfuncionario de política nuclear del Departamento de Defensa. Añadió: "Hay que aceptar que la capacidad de controlar la información y la forma en que se gasta el dinero se ve afectada al subcontratar".
En las últimas décadas, los funcionarios federales han tomado medidas coercitivas contra numerosos infractores involucrados en violaciones de seguridad, según el Departamento de Energía, que supervisa la NNSA. Muchas de ellas involucran laboratorios de armas nucleares.
El mes pasado, el presidente Trump anunció sorpresivamente que Estados Unidos reanudaría las pruebas de explosivos, lo que generó controversias en el complejo nuclear sobre su propuesta de programa. Entre las objeciones se encontraban las de funcionarios de la NNSA, según CNN.
Williams no ha hecho comentarios públicos sobre la controversia, y su carta parece estar dirigida principalmente a las fallas institucionales y los errores del gigantesco complejo armamentístico que ahora supervisa, más que a filtraciones a los medios.
Entre los destinatarios de la carta se encontraba el director de una extensa planta en Kansas City que fabrica los componentes mecánicos de las ojivas nucleares estadounidenses y es más grande que el Pentágono. Una investigación concluida este verano descubrió que información secreta sobre el diseño y la producción de armas nucleares se vio comprometida en tres incidentes separados en el sitio. No se presentaron cargos penales, pero los gerentes de la planta acordaron un acuerdo que incluía sanciones civiles no especificadas, mejor capacitación y mejoras en el lugar de trabajo.
Días después del anuncio público del acuerdo, el Sr. Williams juró como director de la NNSA.
Otro destinatario de la carta de Williams fue Thom Mason, director de Los Álamos, el laboratorio donde nació la bomba atómica y donde ahora se diseñan armas. Ha desempeñado ese cargo desde noviembre de 2018. El año pasado, la organización fue citada por una violación de seguridad.
La violación se caracterizó por incidentes recurrentes en 2023 y 2024 que implicaron la introducción de artículos no autorizados en áreas seguras. Estos incluían teléfonos celulares, auriculares con micrófono y cafeteras con Bluetooth para operación remota.
La carta de Williams abordó implícitamente la amplia gama de violaciones, desde menores hasta graves. Las acciones pasadas del personal afiliado a la agencia nuclear han "minado la confianza del liderazgo nacional en nuestra capacidad para salvaguardar información clasificada y sensible no clasificada", comenzaba la carta.
Argumentó que cualquier vulneración de dicha información, "independientemente de su aparente sensibilidad, representa una amenaza directa a nuestros intereses estratégicos, a nuestro personal y al pueblo estadounidense que hemos jurado proteger".
Williams afirmó que esperaba que cada destinatario del memorando "difundiera este mensaje con la seriedad que merece en sus respectivas organizaciones".