Ganan un poco en términos políticos y diplomáticos, todos los actores comprometidos en la negociación en ciernes, pero la solución al problema sigue tan lejano, como desde 1948.
Por las siguientes razones:
1. Cada actor comprometido da una lectura diferente acorde con sus intereses particulares
2. Netanyahu apuesta a tranquilizar la audiencia interna, y por partida doble satisfacer a Biden y a Trump, con el fin de sostener apoyo bipartidista en USA.
3. Biden está haciendo politiquería, interna y externa, pensando más en su situación margen para la historia, que en lo que conviene a Usa y el mundo. De remate, le dio la ventolera de legitimar la narcodictadura cubana
4. Trump envío a sus delegados para hacer preconcertaciones con Netanyahu, y el hecho le ayuda a su promesa de desatar un infierno, sino liberaban a los rehenes. Pero la victoria será pírrica, por ahora.
5. Hamás que está duramente golpeado recupera a muchos terroristas, para iniciar la recomposición para continuar la violencia terrorista. No la paz definitiva.
6. Para la Autoridad Palestina hay unas tablas con sabor a derrota, pues siguen sin influir en Gaza.
7. Para los negociadores hay más publicidad que éxitos.
8. Para los enemigos políticos de Netanyahu, una victoria pírrica, sin importar el drama de los secuestrados y sus familias a quienes instrumentalizan por partida doble, gobierno y oposición israelíes.
9. Para los rehenes y sus familias, victimización y revictimización
10. Para el mundo entero más posibilidades de nuevas guerras
11. Para los enemigos internacionales de Israel, una victoria política pírrica, Pero victoria contra el odiado estado de Israel.
La lista se alarga, Pero no llega a lo esencial, ni la guerra termina, ni serán liberados todos los rehenes, ni los enemigos de Israel pararan, Ni Biden pasará a la historia como lo que pretende, ni Trump solucionará el problema, ni Netanyahu solucionará los problemas internos y externos de su país.
Total: más de lo mismo... como en 1948