El sorprendente golpe táctico de las Fuerzas de Defensa Israelíes, al explotar una enorme cantidad de equipos de comunicaciones entre estructuras terroristas, se materializó un hecho asombroso, que tiene muchas aristas para analizarle, pues sucede en el mismo momento que se empatanan los diálogos para la liberación de rehenes secuestrados por Hamás el 7 de octubre de 2023.
Sin lugar a dudas, fue una brillante operación militar en escenarios de contraterrorismo, a la altura y dentro de los tradicionales estándares de la inteligencia militar israelí.
Para incrustar los explosivos dentro de cada equipo de comunicación intervenido, se requieren investigación científica, alta tecnología y cientos de ensayos hasta lograr el punto ideal de letalidad deseada.
Y desde luego, contar con el tiempo, los medios y las condiciones para instalar los explosivos dentro de miles de busca personas, comprados por los terroristas.
Obviamente era necesario conocer la información de dónde los habían ordenado, con la capacidad de interceptar la carga y alterar todos los busca personas, sin dejar rastros o indicios que pudieran despertar sospechas entre los receptores.
A eso se agrega, que era necesario conocer previamente la intención de Hizbolá, los métodos de blanqueo del contrato, que empresa los realizaría, las fechas exactas, la ruta del cargamento, los puntos de acopio y distribución de los equipos.
Asimismo debían conocer la hora exacta en qué la mayoría de terroristas estuvieran conectados o con el dispositivo a su lado, para que mediante un complejo software operado vía remota, activar una explosión simultánea.
Por tratase de una operación sobre objetivos de alto valor, en territorio extranjero, con posibilidades de desatar un conflicto posterior de impredecibles consecuencias, es obvio inferir que se evaluaron muchos riesgos calculados.
Con la nueva demostración de Israel a sus enemigos jurados, los extremistas chiitas iraníes que la doctrina de la guerra preventiva de Israel, los sorprenderá siempre, porque el binomio tecnología-accion anticipada será en todo tiempo, su mejor aliado en apoyo permanente de la inteligencia militar.
Desde la óptica de Sun Tzu, en esta operación asombrosa y contundente, Israel ablandó las defensas de Hizbolá, dejó a los cabecillas heridos o muertos y de remate sin un sistema seguro de intercomunicación.
Aunque Hizbola anuncio retaliación, sus estructuras quedaron golpeadas y les demandará algunos meses retomar el deseo de atacar masivamente a Israel, pero de seguro nuevamente la seguridad israelí se anticipara.
Mucho para analizar al respecto en especial, las consecuencias de la fulminante operación, digna desde ya de películas, documentales y libros exitosos.
Cordialmente Luis Alberto Villamarín Pulido