LAS RECOMPENSAS SÍ FUNCIONAN:
Señor Director:
La captura de Saddam Hussein es un ejemplo claro de que las recompensas funcionan para que las delaciones se produzcan. El secreto está en cómo se maneja el procedimiento. No basta con distribuir volantes vía aérea o instalarlos en sitios públicos. Es más importante el contacto cara a cara con las personas o lo que se denomina en guerra sicológica el blanco audiencia.
El excelente trabajo de concientización de la población iraquí realizado por las fuerzas especiales del ejército de Estados Unidos corrobora esta tesis. Un grupo de comandos que se infiltra dentro de la población civil, realiza acciones de localización y ubicación de objetivos, es el responsable de esta operación espectacular, que llegó al núcleo vital del enemigo.
Esta enseñanza es válida y aplicable para las Fuerzas Militares colombianas en un ambiente donde las Farc han manejado las milicias bolivarianas, los núcleos de solidaridad y el aparato comunista clandestino como la fortaleza de su estrategia integral. Si se trabaja sobre esta base poblacional, lo que es una fortaleza de la guerrilla se convierte en una debilidad y de esa manera se puede romper el mito de queTirofijoi y los demás bandidos del secretariado son inalcanzables.
Claro, para eso se necesitan persistencia, paciencia, tacto, inteligencia militar y de la otra. Las recompensas funcionan pero hay que saber manejar el discurso de la misma para que sean las propias Farc las que entreguen a sus cabecillas.
Coronel (r) Luis Alberto Villamarín Pulido Analista estratégico