Alianzas de perversidad
Publicado en el Diario la Prensa de Managua Nicaragua el 26 de septiembre de 2010
Por Franlin Barriga López (Periodista ecuatoriano).
En su libro Narcoterrorismo-La guerra del nuevo siglo (Ediciones Nowtilus, Madrid, 2005, pág. 168), Luis Alberto Villamarín Pulido manifiesta que existen en por lo menos 18 países los nexos de las FARC con grupos armados y mafias.
Esta aseveración de aquel experto se ha ratificado con los últimos acontecimientos, donde los militares colombianos y la Secretaría de Seguridad Pública de México han obtenido encomiables éxitos, en su combate a los mafiosos asociados a quienes practican la virulencia armada; han capturado a cabecillas de la ruin industria de las drogas, por cuya aprehensión se ofrecía millonarias recompensas, como Sergio Enrique Villarreal Barragán, “El Grande” o Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”.
La prensa informó que el mexicano Julio César Piña Soberanís, “Julio”, en Colombia le pidió a Denis Alvarino Gómez Urrutia, “El Negrito”, que le ayude a conseguir testaferros para poner a su nombre bienes raíces. Las detenciones de estos dos sujetos permitieron descubrir que droga ilícita salía de los laboratorios de las FARC, donde “El Negrito” supervisaba que los embarques lleguen con prontitud a México, a los dominios de los Beltrán Leyva, clan mafioso de atrocidades extremas.
Ésta es una muestra de las innumerables que reposan en los archivos de la justicia. Investigaciones de la Procuraduría General de la República azteca (PGR) determinan que las FARC tienen una amplia red que incluye a todas las agrupaciones delictivas mexicanas, tan sanguinarias y activas, como la ya anotada y los cárteles de Tijuana, Sinaloa, Juárez o del Golfo; también poseen otras transnacionales conexiones, con pandilleros y más malandrines centroamericanos y caribeños, dentro de la ruta natural de las prohibidas sustancias que van desde América del Sur hasta Norteamérica o Europa. En los registros de las autoridades, el narcotráfico es muy dinámico y amenazante en México, Guatemala, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Costa Rica, República Dominicana, Jamaica y, obviamente, en los países que limitan con Colombia, donde la infiltración de bandoleros de las FARC es permanente, en especial en las zonas fronterizas de Venezuela, Panamá, Ecuador, Perú y Brasil. Se ha señalado que, a cambio de cocaína y dinero turbio que remiten clandestinamente al exterior para ser lavado, los narcoguerrilleros colombianos se abastecen de armas y municiones, envían subversivos para adiestrar sicarios y secuestradores, entre otras prácticas nada recomendables. Son peligrosas al máximo las alianzas de las FARC con agrupaciones como la de los Beltrán Leyva y otras en nuestro continente.
Laura Chinchilla, Presidenta de Costa Rica, se preocupa responsablemente de la gravedad de la situación, por eso, como inteligente gobernante, según se ha anunciado lanzará voz de alerta, en la ONU, en torno a la penetración de los narcotraficantes y sus secuaces en los territorios latinoamericanos y del Caribe. Las palabras de la destacada dama deben merecer el mayor de los ecos a nivel internacional, para que no falte el recíproco apoyo de los Gobiernos y se enfrente, con mayor éxito, a los anotados y transnacionales factores adversos que amenazan colosalmente a la democracia, la concordia y el progreso.
Obras escritas por el coronel Luis Villamarín Pulido