Por Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional
Para los estudiosos de las guerras, cuyos conceptos configuran las visiones geopolíticas, estratégicas, operativas y tácticas de las Fuerzas Militares en los teatros de operaciones, el veloz avance de las fuerzas rebeldes en Siria, cayó de manera sorpresiva.
No porque no presupusieran que eso sería así, pues esto era un secreto a voces, en la medida que se debilitaba la capacidad de las milicias proiraníes en Líbano y Siria, así como la minimización progresiva de la capacidad rusa para apoyar a Irán. Lo novedoso, es que era casi impensable que sucediera tan rápido.
Por razones obvias hay lecciones aprendidas y puntos de vista atados a las evolutivas doctrinas de guerra moderna, geopolítica, alianzas diplomáticas, terrorismo islámico, que deben ser examinados en todas las academias y centros de pensamiento político-estratégico del planeta.
Veamos algunas reflexiones derivadas de esta situación.
1. Las guerras irregulares prolongadas conducen a la degradación de los factores intangibles del poder relativo de combate de la fuerza que defiende al gobierno atacado.
2. La seguridad nacional, ahora denominada multidimensional por algunos analistas políticos, debe ser prospectiva, estudiar y evaluar todos los cursos de acción propios y del adversario. El peor error es ideologizarla y pólarizar las audiencias propias. Siempre el adversario sacará ventajas ded esta situación.
3. Cada Estado debe estructurar su capacidad logística preparando las eventuales movilizaciones nacionales, simultáneas con el empoderamiento permanente de la capacidad militar de las tropas, así como de la logística, la instrucción y el entrenamiento militar, para que las maniobras desarrolladas en los campos de batalla conduzcan al éxito y no al fracaso.
4. En aras de preservar la seguridad nacional, los gobernantes y sus asesores del sector defensa deben evaluar muy bien el entorno geopolítico y las prospectivas.
5. Gran error de Bashar Al Assad fue martirizar a su propio pueblo, depender de ayudas extranjeras de Irán y rusia, ceder la soberanía nacional a fuerzas extranjeras, ser connivente con el terrorismo, fomentar la corrupción de sus colaboradores cercanos para sostenerse en el poder, cohonestar todo tipo de delitos hasta con mafias rusas, prestar el territorio sirio para la promoción de la proyección geopolítica de la teocracia iraní, tener malas relaciones con Turquía, Israel y Estados Unidos, apegarse a la dependencia de la poco confiable capacidad militar rusa y bloquear la relación con Europa Occidental.
6. Las guerras civiles nunca dejan nada bueno para los países que las encaran. Menos cuando se carece de visión geopolítica por parte de los gobernantes y se cede la soberanía a los intereses de fuerzas ocupantes, es imposible lograr acuerdos con varios bandos en conflicto, no hay forma de establecer gobernanza con etnias y grupos humanos que traen resentimientos atávicos y la geografía se torna determinante en los recursos, las vías, los centros de poder geopolítico y geoestratégico y de remate la idoneidad de los funcionarios públicos no es la mejor.
Es muy pronto para especular por ahora que sucederá en Siria, tras esta arremetida de las fuerzas encabezadas por el grupo Hayat Tahrir al-Sham, que ha conducido el esfuerzo principal del demoledor ataque contra el debilitado gobierno de Assad, por lo cierto es que sale a relucir otro factor desestabilizador de la región, que por su naturaleza podría poner en vilo la paz del mundo, pues Irán y rusia podrían acometer acciones desesperadas, máxime que los atacantes tienen relaciones de vieja data con yihadistas sunitas de Isis y Al Qaeda, que podrían convertir a Siria en otro Afganistán.
En conclusión:
1. Si las guerras de Ucrania y Gaza habían traído trabajo e insumos a los geopolitólogos, estrategas militares, investigadores de ciencias sociales y columnistas de opinión, la ágil maniobra estratégica de la ofensiva encabezada por Hayat Tahrir al-Sham, contra el régimen dictatorial de Bashar Al Assad, es una derrota compartida por Irán, Siria y Rusia; un éxito parcial para Estados Unidos e Israel, y un campanazo de alerta para la paz en Medio Oriente y el resto del planeta.
2. Sin duda que los servicios de inteligencia militar de Israel, Estados Unidos, y de carambola de los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham, acertaron en la capacidad de más probable adopción del adversario y que la asombrosa operación de Israel contra Hizbolá en El Líbano, desarticuló por ahora un proyecto político-militar tejido durante varias décadas por la teocracia iraní.
3. Aunque las audaces evoluciones tecnológicas de cada guerra jamás dejan de sorprender al ser humano, para los estrategas militares hacedores de las doctrinas bélicas del futuro, los actuales sucesos, los fuerzan a gestar nuevos retos de inteligencia artificial y tecnología de punta, mientras que a los aspirantes a gobernar y a los partidos políticos, les obliga la necesidad de formular planes estratégicos, atados a políticas de Estado, seguridad multidimensional, educación para la defensa nacional, cooperación internacional, diplomacia e inteligencia estratégica con fines militares, logísticos, tecnológicos y geopolíticos.