En menos de una semana, al amanecer de un viernes día clásico de observación religiosa por los musulmanes del mundo, el Estado de Israel lanzó un ataque limitado, pero una carga de profundidad política, estratégica y geopolítica contra la teocracia iraní, como respuesta categórica al masivo ataque con drones y misiles lanzados por Irán el domingo 14 de abril de 2024.
De las riesgosas acciones asumidas por cada uno de los dos Estados, comprometidos desde hace décadas en una guerra en la sombra, caracterizada por guerra cibernética, acciones de comandos, presiones diplomáticas, asesinatos, robos de informaciones y amenazas mutuas, surgen muchas reflexiones de las cuales resaltamos algunas, sin que sean las únicas:
1. Tras la muerte de los siete militares iraníes, que se encontraban en Damasco reunidos con cabecillas de Hamás y Hizbolá, coordinando acciones depredadoras contra Israel, la teocracia de Irán optó por lanzar una operación ofensiva de reconocimiento por fuerza, tendiente a evaluar la capacidad de reacción de Israel, la moral de sus tropas, la preparación real de los ciudadanos israelíes ante un ataque similar o mayor, la conducta de los proxis de Teherán, y los efectos de esa acción en el caldero geopolítico del Medio Oriente y el Golfo Pérsico.
2. En respuesta Israel, lanzó un ataque de advertencia acerca de lo que vendrá si Irán persiste en la agresiva conducta de desaparecer del planeta al odiado pueblo judío. Para el efecto vulneró las más sofisticadas defensas antiaéreas iraníes y golpeo una base de seguridad estratégica para la infraestructura más avanzada del proyecto nuclear iraní.
3. Mas claro no puede ser el mensaje. Algo así como absténganse de volver a atacar a Israel, porque la próxima vez no golpearemos su seguridad perimétrica, sino que iremos por el objetivo principal. Refinada maniobra estratégica de disuasión en l más alto nivel de la diplomacia, la guerra y la geopolítica, propia del sólido concepto de defensa nacional israelí.
4. Una vez más y pese a las sugerencias coactivas de todos los aliados estratégicos, el Estado de Israel en cabeza de Benjamín Netanyahu se salió con la suya y atacó un objetivo, que todos le advertían que se abstuviera de hacerlo. Así, una vez más demostró que la política de defensa nacional y las relaciones internacionales de Israel, se basan únicamente y exclusivamente en la garantía sin cortapisas de su seguridad nacional.
5. Por enésima vez queda demostrado que la tecnología, sea industrial o militar, es influyente en el desenlace de las guerras y en la geopolítica, pero que necesariamente debe estar atada al compromiso de cada gobernante y cada ciudadano con una cultura política organizacional, sustentada en ideología, identidad, estrategia y organización.
6. Infortunadamente, tanto la incursión iraní de reconocimiento por fuerza, como la audaz respuesta israelí disuadiendo a su adversario, no resuelven el tenso y prolongado problema entre Israel e Irán, sino que dilatan el desenlace del mismo, que, a juzgar por lo sucedido, escalará a otros niveles de agresiones mutuas, que algún día como todo cáncer, hará metástasis.
7. La creciente presencia de Rusia y China en el Medio Oriente, es cada vez más intensa en asuntos geopolíticos actuantes, tales como la guerra en toda su integralidad con equipos de alta tecnología, propaganda refinada, sabotajes comerciales, industriales, y militares; espionaje, inversiones, etc, en un momento histórico en que Estados Unidos ha perdido influencia en esa región, y que de contera, la Primavera Árabe generó otras dinámicas geopolíticas globales y locales.
8. Por ahora, Netanyahu y Biden salieron avante, debido a las dos inteligentes respuestas de unos y otros ante la obsesión iraní. Pero, mientras subsista el conflicto iraní-israelí, la política interna de los dos países seguirá en la conveniente incertidumbre, que por añadidura favorece las ambiciosas intenciones chinas y rusas en Ucrania, Taiwán y Coreas.
Conclusiones preliminares
1. Continúa latente que el reverbero geopolítico del Medio Oriente, sea el detonante de una conflagración mayor de impredecibles consecuencias en el planeta.
2. Los vaivenes de la geopolítica, suelen favorecer a gobernantes autócratas u oportunistas.
3. Aunque las tensiones Irán-Israel dejaron en segundo plano las noticias de la guerra en gaza, y los ataques de Hizbolá desde El Líbano, el problema israelí palestino, seguirá siendo por décadas una justificación disimulada de Irán chiita, o de extremistas sunitas para desnaturalizar a Israel y promover su destrucción.
4. Occidente tiene mucha incidencia de seguridad y apoyo a Israel, pero finalmente siempre se verá obligado a apoyar la decisión final optada por los israelíes. No hacerlo es dar patente de corso a China y Rusia para actuar agresivamente en otros teatros geopolíticos.
5. Quien tiene la información tiene el poder. Quien tiene la tecnología tiene la ventaja estratégica operacional. Quien tenga información y poder, tendrá siempre la iniciativa, siempre y cuando haya voluntad colectiva e identidad acerca de la seguridad y supervivencia nacionales.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional