Muerte del líder de ISIS, Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, en Siria podría alborotar un avispero geopolítico

Publicado: 2022-02-03   Clicks: 1903

     Geopolítica del Medio Oriente

   Aqui cayó el cabecilla rincipal de ISSI el 3 de febrero de 2022

  El jueves 3 de enero de 2022, en horas de la mañana presidente de Estados Unidos Joe Biden anunció al mundo desde el salón Roosevelt de la Casa Blanca, que el importante pero casi desconocido terrorista islámico Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, cabecilla principal del Estado Islámico (ISIS) fue abatido durante una incursión de los comandos de Fuerzas Especiales de Estados Unidos, al cabo de una audaz incursión aeroterrestre, efectuada amanecer en la ciudad de Ahmet en la convulsa provincia de Idlib, al noroeste de Siria.

       En las primeras informaciones publicadas por los medios de comunicación internacionales, los equipos de rescate dijeron que murieron 13 personas muertas durante la incursión militar. Luego la Unicef reafirmó esa cifra, y agregó que entre los afectados, hay seis menores de edad y una niña más herida.

       En un discurso matizado con oportunidad política para aliviar otras tensiones y problemas complejos de su administración, Joe Biden dijo el sorpresivo ataque de las Fuerzas Especiales estadounidenses contra Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurayshi, pretendía minimizar las bajas civiles en el lugar, pese al mayor riesgo para la integridad física de los soldados norteamericanos y añadió que la operación es una advertencia a los grupos terroristas, que persistan en causar daños a los intereses estadounidenses en el mundo entero.

       Según la versión de Joe Biden, al-Qurayshi se auto inmoló detonando una bomba que le causó la muerte junto con los miembros de su propia familia, situación táctica de combate, que se asemeja al ataque realizado en octubre de 2019 no muy lejos de Ahmet, contra Abu Bakr al-Baghdadi, para aquella época cabecilla principal de ISIS, quien al sentirse rodeado y sin opción de escapar,  se inmoló detonando un chaleco suicida, cuando las fuerzas estadounidenses allanaron su escondite.

     La contundente operación antiterrorista consistió en un asalto helicoportado, efectuado por dos docenas de comandos estadounidenses, apoyados por helicópteros de combate, drones Reaper armados y aviones de ataque.

     De acuerdo con las primeras versiones de lo acontecido, en el lugar de la muerte de Al-Qurayshi se produjo una tensa situación, exacerbada con altavoces que emitían advertencias en idioma árabe para que se rindieran todos ocupantes en la casa.

      De repente, ocurrió una fuerte explosión en el edificio. Acto seguido, sin que algunos de los ocupantes de la vivienda hubieran desalojado el lugar, se desató un intenso intercambio de disparos de ametralladoras y estallidos fuertes que parecían provenir de misiles.

Durante el desarrollo de la osada maniobra, uno de los helicópteros de ataque presentó problemas mecánicos, razón por la cual se vio obligado a aterrizar para ser destruido por fuego aerotáctico estadounidense.

       Al cabo de tres horas contadas desde el momento en que inició la sorpresiva incursión aeroterrestre, los comandos estadounidenses fueron evacuados del lugar, con pruebas y documentos para ser evaluados por la inteligencia militar.

        La información exacta acerca del paradero de al-Qurayshi se obtuvo como consecuencia de los fuertes combates desatados en la región, cuando un grupo de ISIS que se consideraba casi desaparecido de Irán y Siria, intentó liberar de una cárcel controlada por fuerzas kurdas proestadounidenses, en la ciudad de Hasaka.

       Ibrahaim Al-Qurayshi, era un terrorista de bajo perfil mediático, por ende se conocía muy poco de sus actividades. Se sabía que sucedió Al-Baghdadi, en la estructura superior de ISIS, durante un periodo de evidente reconfiguración del grupo en la Mesopotamia, luego de la guerra de extinción a que fueron sometidas sus estructuras por la multiplicidad de enemigos que tuvieron en el laso 2014-2018, entre quienes se cuentan militares y contratistas rusos, sirios leales a Bashar Al Assad, soldados estadounidenses, kurdos, milicias chiitas pro-iraníes, y miembros de Al Qaeda.

       Por lo tanto, la muerte de Al-Qurayshi es un golpe significativo para el grupo terrorista, para el yihadismo en general y quien lo creyera, un alivio más para Bashar Al Assad, sus abusivas fuerzas armadas, y las milicias iraníes que lo sostienen en el poder.

        Pero como si fuera poco, esto de carambola servirá a Erdogan en Turquía, para justificar nuevas acciones depredadoras contra fuerzas kurdas del PPK en Siria e Irak, con el argumento que están combatiendo el terrorismo y que por esta razón invade militarmente a territorios vecinos, sin autorización formal.

En un escenario geopolítico tan complejo como el de Siria, resulta contradictorio pero real, que la muerte de Al-Qurayshi, favorece a diferentes actores con intereses excluyentes, pero coincidentes en la necesidad de exterminar a un enemigo que es común para todos.

Para el presidente Biden y su política exterior, este golpe sirve para justificar el anuncio hecho en agosto de 2021 tras la vergonzosa salida de Afganistán, que sus fuerzas estarán dispuestas a combatir el terrorismo yihadista en cualquier parte del mundo, sin estar permanentemente presentes en el teatro de operaciones específico.

       Por razones obvias, es un mensaje concreto y contundente para las filiales de Al Qaeda y Hizbolá, acerca de lo que les espera si cometen acciones criminales contra Estados Unidos o sus intereses geopolíticos.

       Para Israel no solo es un alivio de seguridad, sino la ratificación de que cuenta con un aliado poderoso, que ataca sin contemplaciones a sus mutuos enemigos.

       Para Irán, le sirve de doble argumentación. Una la de cuestionar como lo hace siempre, la presencia de Estados Unidos en la región y dos, sentir el alivio que ha desaparecido del mapa un enemigo poderoso a quien estaba buscando.

       Para las milicias filiales de Al Qaeda en la región, es un importante espaldarazo no pedido, ni esperado de su odiado enemigo yanqui, contra el cabecilla del principal enemigo mutuo que tienen en la región.

       Para los kurdos es el aviso de que por ahora Estados Unidos está con ellos y los ayuda a combatir con todo el rigor y el poder militar, a quienes han cometido crímenes de lesa humanidad contra el sufrido pueblo kurdo, particularmente los yazidíes, pero en esencia no es un mensaje que confirme el dilatado y tácito compromiso de recuperar el Estado-Nación kurdo; otro gran problema geopolítico del convulso Medio Oriente.

       Para Jordania, favorece al rey su cohorte, el hecho de que haya un sunita salafista menos, alebrestando a los sunitas moderados del reino, mediante reclamaciones ortodoxas, que siempre terminan convertidas en violencia sectaria interminable.

       Para el régimen chiita de Irán, el mensaje es dual. Por un lado les alivia la presión latente del probado regreso de ISIS a su país, donde ya han sido fuertes; pero por el otro constituye un llamado de atención para revisar las relaciones estrechas con Irán y su brazo terrorista Hizbolá, porque es obvio que habrá acciones similares contra ellos, poniendo en vilo la diplomacia y el nunca fácil equilibrio geopolítico de la región.

      Para los talibán en Afganistán, la caída de Al-Qurayshi, es una advertencia directa de que las células de ISIS Khorasan actuaran con mayor vehemencia en sueño afgano, para retaliar la caída de su líder espiritual y para demostrar que están sólidos y siguen en el empeño de la yihad contra infieles y apóstatas.

       Por extensión, China, India, Indonesia, Rusia, Ceilán, Bangladesh, Filipinas, Pakistán y las naciones africanas, quedan advertidas que habrá más violencia yihadista en sus países. Es apenas obvio inferirlo.

      Y para Estados Unidos, Europa y Australia, el mensaje de advertencia es claro: Vendrán retaliaciones dentro y fuera de sus territorios, contra sus ciudadanos y contra sus intereses.

       En síntesis la muerte de Al-Qurayshi, es un gran éxito táctico-operacional, que valora la eficiencia del poder militar estadounidense y la habilidad de sus fuerzas especiales, y, de paso, recuerda al mundo que la primera potencia está viva y activa.

        Pero en la práctica, es un hecho que alborota una vez más un avispero geopolítico, con la circunstancia agravante, que no hay opción diferente, a la de erradicar por la fuerza de las armas,  el obcecado radicalismo islámico, que no entiende de diálogos sino de puñales y fusiles, como enseñan los salafistas a los recién radicalizados.

       Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

        Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional, 7 de ellos relacionados con el terrorismo islámico.

       www.luisvillamarin.com

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