¿Es ahora Siria el narcoestado de las anfetaminas?

Publicado: 2021-12-06   Clicks: 923

     Geoplítica del Medio Oriente

  ¿Siria es un narco estado de las anfetamiinas?   El aún no aclarado asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse, dejó al descubierto que detrás del crimen hay oscuros intereses del narcotráfico internacional, pero al mismo tiempo, probables incidencias de los proyectos totalitarios geopolíticos del Kremlin y de la dictadura venezolana. Así, cada día que pasa es más evidente que el tráfico de drogas ilícitas y totalitarismos antioccidentales van de la mano.

      Hechos contundentes demostrarían que el tráfico de drogas ilícitas se extendió a Siria, luego de que la prolongada guerra civil destrozó la economía, redujo a la mayoría de su población a la pobreza y dejó a los miembros de la élite militar, política y empresarial del convulso país, buscando nuevas formas de ganar divisas y eludir las drásticas sanciones económicas estadounidenses.

    En este nuevo episodio geopolítico mundial, sale a la luz que poderosos asociados del dictador Bashar al-Assad, están fabricando y vendiendo captagon[1], una anfetamina ilegal, creando un nuevo narcoestado en el soñado arco chiita del Mediterráneo, por donde ya antes pasaba hacia Europa. África y el Golfo Pérsico, el opio afgano. Para colmo de males, es de inferir que después de 2015, todo esto viene sucediendo en Siria, con la venia de Putin y su séquito desde Moscú.

      La infraestructura que articula las operaciones ilegales del captagon se extiende por gran parte del territorio sirio. Incluye los talleres que fabrican las píldoras, las plantas de envasado donde se ocultan quienes encabezan las redes encargadas de llevarlas a los mercados ilícitos en el extranjero. A todas luces, una maniobra mafiosa encubierta, al mejor estilo de la antigua KGB o de los entuertos del sonado caso Irán-Contras en la década de 1980.

      Con base en información suministrada por funcionarios judiciales y aduaneros en 10 países, decenas de entrevistas con analistas expertos en tráfico de drogas, y funcionarios actuales y anteriores de las agencias antidrogas de Estados Unidos; una investigación periodística del diario The New York Times descubrió que gran parte de la producción y distribución de anfetaminas es controlada y supervisada por la Cuarta División Blindada del Ejército Sirio, unidad de élite comandada por Maher al-Assad, hermano menor del presidente sirio, y por razones obvias, uno de los hombres más poderosos del régimen en Siria.

      Los demás integrantes de la empresa criminal son empresarios que tienen vínculos estrechos con el gobierno de Al Assad, con el grupo terrorista por-iraní Hizbolá asentado en El Líbano y algunos parientes de la familia del presidente Bashar Al Assad, cuyo apellido garantiza la protección para actividades ilegales, cuya exportación supera con creces los ingresos de divisas por ventas de productos legales al gobierno de Damasco.

En los últimos tres años, las autoridades aduaneras de Grecia, Italia, Arabia Saudita y otros países han incautado cientos de millones de píldoras, cuyo valor de venta entre los consumidores, podría superar los tres mil millones de dólares. La mayoría de estos cargamentos ilícitos han sido embarcadas originalmente en Latkia un puerto sirio ubicado sobre el mar Mediterráneo.

     A manera de ejemplo, durante 2020, las autoridades aduaneras Italianas encontraron 84 millones de pastillas escondidas en enormes rollos de papel y engranajes de metal, mientras que sus pares de Malasia descubrieron más de 94 millones de píldoras selladas dentro de neumáticos para vehículos

     Probablemente, dichas incautaciones representan apenas una parte de los medicamentos ilegales enviados, desde Siria y otros lugares de fabricación. No obstante, son cifras que aportan una idea acerca del alcance del comercio ilegal de anfetaminas, y sugiere que la industria se ha disparado en los últimos años, porque el consumo se ha multiplicado.

     Prueba de ello, es que durante los primeros 10 meses de 2021, se han incautado más de 250 millones de píldoras Captagon en todo el planeta, cifra equivalente a más de 18 veces la cantidad decomisada durante todo el 2017.

    Narcoterrorismo la guerra del nuevo siglo El escenario geopolítico, se torna aún más preocupante para los gobiernos de la región y para los países donde hay consumidores de Captagon, porque la red siria que contrabandea Captagon también trafica drogas más peligrosas, tales como metanfetamina de cristal.

     Pero, el mayor obstáculo para combatir el comercio de Captagon, es el respaldo del Estado Sirio, el cual que tiene pocas razones para ayudar a combatir ese delito, ya que de por sí su dictadura igual que la de Venezuela, se convirtió gradualmente en un cartel de tráfico de sustancias ilícitas.

      El valor en la calle de las anfetaminas incautadas entre 2018 y 2021 ha superado el valor de las exportaciones legales de Siria, en su mayoría productos agrícolas, todos los años desde 2019.El año pasado, las incautaciones globales de captagon tuvieron un valor en la calle de alrededor de 2.9 mil millones de dólares, equivalente a más del triple de las exportaciones legales de Siria de 860 millones de dólares.

      Llegar hasta los responsables ha sido complejo, por dos razones. Una el maridaje con la dictadura de Al Assad y dos, porque el nombre de los remitentes que figuran en los manifiestos suele ser falso y las búsquedas de los destinatarios previstos a menudo conducen a laberintos de empresas ficticias.

      Por ejemplo, la incautación en 2020, de 84 millones de píldoras en Salerno (Italia), procedía de Latakia (Siria). Los documentos de envío indicaban el nombre del remitente como Basil al-Shagri Bin Jamal, pero las autoridades italianas no pudieron encontrarlo, ni siquiera saber si se trataba de una persona real o alguien ficticio.

       El surgimiento del narcoestado sirio de la familia Al Assad

      El medicamento Captagon fue fabricado inicialmente por una farmacéutica alemana como estimulante para tratar trastornos derivados del déficit de atención y la narcolepsia. Durante la década de 1980, los usuarios de Arabia Saudita y otros estados del Golfo Pérsico iniciaron a consumirlo en forma recreativa, ansiosos por obtener impulsos de energía, desterrar el miedo o temores del día a día, y permanecer despiertos para estudiar para los exámenes escolares, trabajar, ir de fiesta o conducir sus vehículos en largas distancias por las desérticas vías de su país.

     Las primeras píldoras blancas de Captagon tenían estampadas dos medias lunas, razón por la que sus consumidores la le denominaron con el vocablo e árabe de "abu hilalain" que traduce "la de las dos lunas".

      A finales de la década de 1980, la comunidad científica determinó que Captagon es adictivo, y de inmediato su consumo fue prohibido en el mercado legal de medicamentos. Pero para continuar alimentando el creciente mercado de este producto en el Golfo Pérsico, se desató la producción ilícita de captagon, inclusive en el valle de Bekaa en el Líbano, donde ha coexistido por décadas un centro de producción de hachís y un bastión de Hizbolá, respaldado por Irán, grupo terrorista que ahora forma parte del gobierno del Líbano.

       Es preciso aclarar que el Captagon farmacéutico contenía la anfetamina fenetilina, mientras que la versión ilícita que se vende hoy en día, a menudo denominada "captagon" con c minúscula, generalmente contiene mezclas de anfetaminas, cafeína y otros rellenos.

      En Siria, las pastillas más baratas de captagon se venden al detal por menos de un dólar cada una, mientras que las pastillas de mayor calidad pueden  venderse a 14 dólares o más en Arabia Saudita, donde hay consumidores con mayor capacidad económica.

       Los laboratorios de fabricación ilegal de captagon están esparcidos por partes de Siria. Son supervisadas por el gobierno alawita, o en territorio controlado por Hizbolá cerca de la frontera sirio-libanesa; en las afueras de Damasco; y alrededor de la ciudad portuaria de Latakia.

       No son enormes fábricas, sino pequeñas adecuaciones en hangares de metal o antiguas villas, donde los trabajadores combinan los productos químicos con mezcladores y los prensan en pastillas con máquinas simples. Soldados leales a Bashar Al Asad vigilan algunas de esas instalaciones. Otros instalan carteles o retenes, mediante los que declaran que son zonas militares de acceso exclusivo.

      Una vez fabricadas, las píldoras se esconden en fondos falsos dentro de contenedores; paquetes de leche, té y jabón; y empaques con uvas, naranjas o granadas. Luego son llevados de contrabando por vía terrestre a Jordania y El Líbano, de donde algunos parten a través de los puertos aéreos y marítimos de Beirut, pero la mayor parte de los cargamentos de anfetaminas sale desde el puerto mediterráneo de Latakia en Siria.

        La Cuarta División del Ejército Sirio, encabezada por el mayor general. Ghassan Bilal, es la columna vertebral de la red criminal. Sus tropas protegen las fábricas y facilitan el movimiento de drogas ilícitas hacia las fronteras y el puerto de Latakia. Obviamente Hassan Nasrallah, cabeza visible de Hizbolá en la región, niega que su grupo tenga algo que ver con el tráfico de captagon.

       Inclusive, después de que estalló la guerra civil en Siria, los contrabandistas aprovecharon el caos reinante en el país, para vender captagon a los combatientes de todos los bandos, quienes la consumen para reforzar su valor en la batalla. Entonces algunos sirios emprendedores, también comenzaron a distribuirla, aprovechando el acceso a las rutas marítimas del Mediterráneo y rutas de contrabando establecidas en las fronteras con Jordania, Líbano e Irak.

      A medida que avanzó la sangrienta guerra civil, la economía siria se vino abajo y muchas personas cercanas al régimen de al-Assad recibieron fuertes sanciones internacionales. Por lo tanto, algunos de ellos invirtieron en captagon. Pronto se desarrolló un cartel vinculado al Estado sirio, que reunió a oficiales militares, jefes de milicias pro-Al Assad, comerciantes cuyos negocios habían florecido durante la guerra y familiares del dictador.

       Amer Khiti, cuyo ascenso es emblemático para la nueva clase empresarial siria en tiempos de guerra, es la ficha clave en este proceso. Inició su carrera como modesto comerciante de ganado, pero se convirtió en contrabandista durante la guerra civil, abasteciendo comida y otros bienes entre Damasco y los suburbios controlados por los rebeldes con el apoyo del Estado.

      Cuando los rebeldes anti Assad fueron expulsados de los suburbios de las principales ciudades sirias, Amer Khiti compró bienes raíces e invirtió en instalaciones de embalaje, que ahora son utilizadas para el contrabando de Captagon.

      Otra figura clave de este entramado delictivo, es Khodr Taha, antiguo comerciante de aves de corral, que ahora supervisa los puntos de control de la Cuarta División en todo el país, donde facilita el movimiento de captagon. En reciprocidad, ambos comerciantes han financiado banquetes, vallas publicitarias, mítines y conciertos en apoyo de la candidatura reeleccionista de Bashar Al Assad, a pesar de los crímenes de lesa humanidad contra su pueblo. Y tras bambalinas, Rusia guarda silencio cómplice al respecto.

      Por su parte, el gobierno de Estados Unidos ha impuesto sanciones económicas a Bashar y Maher al-Assad, al general Bilal, a Khiti y a Taha.

        Floreciente auge de un negocio ilícito contra la salud humana

       Debido a que fuera del Medio Oriente se sabe muy poco acerca del captagon, los organismos aduaneros en otras regiones no siempre identifican dicha droga cuando la encuentran, mientras que los contrabandistas emplean métodos cambiantes, para camuflar, para transportarlas y para ocultar su origen.

       Por esta razón, desde 2015, las autoridades de diversos países, han encontrado captagon en el jet privado de un príncipe saudí, o en filtros de aceite para camiones y máquinas para hacer tejas, o mezcladas con cargamentos de uvas y naranjas, y metido dentro de papas de plástico escondidas en un cargamento de papas reales. ...

       En otros envíos, han combinado los envíos de las anfetaminas con café y especias para confundir a los perros rastreadores, o, los han sellado dentro de barras de plomo y rocas gigantes para bloquear los escáneres.

        Los cargamentos de anfetaminas han sido incautadas en Turquía, Líbano y Jordania, Egipto, Grecia e Italia, en un aeropuerto de Francia y en lugares mas lejanos como Alemania, Rumania y Malasia.

       Aunque esos países no son mercados importantes para la droga, sino paradas en el camino hacia el Golfo Pérsico, no se descarta que su consumo se esté popularizando en todo el planeta.

       El mercado más grande de anfetaminas sirias es Arabia Saudita, cuya aduana nacional ha encontrado alijos de captagon en paquetes de té o cosidas en exportaciones de ropa nueva. En mayo de 2021, después de que las autoridades sauditas descubrieron más de cinco millones de pastillas escondidas dentro de granadas ahuecadas que fueron enviadas desde Beirut, prohibieron importar productos del Líbano, situación que significó un gran golpe para los agricultores libaneses y para la maltrecha economía del país mediterráneo.

       El destinatario del cargamento era GPS Global Aviation Supplier, empresa registrada en Lugano, Suiza, que al final resultó ser ficticia, pues la dirección postal correspondía a SMC Family Office SA, empresa que se negó a comentar a los periodistas que condujeron la investigación, cualquier cosa respecto al espinoso asunto.

       En otro importante puerto europeo, los investigadores griegos han encarado obstáculos similares.

       En junio de 2019, los trabajadores del puerto marítimo de Pireo hallaron cinco toneladas de captagon, avaluado en cientos de millones de dólares, dentro de láminas de fibra de madera, con destino a China. La empresa remitente se identificaba como Quick Click, que al verificar su situación quedo demostrado que no existe.

      Los documentos oficiales para el soporte de ese envío, indicaban que los productos iban destinados a una empresa china, identificada como Shenzhen Xiang Sheng Li Trade Co Ltd, de la cual tampoco se halló registro de existencia mercantil.

      Lo anterior indica que, el tráfico de anfetaminas sirias es una empresa criminal, manejada por personas con contactos oscuros en diversos gobiernos, que tiene clara orientación por agentes de inteligencia especializados en operaciones encubiertas y que todos los indicios apuntarían a funcionarios rusos con la formación y la mentalidad subversiva de la antigua KGB. Es su estilo.

       El reino de Jordania en la mitad del entuerto

       Mientras los funcionarios aduaneros, judiciales y de seguridad nacional en Europa intentan identificar a los traficantes de anfetaminas sirias, el reino de Jordania, uno de los socios más cercanos de Estados Unidos y Europa en el Medio Oriente, enfrenta su propia guerra regional contra el tráfico ilícito de drogas.

      La cantidad de píldoras de Captagon incautadas en Jordania en 202 equivale doble de la cantidad incautada. De remate, aunque Jordania era solo el camino del tráfico de anfetaminas hacia Arabia Saudita, la policía jordana calcula que la quinta parte de estas drogas se consume ahora en Jordania, porque el aumento de la oferta ha disminuido el precio, lo que facilita que los estudiantes se vuelvan adictos, en un entorno enigmático donde la juventud está sometida a dictados estrictos de la monarquía, los cuales contrastan con lo que ven en las redes sociales, que ocurre en otras partes del planeta.

      Muchos consumidores jordanos, lo estarían haciendo como una válvula de escape a su realidad.

     Aún más preocupante, es la creciente cantidad de metanfetamina que ingresa ilegalmente a Jordania desde Siria. Prueba de ello, es que entre enero y octubre de 2021, la aduana jordana había incautado 132 libras de este fármaco adictivo, equivalente al triple de incautaciones frente a las 44 libras de todo el año 2020.

      Complejidades del problema

      Vistas las anteriores realidades del tráfico de anfetaminas y metanfetaminas, prohijadas por el régimen dictatorial sirio, coadyuvadas por Irán por medio de su puntal Hizbolá, y apadrinadas tras bambalinas por Moscú, se estaría preparando un coctel perfecto para un conflicto de proporciones impredecibles.

     No es gratuito que los regímenes afectos a Moscú (Siria. Irán, Venezuela) estén inmersos en el manejo de sustancias ilícitas, anfetaminas o narcotráfico. La obcecada posición de Putin y su séquito para conseguir a la brava todo lo que convenga a sus intereses, está crispando los nervios de los afectados:

     Inmigrantes, drogas, armas de última tecnología, espionaje cibernético, sabotajes en varios países y otras acciones agresivas del Kremlin, al mismo tiempo que China desafía al mundo con su expansión geopolítica comercial. Estos, no son sucesos de poca monta.

      De remate el tráfico de anfetaminas, está financiando un gobierno chiita y dictatorial, en el convulso Medio Oriente y Golfo Pérsico, donde cualquier diferencia entre chiitas y sunitas, puede desencadenar en un conflicto singular que por su dinámica y contenido puede pasar muy rápido de lo regional a lo mundial.

      Otro duro reto para la paz del mundo, en el que los miembros del consejo de seguridad de la ONU, están obligados a sentarse a hablar y buscar soluciones de fondo.

      Respuestas parciales o acuerdos de empoderamiento a los agresores, serán caldo de cultivo para problemas peores. A mediano y largo plazo

       Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

       Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

         www.luisvillamarin.com


[1] El captagon es una anfetamina ilegal y adictiva popular en Arabia Saudita y otros estados árabes

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