¿Quedará Kazajistán en manos de Rusia?

Publicado: 2022-01-09   Clicks: 1232

    Geopolítica del Asia Central

 

      A pesar de la ingente riqueza de hidrocarburos y minerales, el enigmático país de los kazajos, no ha podido aprovechar su enorme riqueza para satisfacer la calidad de vida de sus gobernados. Tras la caída de la Cortina de Hierro y la desintegración de la Unión Soviética, la rica Kazajistán quedó en medio de la disputa geopolítica entre Estados Unidos y Rusia, por el control del Caspio y sus recursos.

     Así, a medida que aumentan las protestas en este país de Asia Central, rico en petróleo, los acontecimientos amenazan con repercutir en toda la región, y en que Putin se salga con la suya anexando a Moscú a los kazajos.

     Las protestas en Kazajistán, desencadenadas por el inesperado aumento de los precios de los combustibles, se han intensificado hasta virar en enfrentamientos políticos matizados con mucha violencia en las calles, en torno a la futura dirección del país. Escudado en pactos anteriores manipulados por el Kremlin, sobrevino una intervención militar dirigida por Rusia y la muerte de decenas y de cientos de heridos entre los manifestantes que protestan contra el gobierno kazajo.

      El viernes 7 de enero de 2021, el gobierno kazajo aseguró que el orden había sido “restaurado en su mayor parte” después de que miles de manifestantes furiosos salieran a las calles de Kazajistán, creando la mayor crisis que ha sacudido al país autocrático del centro de Asia desde su independencia en 1991. En respuesta el mandatario kazajo Kasim-Yomart Tokaev  aseguró ante las cámaras de televisión internacionales, que dio la orden a la policía de disparar contra los bandidos y terroristas que tienen un plan preparado para derrocarlo.

      En medio de los disturbios, fue incendiada la sede gubernamental de Almaty, la mayor ciudad del país. Entretanto, una turba enfurecida tomó el aeropuerto. Igualmente,  los manifestantes prendieron fuego a los vehículos de la policía y a la sede regional del partido gobernante, Nur Otan. Simultáneamente, la policía kazaja acusó a los manifestantes de ser responsables de la muerte de 13 agentes y de dejar 353 heridos.

      La irresponsable respuesta del presidente Kasim-Yomart Tokaev es un reflejo de los duros retos a los que se enfrenta en el cargo sin haber completado tres años de gobierno, y a juzgar por los hechos, este anuncio parece presagiar una prolongada represión oficial, contra todas las formas de disidencia, incluidos activistas antigubernamentales, defensores de los derechos humanos y periodistas independientes.

      En esencia, las violentas protestas en Kazajistán se agregan a otros problemas graves de una región volátil, en la que intereses geopolíticos y geoestratégicos de Rusia y Estados Unidos compiten por influencia y supremacía. Por otra parte, estas protestas reflejan el descontento generalizado de la población kazaja, frente al asfixiante gobierno autoritario de Kasim-Yomart Tokaev, sumado a la corrupción endémica que ha provocado la concentración de la riqueza en una pequeña élite política y económica, y que a pesar de ser el país del Asia Central con el mayor PIB debido a su incalculable riqueza, la mayoría de la población vive en la pobreza donde el salario promedio es de 570 dólares al mes, pero mucha gente gana mucho menos de esa cantidad.

     ¿Cuáles son los hechos que llevaron a los kazajos a protestar?

      La revuelta civil estalló cuando el gobierno kazajo levantó los límites de los precios del gas licuado del petróleo, un combustible bajo en carbono que muchos usuarios utilizan para tanquear sus vehículos. Sin embargo, es preciso aclarar que las protestas tienen raíces más profundas, entre ellas, la desazón derivada de las disparidades sociales y económicas, la dependencia descarada de Moscú y la evidente corrupción agravadas por la incesante pandemia del Covid 19, así como por la falta de democracia real.

      ¿Cuáles son las peticiones de los desaforados manifestantes kazajos?

      Al ritmo que las violentas protestas se han intensificado, también se han incrementado las exigencias de los manifestantes. Desde exigir precios más bajos en los combustibles hasta una liberalización política más amplia. Entre los cambios que están en las agendas de reclamos, aparece la democrática elección directa de los líderes regionales de Kazajistán, para erradicar sistema actual de nombramientos presidenciales.

     Por lo tanto, los líderes de las protestas exigen el retiro del poder de las fuerzas políticas que han gobernado al país, sin haber tenido ninguna oposición significativa desde 1991.

     ¿Por qué los violentos disturbios en Kazajistán influyen en la geopolítica regional y el mundial?

     La ubicación geoestratégica de Kazajistán entre Rusia y China, rivales mutuos de Estados Unidos y competidores regionales fuertes entre ellos, es la primera condición geopolítica compleja para los kazajos y su futuro a mediano y largo plazo.

     Por otra parte, Kazajistán es el país sin salida al mar más grande del mundo.  Su territorio que ocupa 2.724.900 km2 tiene mayores dimensiones que Europa Occidental, aunque con una población de solo 19 millones de habitantes, casi toda instalada en las fronteras, ya que las estepas centrales kazajas son casi despobladas.

      En esencia, las actuales protestas son importantes, porque hasta hace algunos meses, Kazajistán era catalogado como pilar de estabilidad política y económica en una región poco estable, inclusive, a pesar de que tal estabilidad fuera producto de un gobierno represor que restringe la disidencia, pero que ha manejado con argucias buenas relaciones con la Casa Blanca y el Kremlin.

Sin embargo, las movilizaciones son significativas porque por cercanía geográfica y falta de fuerzas militares sólidas, Kazajistán ha estado alineado con Rusia, cuyo mandatario Vladimir Putin, ve a los kazajos, como si fueran un símil económico y político de Rusia, destinado a hacer parte de la esfera de influencia del Kremlin, o mejor dicho de la reaparición de la extinta Unión Soviética bajo la férula de la nueva Federación Rusa.

     Con la reciente intervención militar rusa en Kazajistán para reprimir las protestas amparada en las cláusulas de la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva, versión regional de la OTAN, es la primera vez que se invoca su cláusula de protección; medida que por su compleja y resbalosa naturaleza, podría tener amplias consecuencias para la geopolítica de la región y del mundo.

     In situ, la agitación social, política, económica de petición de democracia en Kazajistán, ha puesto de manifiesto al comenzar 2022, la vulnerabilidad de los caudillos-sátrapas en los que el Kremlin ha confiado para mantener el orden ideal a las ambiciones político-estratégicas de Moscú. Pero al mismo tiempo, ha presentado a Rusia otra oportunidad para reafirmar su influencia en su antiguo dominio soviético.

     Para el gobierno de Putin, estos hechos significan un evidente desafío contra el poder autocrático en un país vecino afín al estilo ruso. En cifras, este es el tercer levantamiento contra una nación autoritaria alineada con el Kremlin, después de las protestas prodemocracia en Ucrania de 2014 y en Bielorrusia de 2020.

     Por razones obvias, este caos amenaza con socavar el poder de Moscú en la región en un momento en el que Rusia intenta hacer valer su poder económico y geopolítico en Ucrania y Bielorrusia, e inclusive tiene la comunidad internacional en vilo, con la latente amenaza de atacar a Ucrania y de instalar armas nucleares en la frontera oriental de la OTAN.

     Debido a que los países de la extinta Unión Soviética también observan de cerca la evolución de las protestas; los sucesos violentos de Kazajistán, podrían contribuir a animar a las fuerzas opositoras en otros lugares.

     Paralelamente, Kazajistán es importante para Estados Unidos, ya que las multinacionales petroleras Exxon Mobil y Chevron han invertido decenas de miles de millones de dólares en el oeste de Kazajistán, región donde coincidencialmente comenzó el descontento este mes, y por razones obvias ha dado pie para especulaciones que son instigados por servicios de inteligencia occidentales, para poner en jaque las intenciones de Putin sobre Ucrania, Bielorrusia y la recién anexada Crimea.

     Aunque Kasim-Yomart Tokaev tiene vínculos cercanos con Moscú, varios gobiernos kazajos han mantenido relaciones estrechas con Estados Unidos, por ende, la inversión en petróleo es vista como un contrapeso que reta a la influencia rusa. Inclusive, desde la era Clinton cuando comenzaron las relaciones kazajo-americanas a solidificarse, el gobierno estadounidense mucho ha sido menos crítico del autoritarismo postsoviético en Kazajistán, que en Rusia y en Bielorrusia.

     ¿Cómo ha sido la respuesta del gobierno de Kasim-Yomart Tokaev a las protestas?

     El presidente kazajo Kasim-Yomart Tokaev ha calificado a los manifestantes de “banda de terroristas”, ha reiterado que Kazajistán está siendo atacado, ha autorizado a las fuerzas de seguridad a “disparar sin previo aviso” y en consecuencia, ha pedido a la alianza militar liderada por Rusia que intervenga para calmar los ánimos sin resolver los problemas de fondo.

     Al mismo tiempo, el gobierno kazajo ha intentado sofocar las manifestaciones promulgado un “estado de emergencia” y bloqueando sitios de redes sociales y aplicaciones de chat, incluidos Facebook, WhatsApp, Telegram y, por primera vez, a la aplicación china WeChat, máxime que las protestas públicas sin permiso gubernamental ya eran ilegales.

     Al despedir al gabinete y anunciar la posible disolución del parlamento kazajo, lo que forzaría a convocar nuevas elecciones, siguiendo instrucciones de Putin, inicialmente Kasim-Yomart Tokaev cedió a algunas de las exigencias de los manifestantes.

     No obstante, tales medidas han fracasado en apaciguar el descontento, situación que preparó el terreno para el anuncio de disparar sin previo aviso.

      ¿Quiénes son los actores políticos kazajos más influeynetes en el país?

     En 2019, renunció el entonces presidente Nursultán Nazarbáyev, ahora de 81 años de edad. Es un extrabajador del acero y líder del Partido Comunista, quien ascendió al poder en Kazajistán en 1989, cuando todavía formaba parte de la Unión Soviética. Durante su prolongado gobierno, durante la era post soviética Nursultán Nazarbáyev atrajo grandes inversiones de compañías energéticas extranjeras, para desarrollar la industria petrolera de la nación, que, con un estimado de reservas probadas superiores a 30.000 millones de barriles, ubica a Kazajistán como un poderoso jugador en el club de la OPEP.

     En calidad de último presidente sobreviviente en Asia Central que llevó a su país a la independencia tras el colapso de la Unión Soviética, Nursultán Nazarbáyev entregó el poder en 2019 a Tokaev, para esa época presidente de la Cámara Alta del Parlamento kazajo,  quien también fue primer ministro y ministro de Asuntos Exteriores.

     Enre los analistas políticos, Tokaev es percibido como el sucesor ungido por Nazarbáyev, quien hasta hace poco poseía un poder ilimitado, que legitimó con el auto-título de “Líder de la Nación” dueño y señor del cargo de presidente del Consejo de Seguridad del país.

      Por la evolución inicial de los acontecimientos, parecería ser que la tendencia de la revuelta apuntaría a una ruptura decisiva con su gobierno, debido a que el miércoles 5 de enero de 2022, destituyó a Nazarbáyev del influyente cargo de presidente del consejo de seguridad.

      En el ejercicio como presidente kazajo desde 2019, Tokaev ha sido leal al expresidente Nursultán Nazarbáyev, pero paulatinamente forja un rol más fuerte para sí mismo. Esta conducta de Tokaev ha desorientado a la burocracia y las élites kazajas, y ha contribuido a la insuficiente reacción del gobierno para atender y solucionar las demandas de los manifestantes kazajos.

     ¿Es estable el actual gobierno kazajo de Tokaev?

     Durante el prolongado mandato de tres décadas, Nazarbáyev ganó las elecciones con casi el 100 por ciento de los votos en cada ocasión, claro está, después de encarcelar a opositores políticos y periodistas que lo criticaban o que no estaban de acuerdo con su estilo dictatorial.

     En medio de ese entorno de autoritarismo, en junio de 2019 Kazajistán eligió a Tokaev, pero con resultados electores dispares en una votación estrechamente controlada y marcada por cientos de detenciones de manifestantes, que pedían la salida definitiva de Nazarbáyev.

     De inmediato, esa elección fue denunciada como injusta por observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. El resultado a favor de su discípulo Tokaev y la acción policiaca de mano dura contra manifestantes indicaron que, aunque el veterano líder Nazarbáyev había renunciado a la presidencia, en realidad, el férreo sistema que estableció durante su larga gestión permanece inamovible hasta la fecha en Kazajistán.

     Orientado por Putin, Tokayev había intentado promover una imagen más humana que la de su predecesor y mentor. Pero su retórica y las acciones más recientes para reprimir las protestas de enero de 2022, demuestran que es un caudillo ansioso por aferrarse al poder en un país que se ha sumido en el caos, que le da la disculpa para imponerse, pero que por extensión da pie para que Putin instale tropas en Kazajistán, sin saber cuándo las retira de allí.

     Tema espinoso, complejo y que por su naturaleza pone en vilo la paz mundial y afecta directa o indirectamente al resto del planeta. Por acción o por omisión de los afectados.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

     Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

    www.luisvillamarin.com

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