¿Por qué China está incrementado su poderío militar con armas nucleares?

Publicado: 2021-11-21   Clicks: 1191

     Geopolítica de China

     Creciente acumulación nuclear china amenaza la estabilidad en el planeta.

     El gobierno de Estados Unidos está preocupado por los avances del programa nuclear chino. Un informe del Pentágono publicado a principios de noviembre de 2021, puntualizó que China está "acelerando la expansión a gran escala de sus fuerzas nucleares" y construyendo un arsenal nuclear más grande, diversificado y más sofisticado.

     El citado informe es posterior a la noticia, de que durante el verano de 2021, China probó un arma espacial hipersónica con capacidad nuclear, a la que el general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto, describió como "lo más aproximado a un momento Sputnik".

     No sorprendente este ímpetu armamentístico chino la luz de los principios de su estrategia nuclear de China y las ambiciones para mediados del siglo XXI, por parte del presidente Xi Jin Ping, para construir un "ejército de categoría mundial". Por ende, estos desarrollos preocupan a Estados Unidos y sus aliados.

     La principal razón para preocuparse: el arsenal nuclear ampliado y mejorado de Pekín coloca a Estados Unidos y China en una condición crítica de estancamiento nuclear, en la que sin importar quién ataque primero, ambos países son vulnerables a las fuerzas nucleares de la contraparte.

     Así aunque parezca paradójico, el estancamiento nuclear podría inducir a que los líderes chinos asuman más riesgos materializados en ataques convencionales, o la opción "más segura" de cometer una agresión no militar en la zona gris, con poco riesgo de escalada nuclear. O sea, una mayor probabilidad de guerra.

     Frente a la expansión de estas capacidades chinas, Estados Unidos necesita fortalecer la disuasión convencional priorizando las inversiones que respalden su capacidad de disuasión nuclear y convencional. De manera simultánea, Estados Unidos debe redoblar sus esfuerzos para tranquilizar a los aliados mediante conversaciones de alto nivel y permanecer abiertos a la posibilidad de un diálogo directo con el gobierno de Xi Jin Ping.

      El cada día más grande arsenal chino

      Desde 1964, la Fuerza Militar China ha tenido en su arsenal, la bomba atómica. Pero durante décadas su capacidad nuclear fue pequeña y vulnerable a ataques masivos. Inclusive, durante la década de 1980, China tenía muchas menos ojivas nucleares que Francia o el Reino Unido. Y el mayor alcance de los misiles chinos, apenas podría llegar hasta Moscú o Washington.

La fuerza nuclear de China se concentraba en silos subterráneos con ubicaciones fijas y conocidas. Igualmente, sus armas requerían preparaciones prolongadas y detectables antes de ser lanzadas. Por ende, se minimizaba su capacidad de supervivencia en una crisis o guerra.

     Está probado, que durante las últimas dos décadas, China ha efectuado amplias inversiones para mejorar la capacidad de sus fuerzas nucleares. Aunque su arsenal sigue siendo más pequeño y menos sofisticado que el de Estados Unidos o Rusia, el Pentágono calcula que en 2027, China poseerá 700 ojivas y es probable que pretenda completar 1.000 ojivas en 2030.

     Según informes de inteligencia del Pentágono, China está construyendo sistemas de lanzamiento cada vez más sofisticados para estas ojivas, incluido el vehículo de deslizamiento hipersónico (VDH) con capacidad nuclear sobre lo que se llama un sistema de bombardeo orbital fraccional (SBOF) que al parecer, China probó en julio de 2021. Con base en hechos probados durante la Guerra Fría, un SBOF desplegado por primera vez por la Unión Soviética, demostró que mediante ese sistema, un arma nuclear sigue un camino menos predecible, por lo tanto, se torna más difícil la intercepción por parte de los sistemas de defensa antimisiles.

     Igualmente, China desarrolla una tríada nuclear, que le daría medios para lanzar armas nucleares desde el aire, el mar y la tierra, de la misma forma que lo pueden hacer Estados Unidos y Rusia desde hace varias décadas.

Para el efecto, China posee misiles balísticos intercontinentales móviles (MBIC) con capacidad para transportar múltiples ojivas nucleares; misiles balísticos móviles de alcance intermedio (MBAI) que pueden realizar ataques nucleares y convencionales con precisión; un misil balístico lanzado desde el aire con capacidad nuclear; y el primer bombardero recargable aire-aire con capacidad nuclear de China.

El Pentágono también evalúa el hecho de que China desarrolla un nuevo bombardero furtivo con capacidad de misión nuclear y está construyendo tres campos que albergan silos con modernos misiles balísticos intercontinentales, dentro de los cuales se podrían esconder cientos de nuevos silos de misiles en total. Además, el Pentágono advierte que, probablemente Pekín pretende aumentar "la preparación para tiempos de paz de sus fuerzas nucleares al pasar a una alerta baja de lanzamiento".

     Esto supone, que China estaría dispuesta a utilizar inmediatamente sus armas nucleares como respuesta a una advertencia de un ataque entrante, antes de que las armas nucleares enemigas hayan aterrizado en suelo chino. Si la información de alerta temprana es incorrecta, dicha política podría inducir a que se cometan peligrosos errores de cálculo.

      Retroceso estadounidense en el potencial nuclear

     Debido a la poca claridad que rodea las ambiciones nucleares de China, algunos aliados de Estados Unidos y observadores internacionales, temen que China derogue su política de “no usar primero” (NUP), la cual promete que en un conflicto, China nunca usará primero las armas nucleares.

     Estos temores se intensificaron en septiembre de 2021, cuando Sha Zukang, exdiplomático chino de alto rango, pidió a China que abandonara el compromiso. Algunos han señalado que en particular, la reciente prueba de misiles hipersónicos, plantea la posibilidad de que China pueda lanzar un ataque nuclear sorpresa contra Estados Unidos.

     Sin embargo, las preocupaciones de que los líderes de China considerarían un primer ataque nuclear son exageradas. Esto no se debe a la política de NUP de China. Tal vez, se debe a que no importa cuántos silos o aeródromos calcule destruir China, los estrategas chinos saben que su país, seguirá siendo vulnerable frente al potencial militar de Estados Unidos, verbigracia los 14 submarinos dotados con misiles balísticos Ohio de la Marina, cada uno de los cuales transporta hasta 20 misiles balísticos.

     Además, desde cuando China probó su primera arma nuclear en 1964, Pekín enfatiza constantemente que el propósito principal de su arsenal nuclear, es evitar que los oponentes empoderados con armas nucleares, algo que Mao Tse Tung denominó "chantaje nuclear".

      En desarrollo de esa visión, los líderes chinos buscan construir fuerzas estratégicas que pudieran amenazar de manera creíble una represalia de segundo ataque, suficiente para disuadir un ataque nuclear o amenazas nucleares contra China. Inclusive, los líderes chinos durante la Guerra Fría condenaron la carrera armamentista entre Estados Unidos y la Unión Soviética y prometieron no participar en ella.

     Pero la actual modernización nuclear de China, no es necesariamente una desviación significativa de tal pensamiento. Es probable que China quiera asegurarse de que Estados Unidos no pueda destruir todas las fuerzas nucleares del país, durante un eventual primer ataque nuclear sostenido.

Aparentemente a los estrategas chinos les preocupa que las capacidades de contraataque, tanto nucleares como convencionales, podrían obviar la disuasión nuclear de China, especialmente cuando se combinan con las defensas estadounidenses antimisiles, pues temen que podrían "limpiar" los misiles chinos residuales disparados en represalia.

     En realidad, los silos de China son muy vulnerables a un ataque contramisilero de Estados Unidos, pero amplían significativamente la cantidad de objetivos que las fuerzas estadounidenses tendrían que atacar, con le fin de que el primer ataque inhabilite por completo la capacidad de represalia nuclear china.

      En esencia, agregar más silos de misiles balísticos intercontinentales eleva el nivel del reto, para que Estados Unidos intente un exitoso ataque de contrafuerza, situación que en el momento China puede suponer, que se redujo en los últimos años debido a los informes de Estados Unidos y los reportes de las agencias chinas de inteligencia.

Por otro lado, las capacidades demostradas en la prueba hipersónica orbital china realizada en julio de 2021, encajan con esta lógica, revelando que Pekín tiene la capacidad de atacar a Estados Unidos con armas convencionales o nucleares desde una trayectoria impredecible.

     Este nuevo sistema, ayudaría a China a garantizar que si Estados Unidos atacara con un primer ataque nuclear, las fuerzas restantes de Pekín podrían contraatacar, porque las defensas antimisiles, probablemente no podrían proteger el suelo norteamericano.

     Entonces, el Pentágono sería disuadido a realizar intentos de coacción contra China mediante amenazas nucleares.

      Nueva audacia china

      En forma aislada, los esfuerzos de China por mejorar la capacidad de supervivencia de sus fuerzas nucleares podrían considerarse estabilizadores en el poder relativo de combate de ambas potencias.  

     Si ninguna de las dos potencias puede proteger a su población de represalias devastadoras, inclusive después de haber golpeado primero, ambas naciones encaran un fuerte incentivo racional, para no iniciar deliberadamente una guerra nuclear, lo que debería ser un desarrollo estabilizador.

     Sin embargo, en el contexto de los ingentes esfuerzos de modernización militar de China, sus capacidades nucleares mejoradas, tienen implicaciones significativas para la capacidad estadounidense para mantener la disuasión militar convencional en Asia.

     No es un secreto, que China busca construir una fuerza convencional superior militar sobre Estados Unidos en un área geográfica específica y durante un lapso suficiente, para lograr sus objetivos militares y políticos. Dicho de otra forma, China busca desarrollar la capacidad para llevar a cabo con éxito una guerra convencional corta y contundente.

     Aunque el foco principal de las ambiciones de Pekín apunta hacia Taiwán, el mismo principio se aplica en otras áreas en disputa, tales como los mares de China Oriental y Meridional, algo que provocaría una intervención de Estados Unidos, teniendo en cuenta que este tipo de campaña militar china, capturaría rápidamente los objetivos estratégicos, ejecutando un hecho consumado que obligaría la respuesta estadounidense para expulsar a las fuerzas invasoras chinas del territorio tomado en una costosa lucha.

     La capacidad estadounidense

     Las ventajas militares convencionales de Estados Unidos han ido disminuyendo durante años, debido a la mejora del alcance y las capacidades de las fuerzas militares chinas, cuyos estrategas chinos son conscientes, de que aún Estados Unidos puede recurrir a amenazas nucleares para defender sus intereses geopolíticos extraterritoriales.

      En 2019 un vocero del Pentágono manifestó que “existen escenarios operativos en Estados Unidos consideraría el primer uso nuclear", lo cual significa que, aunque ha aumentado el potencial de una victoria militar china convencional, la disuasión norteamericana se ha mantenido, en parte porque Pekín sabía que sus probabilidades de prevalecer en una crisis eran insuficientes, debido que sus capacidades nucleares son pequeñas y vulnerables.

    En consecuencia, las mejorías nucleares de China parecen tener como objetivo, reducir estas deficiencias. Al limitar la vulnerabilidad y aumentar el número de fuerzas nucleares, los estrategas chinos pueden tener más confianza en que el ejército chino puede desafiar a Estados Unidos o sus aliados de manera convencional, con poco temor de que Washington recurra a una escalada nuclear.

     Es claro que un entorno geopolítico favorable a una agresión militar convencional de China tendrá profundas implicaciones geoestratégicas para la seguridad integral de aliados y socios de Estados Unidos en el Indo-Pacífico.

      Aunque Taiwán se verá directamente más afectado por una situación similar a la descrita, el mayor potencial para el aventurerismo chino también será profundamente preocupante para Japón y varios países del sudeste asiático que disputan los reclamos de soberanía de China sobre gran parte del Mar de China Meridional.

     Si no se encaran con pragmatismo esas amenazas, dichas dinámicas podrían llevar a los aliados y socios estadounidenses, al complejo escenario en que China pueda apoderarse con éxito de una isla en disputa o de Taiwán y disuadir a Estados Unidos para no responder de manera efectiva. Si bien es cierto que Pekín preferiría que dichos países reaccionen acomodándose a los intereses chinos distanciándose de Estados Unidos, la mayoría de los estadounidenses sus aliados y sus socios han hecho lo contrario al deseo chino.

     Australia, Japón, Taiwán y otros países del sudeste asiático han profundizado relaciones con Estados Unidos durante los últimos años.

     Multiplicar a Estados Unidos

     Los aliados y socios estadounidenses también han aumentado significativamente las inversiones en sus propias capacidades militares convencionales para demostrarle a Washington que harán contribuciones significativas a su propia defensa, y para servir como cobertura contra la posibilidad de que Washington los abandone o no pueda apoyarlos.

     Australia aumentó su presupuesto de defensa para 2021 en más del seis por ciento con respecto al año anterior, acercándose a 33 mil millones de dólares, un año después de que su programa Actualización Estratégica de Defensa señaló que “solo las capacidades nucleares y convencionales de los Estados Unidos pueden ofrecer una disuasión efectiva contra la posibilidad de amenazas nucleares contra Australia".

      Sin embargo, la línea política gubernamental inscrita en este mismo documento, también pidió a la Fuerza de Defensa Australiana que "aumente la capacidad de autosuficiencia para producir efectos disuasorios". Entre tanto, algunos académicos australianos analizaron preocupaciones sobre "la durabilidad más amplia del sistema de alianzas de la Casa Blanca, en general, y la credibilidad menguante de la disuasión nuclear estadounidense en particular ".

       De manera similar y simultánea, el gobierno Japonés ha solicitado un presupuesto de defensa récord de 50.000 millones de dólares, y su Libro Blanco de Defensa más reciente evalúa que "la incertidumbre sobre el orden mundial existente está aumentando… Las potencias militares de gran calidad y cantidad se concentran en los alrededores de Japón, mientras que China continúa y fortalece sus intentos unilaterales de cambiar el estatus quo mediante la coacción, cerca de las Islas Senkaku (reclamadas por Pekín)", grupo de islas localizadas en el Mar de China Oriental, a las que arbitrariamente China denomina las Islas Diaoyu.

      Esta realidad causa amplias preocupaciones en Tokio en torno al potencial de agresión china. De paso, constituye un cambio significativo para un país regido por una constitución pacifista, que durante décadas se ha sentido razonablemente seguro, confiando en compromisos de disuasión ampliados por parte del gobierno de Estados Unidos.

      Por su parte, Taiwán también anunció planes para aumentar el presupuesto de defensa a casi $26 mil millones para 2022, mediante un notable aumento de $10,7 mil millones en 2018. Su ministro de defensa declaró: “Frente a las graves amenazas del enemigo, el ejército participa activamente en la construcción y preparación militar. Es urgente obtener armas y equipos de producción masiva en un corto período".

     Ante la perspectiva de la posible proliferación nuclear, los debates sobre imperiosa necesidad de adquirir sus propias armas nucleares se han vuelto comunes en Australia, Japón, Corea del Sur y Taiwán.

     En consecuencia, cada día es más probable, que un estancamiento nuclear más profundo entre Estados Unidos y China acelere este naciente, pero impredecible interés en las capacidades nucleares autónomas, si los aliados llegan a creer que el paraguas de seguridad de Washington, se está volviendo menos confiable, para enfrentar las amenazas nucleares y convencionales de Pekín.

      La tarea es construir la mejor disminución

      Debido al crecimiento de las capacidades militares convencionales y nucleares de China, combinado con preocupaciones en torno a la confiabilidad de los compromisos de disuasión extendidos entre los aliados y socios del Indo-Pacífico, Estados Unidos está forzado por las circunstancias, a considerar nuevas iniciativas para reforzar la disuasión.

      El Pentágono debe fortalecer la presencia disuasiva en el Indo-Pacífico, al mismo tiempo que realiza mayores inversiones en capacidades convencionales, para reforzar la capacidad de los Estados Unidos de impedir ataque chino. Dicho reto representa cambios en la estrategia convencional regional de "disuasión por castigo" a "disuasión por negación".

      Además de incrementar la presencia militar disuasiva en ese importante corazón geopolítico mundial, el Pentágono debe mejorar la percepción en las mentes de aliados, socios y adversarios por igual, acerca de la determinación y el compromiso estadounidenses en la región.

      El potencial para que suceda más aventurerismo convencional chino, significa que Estados Unidos debería invertir en capacidades que bloqueen por anticipado los esfuerzos chinos para establecer una superioridad militar temporal en las críticas islas, también reclamadas por aliados. Entretanto, el potencial de expansión militar china también obligará a los estrategas estadounidenses a aceptar mayores riesgos en otras partes del mundo.

      En Europa, los sucesivos gobiernos de Estados Unidos han tranquilizado a sus aliados durante décadas al involucrarlos en discusiones regulares de alto nivel, sobre política nuclear a través del Grupo de Planificación Nuclear (GPN) de la OTAN, pero no existe un foro similar para el Indo-Pacífico.

      En cambio, el gobierno de Estados Unidos estableció una serie descentralizada de Diálogos de Disuasión Extendida (DDE) bilaterales de nivel medio, con Japón y Corea del Sur. No existe un mecanismo equivalente en la alianza entre Estados Unidos y Australia, e inclusive, la declaración de la consulta ministerial entre Estados Unidos y Australia, más reciente no incluyó ninguna referencia a la necesarísima disuasión extendida.

      Por ende, Estados Unidos está forzado a considerar cambios fundamentales en la forma en que tranquiliza a sus aliados del Indo-Pacífico. Aunque algunos han propuesto copiar el modelo de la OTAN, Washington y sus aliados necesitan un mecanismo geopolítico claro, que refleje la historia, la política y la dinámica de seguridad particulares de la región.

      Con este objetivo en mente, Estados Unidos podría establecer un Diálogo de disuasión del Indo-Pacífico con Australia, Japón y Corea del Sur, para debatir las tendencias de seguridad regional y explorar opciones para mejorar la disuasión.

También debería explorar opciones con sus aliados del Indo-Pacífico para ganar mayor cooperación en el potencial despliegue de las capacidades estratégicas Estados Unidos para la región, los cuales podrían incluir el apoyo al estilo de la OTAN de operaciones nucleares con tácticas aéreas convencionales, en el que los combatientes aliados escoltan aviones estadounidenses con capacidad nuclear si son llamados para una misión nuclear, y otras operaciones que proporcionarían un papel más directo en el apoyo, sin desarrollar su propia capacidad o la necesidad extrema de la capacidad nuclear.

En otro escenario, Pekín ha rechazado repetidamente iniciativas de Washington para discutir estos temas o considerar la participación de China en las negociaciones multilaterales de control de armas. Parece ser, que la reciente cumbre virtual Biden-Xi Jin Ping, tampoco cambió esta línea de tendencia, a pesar de las continuas expresiones de interés de Estados Unidos al respecto.

En síntesis: La expansión acelerada del arsenal nuclear de China refleja que sus líderes han decidido que sus capacidades históricamente pequeñas y poco sofisticadas eran insuficientes para resolver necesidades y ambiciones geopolíticas chinas.

Aunque no necesariamente, tales avances militares no indican un cambio comprobado en la actitud de China hacia el empleo real de armas nucleares, sus acciones tienen profundas implicaciones para Estados Unidos y sus aliados y socios en todo el Indo-Pacífico.

Por lo tanto, Washington debe realizar inversiones y ajustes geopolíticos necesarios, en asuntos militares diplomáticos y políticos, para adaptarse a las nuevas realidades estratégicas, que le ha planteado la carrera armamentista de Pekín. La paz del planeta y la pervivencia de la raza humana, demandan empoderamiento militar, habilidad de los diplomáticos para negociar tratados sólidos y estrategas políticos, que antepongan intereses supremos de la paz mundial a los intereses personales o de partido.

      Una prueba más de que el mundo entero necesita estadistas con visión de estrategas y estrategas con pensamiento de estadistas, al frente de los gobiernos y la solución de las por siempre difíciles tensiones internacionales.

      Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

     Autor de 40 libros sobre geopolítica, estrategia y defensa nacional

       www.luisvillamarin.com

 

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