531 páginas de historia de la revolución china para autoproclamar a Xi Jin Ping

Publicado: 2021-11-08   Clicks: 1217

     Era inevitable en China, que el nuevo resumen oficial de la historia del Partido Comunista, condensado en 531 páginas exaltara a Xi Jinping como un transformador igual a Mao Tse Tung, de la misma estatura política de Deng Xia Ping, y que por ende le corresponde una nueva fase en el poder.

     Pese a la pandemia, la ensalzada imagen de Xi Jinping, aparece en las exposiciones de los museos que celebran décadas de crecimiento del país. Por orden oficial, los historiadores del Partido Comunista Chino han relatado con exagerados elogios su ascenso como estadista, prueba de ello es que más de la cuarta parte de las 531 páginas de la nueva versión monográfica de la revolución, esté dedicada a los nueve años de Xi Jin Ping en el poder.

     Todo indica que ni siquiera Mao Tse Tung, estuvo más obsesionado que Xi Jin Ping, en torno a la historia del Partido, pero sobre todo de su lugar en ella, y a medida que se acerca a una coyuntura crucial en su gobierno, esa preocupación por el pasado es ahora medular en su agenda política venidera. Mediante la "resolución" que reevalúa oficialmente los 100 años de historia del partido quedará cimentado su estatus como líder indiscutible junto con Mao Zedong y Deng Xiaoping.

     Aunque aparentemente se trata de asuntos históricos, lo cierto es que una resolución del Comité Central, es el equivalente a escritura sagrada para los funcionarios del gobierno chino, que por lo tanto, moldeará la política y la sociedad chinas durante las próximas décadas, con miras a celebrar el centenario de la victoria de Mao en 2049.

     Como es norma doctrinaria del comunismo, el tercer documento oficial que reconstruye el pasado del partido comunista chino, se convertirá en el centro de una intensa campaña de adoctrinamiento en todos los niveles de la sociedad.

      De sus páginas se desprenderán las líneas de acción acerca de cómo las autoridades enseñarán la historia moderna de China en libros de texto, películas, programas de televisión y aulas. De paso, envalentonará a los censores y a los policías políticos, quienes aplican leyes más estrictas contra quien cuestione, la causa comunista y sus "mártires", porque como el poder del partido es casi absoluto en China, se recordará a los funcionarios y ciudadanos que Xi Jin Ping está definiendo la época que les correspondió vivir, por ende exige su lealtad irrestricta.

      Visto de otra manera, se trata de crear un nuevo panorama para China en torno al Partido Comunista y el culto a Xi Jin Ping, en el que se junta la ola del pasado con la del futuro, lo cual infiere que no se trata solamente de una resolución oficial sobre la historia del comunismo en China, sino de una resolución oficial legitimando el futuro liderazgo chino bajo la dirección de XI.

      Mediante esta exaltación, Xi Jin Ping fortalecerá desde ahora su autoridad ante el congreso del partido, que se realizará a fines del próximo año, en el que es casi seguro que será reconocido para ejercer otro mandato durante cinco años más como presidente.  Esto quedará formalmente ratificado el jueves 11 de noviembre de 2021.

      Sin duda Xi Jin Ping, de 68 años de edad, es el líder más poderoso de China en décadas y se ha ganado el apoyo público generalizado por atacar la corrupción, reducir la pobreza y proyectar la fuerza china en el mundo. Su prospección geopolítica es innegable, lo cual no significa estar de acuerdo con ella.

      Después de la resolución legitimando en el libro de historia a Xi Jion Ping como si fuera le mismísimo Mao en persona, cualquier crítica interna en su contra, equivaldrá a herejía. Desde hace semanas los artículos editoriales y de opinión publicados en el Diario del Pueblo, principal periódico del partido, han elogiado a Xi como el líder "central", que posee atributos sobrehumanos porque derrota la pandemia y cualquier otra crisis.

      Lo han exaltado como el líder inquebrantable, necesario para tiempos tan peligrosos, debido a que el ascenso de China podría verse amenazado por los riesgos económicos internos o la hostilidad de Estados Unidos y otras potencias occidentales.

      Según la agencia oficial china de noticias, la próxima resolución del Comité Central acerca de la historia del partido, demostrará que Xi Jinping es sin duda la figura central que domina la marea de la historia de su país.

      El argumento es sencillo pero bien elaborado en la descripción etapa por etapa, que se presenta en los documentos del partido, en torno al ascenso de China moderna y es probable que así se escriba en el texto de la resolución aprobatoria de la tercera edición actualizada de la historia del partido: Mao llevó al país a enfrentar la opresión, Deng trajo prosperidad y Xi Jin Ping impulsa a la nación hacia una nueva era de fuerza nacional, dice

      Por ende, en los próximos años, las prioridades de Xi Jin Ping se enfocarán en reducir las desigualdades de riqueza, mediante la implementación de un programa de "prosperidad común", disminuir la dependencia de China de la tecnología importada y continuar modernizando el ejército popular para prepararse para un posible conflicto.

     De esta forma, la historia para Xi ofrece un marco ideológico comunista, que justifica niveles cada vez mayores de intervención del partido en la política, la economía, la defensa nacional y la política exterior

      Por añadidura, para. Xi Jin Ping, defender la herencia revolucionaria del Partido Comunista Chino también es una búsqueda personal, lo cual se corrobora en que el autoritario mandatario chino ha expresado en repetidas ocasiones sus temores, de que mientras que China se aleje de sus raíces revolucionarias, los funcionarios y los ciudadanos correrán un creciente riesgo de perder la fe en el partido, y ha reforzado sus tesis con la frase confuciana: "Para destruir un país, primero debe erradicar su historia"

      La habilidad histriónica de Xi Jin Ping para prolongar su estadía en el poder carece de escrúpulos. Su progenitor Xi Zhongxun, se desempeñó como alto funcionario bajo Mao y Deng, pero la familia soportó años de persecución después de que Mao se volviera contra él. En lugar de desilusionarse con la revolución comunista, como hicieron algunos de sus contemporáneos, Xi Jing Pin se mantuvo leal al partido , e inclusive ha argumentado en múltiples escenarios, que defender su herencia "roja" es esencial para su supervivencia política. No puede permitir que la revolución se desvanezca y menos por su culpa.

      Inclusive, Xi Jin Ping también ha citado lo sucedido en la Unión Soviética, como una advertencia para China, afirmando que el colapsó cayó allí, porque sus líderes no lograron erradicar el "nihilismo histórico", relatos críticos de purgas, persecución política, y por dar pasos en falso que minimizaron la fe en la causa comunista.

       La nueva resolución del Comité Central acerca de la historia del partido, reflejará ese orgullo defensivo en la colectividad política, comenzando por el juego dialéctico para construir la narrativa. Aunque los títulos de las dos resoluciones anteriores acerca de la historia del partido, definían los asuntos como "problemas" o "cuestiones", según lo pactado en una reunión preparatoria realizada en octubre de 2021, en Pekín, el escrito final de Xi Jin Ping se enfocará en los "principales logros y experiencias históricas del partido”.

      De antemano se sabe que dicha resolución presentará los 100 años de historia del partido como un acumulado de sacrificio y de éxitos heroicos. Por lo tanto, los tiempos traumáticos como el hambre y las purgas serán casi obviadas, y su reconocimiento será tangencial y anecdítico.

      Tal tergiversación se deriva de que Xi Jin Ping ve la historia como una herramienta útil contra las mayores amenazas al gobierno del Partido Comunista Chino, por lo tanto esa historia debe ser única e inadmitir cualquier competencia.

      De contera, muchos chinos se acogen a la orgullosa versión del pasado del partido, e inclusive, le atribuyen el mérito de haber mejorado sus vidas. El entramado propagandístico y de lavado cerebral está muy bien articulado. En 2019, hubo 1.400 millones de visitas a museos y monumentos conmemorativos revolucionarios "rojos". Por ende, Xi hace hincapié en que todos los chinos deben ir a esos lugares durante sus viajes.

      Para colmo de autoeleogios, un poblado donde Xi trabajó durante siete años se convirtió en sitio de peregrinaciones políticas organizadas, donde inclusive en 2016 Xi Jin Ping anunció que la instrucción en tradiciones revolucionarias debe comenzar con los niños pequeño, porque así se podrá infundir genes rojos en el torrente sanguíneo de cada persona y sumergir nuestros corazones en ellos.

      Por medio de esta resolución de legitimación histórica, Xi Jin Ping está emulando a sus dos poderosos predecesores, oficialmente venerados por los chinos comunistas. Mao supervisó una resolución en 1945 que imprimió su autoridad al partido. Deng supervisó otra resolución en 1981, que reconocía la destrucción de las últimas décadas de Mao, mientras defendía su venerado estatus como fundador de la República Popular. DE esa forma, ambas resoluciones delimitaron los conflictos políticos y la incertidumbre.

     A lo largo de 2021, los funcionarios chinos se han sometido a un programa de adoctrinamiento en torno a los puntos de vista de Xi Jin Ping sobre la historia comunista china, enfocada en la reducción de la corrupción, la reducción de la pobreza y el avance de las capacidades tecnológicas de China, e inclusive agrega que su respuesta a la pandemia de Covid 19, que comenzó en Wuhan-China a fines de 2019, demostró que el posee una visión aguda y una toma de decisiones fuertes.

      Es obvio y necesario para Xi Jin Ping que la nueva resolución elogie tanto a Mao como a Deng al tiempo que indica, que solamente Xi tiene las respuestas adecuadas para encarar la nueva era de poder, porque no habrá nadie que lo emule ni lo iguale en esta etapa de máxima “perfección” de la vida política china.

      A este personaje tan vanidoso y tan singular, ambicioso y sin escrúpulos para concretar lo que se le ocurre en política interna o externa, deberán enfrentarse los gobiernos de las potencias occidentales, en todos los escenarios de diplomacia, geopolítica, paz, guerra, comercio, explotación de recursos, infraestructura y seguridad en los cinco continentes.

       Por ahora es completamente seguro que la idolatría hacia este “incomparable genio de la política china moderna” saldrá reforzado en sus aspiraciones durante la reunión del Comité Central que el jueves 11 de noviembre de 2021 aprobará la resolución con la tercera versión de la historia del partido comunista chino.

        Ojos abiertos y oídos atentos para los dirigentes occidentales, porque la advertencia está dada. 531 páginas de historia comunista así lo dirán en breve.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

      Autor de 40 libros sobre geopolítica, estrategia y defensa nacional

       www.luisvillamarin.com

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