El triunfo de Guillermo Lasso en las elecciones presidenciales de Ecuador, es una excelente noticia para Colombia y para el continente, pues en medio de las tensiones ideológicas y la polarización que la izquierda proterrorista del hemisferio ha impulsado, en nombre del populismo progresista, lo que ocurra en un país incide mucho en otro. Máxime si son vecinos como Colombia y Ecuador.
La sombra de la duda cayó desde hace meses sobre el candidato izquierdista Andrés Arauz, apadrinado por el exmandatario prófugo de su país, Rafael Correa. Tal mancha de ignominia se extendió sobre la imagen de Arauz, con los hallazgos en los computadores de alias Uriel un terrorista del Eln, abatido por el Ejército Nacional, en los que quedó claro que el mandadero de Correa tiene nexos con los narcotraficantes y terroristas colombianos, quienes le aportaron dinero para su campaña electoral.
Coincidencialmente, similar prueba hubo contra su mentor y padrino, Rafael Correa, pues en los computadores incautados a Raúl Reyes, segundo capo del cartel de las Farc, quedó totalmente claro que Correa recibió para financiar su primera campaña presidencial, un importante aporte de dineros provenientes del narcotráfico, el secuestro y la extorsión practicados por los criminales en la frontera binacional.
La salida del dictadorzuelo tropical Rafael Correa del palacio Carondelet, se convirtió para todos los cómplices del terrorismo comunista en el continente, en una tragedia, similar a la que orquestaron los consuetas de Evo Morales caído de su cargo por tramposo en un proceso electoral, de quien dicen que fue “victima de un golpe de Estado”
Por su parte, el camarada Rafael Correa escondido en Bélgica, inventa que hubo traiciones a su nefasto legado y mil fantasías desinformadoras más.
Así las cosas, la noticia de la victoria de Guillermo Lasso es buena para Colombia, porque para combatir con eficiencia a los carteles de narcotraficantes de las Farc, el Eln, los pelusos y demás denominaciones pintorescas de grupos de traquetos, se necesita a un buen vecino, no a un cómplice de la continentalidad del terrorismo comunista.
Suficiente problema tiene Colombia con la dictadura de Nicolás Maduro en el vecindario y los gobiernos marxistas de Argentina, Bolivia y Nicaragua en el entorno hemisférico, por la cercanía ideológica y procedimental de esos mandatarios con los terroristas y narcos colombianos.
Vivimos dentro de un continente que en todas las etapas de su vida republicana, se ha quedado del tren de la historia y de los escenarios de progreso y desarrollo, como consecuencia de polarizaciones caracterizadas por irracionalidad y violencia.
En Colombia, durante las últimas seis décadas hemos padecido la agresión sistemática del Partido Comunista y sus brazos armados o hijos de su ideología de terror y miseria, con la consecuencia agravante que el desafortunado triunfo de Hugo Chávez en Venezuela en 1999, trajo más desgracias y violencia política a Colombia.
El gran problema radica en que los izquierdistas del continente han encontrado aliados y cómplices entre los politiqueros corruptos, quienes a menudo legitiman en escenarios internacionales, la barbarie comunista armada y los defienden en los foros internacionales.
Hasta hacen componendas con ellos, para que descaradamente los mafiosos de las Farc, se autoatribuyan crímenes cometidos por sus amigos.
En ese sentido, el triunfo de Lasso en Ecuador es un mensaje de aliento para que los colombianos elijamos en las urnas en 2022 a congresistas decentes, no a bandidos comunistas que siguen con sus brazos armados destruyendo el país, ni a politiqueros corruptos que quieren seguir atornillados en sus cargos, ni a “tramadores” de derecha, que llenan de elogios al país, se autodenominan y hasta cuestionan la ineficiencia de los parlamentarios de izquierda, pero como en la Biblia, miran la paja en el ojo ajeno, sin ver la viga que tienen en el propio.
Colombia necesita un relevo estructural en el Congreso, y eventos como el triunfo del empresario Lasso en Ecuador, nos deben alentar a escoger a personas con visión de país, con concepción estratégica, que tengan la capacidad mental suficiente para que los problemas del país les quepan en sus cabezas, y no a habladores o fogosos aspirantes a gobernar hasta constelaciones ubicadas a billones de años luz de distancia del sistema solar.
Felicitaciones al pueblo ecuatoriano que votó con conciencia, y motivación clara al pueblo colombiano para elegir personas serias, no a populistas ni bandidos de diferentes pelambres.
Luis Alberto Villamarín Pulido
Teniente coronel, autor de 38 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional