Análisis del conflicto armado en Colombia
Las capturas de varios delincuentes extranjeros que participaron en los actos vandálicos en Bolivia, a favor de la perpetuación de Evo Morales, entre quienes cayeron dos terroristas de las Farc, uno de ellos el argentino Facundo Morales alias Camilo, son hechos concretos que ratifican la existencia del castro-chavismo como factor real de apetencia comunista contra el continente, así como la proyección delictiva del Foro de Sao Paulo y la reafirmación de que el pacto Farc Santos, fue un salto cualitativo del plan estratégico fariano, para avanzar hacia la imposición del socialismo del siglo XXI vía gobierno de transición.
Y en la sombra la mano oscura del contubernio narcotráfico comunismo, apadrinado por el mañoso politiquero comunista mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
La inteligencia militar para la seguridad peruana posee abundante información acerca de un plan urdido desde La Habana y financiado por Maduro y en su momento por Evo Morales, llamado a unificar movimientos revolucionarios armados en todo el continente, liderado por las etnias indígenas, para lo cual cuentan con la complicidad de López Obrador, Daniel Ortega, y los demás izquierdistas del hemisferio.
Este proyecto no es nuevo. Inicialmente fue financiado por Hugo Chávez bajo el mote de Congreso Bolivariano de los pueblos, que luego fue aumentado en otra organización pro-terrorista denominada Coordinadora Continental Bolivariana, dirigida por la dictadura cubana, por medio del dominicano Narciso Isa Conde.
Todas esas pruebas se corroboraron en 2008 en los computadores de Raúl Reyes y luego fueron ratificadas en los computadores de Jojoy, Cano y otros bandidos abatidos en combate.
Desde 2008 a la fecha, han transcurrido 11 años, durante los cuales los gobiernos marxistas del continente y las Farc en Colombia han desarrollado sincronizadamente su plan estratégico contra el país más apetecido en la proyección narco-socialista en esta parte del planeta.
La circunstancia agravante para que el proyecto étnico y la ambición continental del castrochavismo, justifiquen su accionar subversivo y de paso disimule la podredumbre administrativa de sus administraciones socialistas, radica en la inconmensurable corrupción de la mal llamada derecha, que roba recursos públicos a manos llenas, mientras mantiene olvidadas las comunidades menos favorecidas.
En ese orden de ideas en las violentas protestas acaecidas en varios países del continente con distintos intereses y por diferentes razones, han concurrido diversas vertientes, pero con mayor argucia subversiva los comunistas han sacado ventajas estratégicas, así hayan perdido temporalmente la estratégica posición de Bolivia, donde todavía nada está claro a favor de la libertad y la democracia, y, todo está por verse, debido esencialmente a que los comunistas desarrollan la mixtura de su accionar legal e ilegal a partir de planes estratégicos, mientras que la derecha corroída por los corruptos, derecha que no es tan derecha, les da motivos, razones y argumentos manipulados, para desatar las oleadas de violencia, sabotaje y terrorismo sincronizado, que además es financiado por el narcotráfico de los carteles mexicanos.
En ese orden de ideas, es muy importante poner más atención a lo que hace el “pacifista” López Obrador, quien con aparente tono conciliatorio y fingida diplomacia, está oxigenando al Foro de Sao Paulo, al castrochavismo y a las Farc, para seguir adelante con los proyectos totalitarios en Latinoamérica.
Sencillo: El narcotráfico mexicano con sólidas ramificaciones en Bolivia y Colombia, cogobierna en México al amparo de un populista demagogo que les da abrazos y no balazos. Así la cocaína fluye hacia Estados Unidos vía México, López Obrador ayuda a sus compinches comunistas y permite a los capos del narcotráfico, hacer lo que les venga en gana, a la vez que alebresta a los por siempre rebeldes indígenas mexicanos.
Puntos para reflexionar y actuar ahora que viene el paro del 21 de noviembre, y que el país estrena al ministro de Defensa con misiones uribistas específicas de ser co-ministro del interior.
No entender la estrategia adversaria es el primer paso para perder las batallas.
Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido.
Especialista en defensa nacional, geopolítica y estrategia, temas sobre los cuales ha escrito y publicado 36 libros.