Putin recurre a general Gerasimov para solucionar problemas estratégicos de conducción operativa, que los dos generaron en Ucrania

Publicado: 2023-01-29   Clicks: 1588

    Putin planeando la depredacion de Ucrania con el general Gerasimov

      Geopolítica de Rusia

       Del intenso acumulado de enseñanzas geopolíticas, estratégicas, tácticas, y de conducción operacional de tropas en los campos de batalla modernos, que se derivan del primer año de la guerra desatada en Ucrania, tras la violenta agresión rusa, salta a la vista que la alta logística militar es un elemento decisorio en los combates, que está intrínsecamente ligado con la articulación integral cívico-militar de los criterios de defensa nacional, proyección geopolítica del Estado, entrenamiento y moral de las tropas, capacidades profesionales de sus comandantes, y aplicación acertada de los principios de la guerra.

     Las evaluaciones y exámenes que han realizado al respecto, las academias militares y los centros de análisis geopolíticos y estratégicos de las potencias occidentales, corroboran que los continuos fracasos de las tropas rusas frente a las aguerridas huestes ucranianas, han sucedido porque los elementos tangibles e intangibles del poder de combate ruso, han carecido de liderazgo adecuado, dotación logística suficiente, previsión de los probables cursos de acción de más probable adopción por parte de Ucrania y Occidente, así como problemas internos de corrupción en el adiestramiento y dotación de las tropas, terquedades con mentalidad zarista de Putin, intromisión del cabecilla del grupo Wagner en las altas decisiones militares y mucho más…

      En medio de ese escenario de complejas realidades y al frente de una guerra que no avizora probabilidades éxito a Rusia, el presidente Vladimir V. Putin acaba de nombrar al tercer comandante general de sus fuerzas militares en Ucrania. Pero, sin abordar los problemas fundamentales del ejército ruso, le será muy difícil cambiar a su favor, el curso de la dinámica de las operaciones, pues a todas luces está fallando la inteligencia militar rusa y por extensión la apreciación de situación que debe hacer el Estado Mayor, con la obvia consecuencia que a las decisiones erróneas en la maniobra de las tropas, se suman un pobre manejo de personal y una cuestionada capacidad logística del alto mando.

      Quizás presionado por las circunstancias, el general Valery V. Gerasimov, artífice de la fracasada invasión de Ucrania ordenada por parte Putin en febrero de 2022, asumió ahora la responsabilidad directa del nuevo esfuerzo bélico, pues de acuerdo con rumores creíbles, en asocio con su ministro de defensa, el general Gerasimov habría convencido al mandatario ruso, de que el general Sergei Surovikin reconocido como el carnicero ruso en Siria, habría sido demasiado pasivo e incapaz de llevar la ofensiva rusa a asumir la iniciativa estratégica en los teatros de operaciones de la guerra.

       Pero naturalmente no reconoció que el problema para las fuerzas rusas y por extensión para los intereses geopolíticos y estratégicos del Kremlin, sería la estrategia militar dirigida por el general Gerasimov, situación que condujo a los problemas ya señalados. Con la circunstancia agravante, que Moscú todavía no tiene listas las tropas debidamente entrenadas, ni las municiones ni el equipo requerido por los oficiales que las dirigen y que necesitan, para concretar la gran ofensiva prometida por Gerasimov a Putin, para final del invierno o comienzos de la próxima primavera.

     Son mayores el deseo y las ambiciones personales que la realidad del poder relativo de combate ruso frente a Ucrania apoyada por Occidente, lo cual puede desembocar en una nueva derrota y la exasperación de Putin por utilizar armas de destrucción masiva contra Ucrania o alguno de los países occidentales.

      Desde cuando el general Gerasimov reemplazó al general Sergei Surovikin, quien estuvo solamente tres meses comandando las tropas rusas en Ucrania, los informes de inteligencia ucranianos y rusos apuntan a concluir, que el liderazgo militar de Rusia se ha concentrado en asuntos tácticos, tales como determinar si las tropas rusas deben viajar en vehículos civiles o en transportes militares, o en evitar los peligros derivados del uso de teléfonos celulares, pero no se nota por ahora un enfoque estratégico o un cambio de actitud operacional de las unidades rusas en los campos de batalla, donde siguen padeciendo cuantiosas bajas.

      Tampoco hay evidencia verificable, de que el ejército ruso haya abordado la solución de problemas fundamentales, tales como la escasez de municiones y la estructuración de tropas bien entrenadas y suficientemente dotadas.

      En menos de un año, con el general Gerasimov como tercer comandante de las tropas rusas enviadas a la guerra contra Ucrania, se corrobora que Putin ha logrado pocas de sus metas. En el terreno, las tropas rusas no han logrado apoderarse de Kiev, la capital ucraniana. De remate, el presidente Volodymyr Zelensky sigue en el poder; Ucrania estrechó vínculos con Occidente; y, a pesar de vislumbrarse algunas grietas, la OTAN permanece sólida. Inclusive, para Putin sigue siendo difícil alcanzar el objetivo estratégico de Rusia, consistente en apoderarse de toda la región oriental de Donbas.

      Durante los últimos diez años, se pensaba que en la condición de jefe del estado mayor general de las fuerzas armadas rusas, el general Gerasimov estaba dedicado a modernizar las fuerzas armadas rusas, y que su equipo de trabajo había estudiado las experiencias estadounidenses en las guerras de Afganistán, Irak, Siria, la ex Yugoslavia y Libia, con el fin de incorporar esos conocimientos a los planes operacionales rusos en Ucrania.

      Pero los desastrosos resultados operacionales de las tropas rusas en desarrollo de la sangrienta invasión, evidencian que si fue cierto que estudiaron en las aulas militares, las experiencias estadounidenses en las guerras indicadas, no aplicaron nada de lo analizado.

      Con 67 años de edad y una larga permanencia en las fuerzas armadas rusas, incluida una década en el máximo cargo militar de su país, el general Gerasimov, acumula contradicciones que son características entre los líderes rusos. Sus homólogos en Occidente dicen que en apariencia tiene integridad personal, pero que al mismo tiempo, promueve las mentiras elaboradas por su gobierno.

      Por ejemplo, a principios de 2022, Gerasimov dijo a los funcionarios occidentales, que Rusia no tenía intención de invadir Ucrania, pero pocas semanas después, las tropas rusas cruzaron la frontera de manera violenta. En criticados comentarios públicos, imitando la propaganda de Putin, por declaraciones dadas al periódico ruso Arguments and Facts, el 24 de enero de 2023, el general Gerasimov describió a Rusia como víctima de la agresión occidental, pero sin explicar su estrategia para neutralizar la amenaza percibida.

      Está demostrado que durante la pasada década, en el intento de reformar el ejército ruso, el general Gerasimov incrementó la implementación de tácticas de guerra irregular, las cuales suponía que los estadounidenses estaban realizando, en lugar de centrarse en lo que Estados Unidos hizo bien: una guerra de armas combinadas y de diversas capacidades militares, encaminadas a crear una fuerza abrumadora, provista de alta tecnología.

      Como resultado de la visión de Gerasimov, el ejército de Rusia adquirió experiencia en subterfugios y tácticas clandestinas copiadas de los manuales soviéticos de sabotaje internacional, verbigracia, enviar a Crimea a unidades de las fuerzas especiales rusas Spetsnaz sin insignias militares, antes de que ilegalmente, Rusia anexara la península a su territorio en 2014.

       Pero a partir de esa burda maniobra de fuerza, consentida por la debilidad e inacción del gobierno de Barack Obama y el resto de potencias occidentales, la guerra desatada tras la invasión en Ucrania, ha exigido un tipo diferente de maniobra, basada en operaciones ofensivas con gran número de fuerzas terrestres, que operan de manera simultánea en diferentes áreas, con el objetivo de apoderarse del terreno. En estos escenarios, la estrategia urdida por el general Gerasimov ha resultado ineficaz para los intereses del Kremlin.

      Las tropas rusas enviadas para ocupar a Kiev en los primeros días de la invasión, carecían suministros básicos y pronto se estancaron fuera de la ciudad. De remate, Rusia no perfeccionó la capacidad logística ni operacional para movilizar grandes unidades, por tierra, aire y mar, pese a que su plan de invasión dependía de eso. Las fuerzas rusas se empantanaron en las complejidades de la movilización, y muy pronto se entorpeció su capacidad de maniobra, cediendo la iniciativa estratégica y táctica a los ucranianos que les bloquearon la ya deteriorada capacidad logística. Por esta razón, pronto las fuerzas rusas, fueron desarticuladas en ciudades y poblados del norte de Ucrania.

      El propio general Gerasimov casi se convierte en blanco de la mala planificación estratégica, táctica y operativa de su ejército, pues a finales de abril de 2022, se salvó de morir en un ataque ucraniano, mientras visitaba a las tropas en el Donbas. Producto de las muertes de centenas de soldados rusos, Moscú redujo las visitas de los altos funcionarios al frente de batalla.

      La falta de capacitación seria y experiencia operativa entre los burócratas del ministerio de Defensa de Rusia, con todas las deficiencias previsibles, quedaron expuestas de inmediato. En consecuencia, en noviembre de 2022, ante la televisión estatal rusa, el general Surovikin quien apenas llevaba un mes en el cargo tras reemplazar al general Aleksandr Dvornikov también destituido por Putin, anunció la retirada de las tropas bajo su mando de la ciudad de Kherson, y calificó tal hecho como una decisión muy "difícil".

      Consciente del grave traspiés estratégico, Vladimir Putin no participó en la reunión televisada, que había sido programada con suficiente antelación; una ausencia que para los servicios de inteligencia estadounidenses y de la OTAN, reflejó su deseo de distanciarse de una sorprendente derrota militar, y un evidente desengaño para Occidente, en torno a la real capacidad operativa del que se suponía muy poderoso ejército ruso.

       Según organismos de inteligencia estadounidenses y funcionarios de la administración Biden, precedido de la fama de asesino que adquirió en Siria cuando Putin inició descarada intervención en favor de la dictadura de Bashar Al Assad, el general Surovikin, incrementó la inestable posición rusa en Ucrania, particularmente en el sur del país invadido.

      Surovikin presionó para que las fuerzas rusas abandonaran Kherson y realizó un ágil repliegue táctico, que minimizó las bajas rusas. Luego concentró sus fuerzas en posiciones de bloqueo con el fin de desarrollar una extensa“defensa de área en profundidad”, sobre líneas de trincheras principales, secundarias y alternas, que pronto fueron detectadas por los satélites occidentales.

      Aunque los movimientos defensivos de las fuerzas rusas generaron inquietudes en Washington, habida cuenta de que con esta maniobra, Rusia podría resistir nuevas ofensivas ucranianas, los blogueros rusos que comentan la guerra y son muy leídos en su país, reaccionaron de manera diferente.

      Los blogueros criticaron con acidez al mando militar ruso por la retirada de Kherson. Por razones obvias, Putin quien se había sentido incómodo con ese plan, rechazó inicialmente la recomendación del general Surovikin de retirarse de la única ciudad importante que habían ocupado sus tropas tras varios meses de sangrienta invasión. Por lo tanto, es probable que el general Gerasimov y el ministro de defensa ruso, Sergei K. Shoigu, utilizaron a favor de sus intereses e intenciones personales, el escepticismo de Putin frente a la decisión defensiva del general Surovikin, para sacarlo de la línea de mando y hacer a un lado a un competidor fuerte.

      En consecuencia, lo obvio de suponer es que el general Gerasimov y Shoigu intentarán reafirmar su control sobre las fuerzas armadas rusas, por medio de una intensa maniobra para atraer la atención de Putin y coadyuvarle en su inmenso ego imperial, haciéndole creer que un segundo intento será exitoso, lo cual está por verse.

     La “hiperofensiva”, encabezada por el general Gerasimov y el señor Shoigu iniciaría con el objetivo inicial de ocupar Kramatorsk, al oriente de Ucrania. Se aclara, que los separatistas prorrusos tomaron esa ciudad en 2014, pero fueron expulsados de allí, por las fuerzas ucranianas durante una fase anterior de la actual guerra, y que durante 2022 sus habitantes fueron blanco de múltiples ataques rusos con artillería, misiles balísticos y bombardeos aéreos.

      El nombramiento del general Gerasimov, como responsable directo de los teatros de operaciones en Ucrania, pretende desviar la atención rusa sobre las críticas al esfuerzo de guerra del Kremlin, que hacen los blogueros militares, incluida la necesidad institucional de controlar el creciente poder de Yevgeny Prigozhin, cabecilla principal del grupo mercenario Wagner, quien dirigió la sangrienta ofensiva rusa. en Bakhmut en el Donbas, durante diciembre de 2022 y enero de 2023 , máxime que Prigozhin ha sido un firme aliado del general Surovikin.

      Con Putin insistiendo en que Rusia tomará Donbas e inclusive a Kiev, aumentan las expectativas de que el general Gerasimov estará bajo intensa presión sicológica, militar, política, operacional e internacional, para consolidar una ofensiva exitosa durante la primavera de 2023. Del dicho al hecho hay mucho trecho, y el deseo del superior jerárquico no es suficiente, sino hay pericia y voluntad de los subalternos.

      Ahora la ambiciosa e imposible aventura rusa de someter a Ucrania, depende de la destreza y conducción estratégica operativa, que desarrolle el general Surovikin, que de antemano se infiere tiene muchas limitaciones humanas, logísticas y técnicas.

      En este sentido, es evidente que Putin tiene otra vez, expectativas poco realistas, con la circunstancia agravante que el casi seguro fracaso de la nueva incursión masiva contra Ucrania, será repelida exitosamente por los agredidos, y el mundo entero correrá el grave riesgo, de que acorralado Putin decida utilizar armas nucleares.

      O que antes de que esto suceda, agobiados por tanta depredación en su país, los ucranianos decidan acometer acciones de comandos sobre los centros de gravedad del poderío militar ruso.

       Todas las opciones siguen sobre la mesa, máxime que los elementos analizados indican, que el nombramiento del general Gerasimov, no resuelve nada en la guerra, sino que la complica más y que si Rusia no renuncia a su alocada aventura imperialista sobre el vecindario de la antigua Unión Soviética, la labor del general ruso, será un paso más de la conformación de la tormenta perfecta, para el impredecible pero altamente probable escalonamiento del conflicto.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

     Autor de 40 libros de geopolítica, defensa nacional y estrategia

       www.luisvillamarin.com

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