Otra arista de la guerra en Ucrania: Voluntarios Internacionalistas que buscan vengarse de Rusia.

Publicado: 2023-01-09   Clicks: 899

    Mile de volunytario sinternacionalistas como este han llegado a Ucrania para combatir contra Rusia

Geopolítica de Rusia y Europa

     De las interioridades, complejidades, aristas, puntos de vista, particularidades de cada conflicto bélico a lo largo de la historia de la humanidad, se han escrito miles de libros, crónicas, relatos, biografías, ensayos, monografías, o se han elaborado documentales, películas, novelas, etc. Cada guerra en específico agrega o saca a flote reiteraciones de fenómenos sicosociales, que son comunes a todas las confrontaciones armadas, que por su alcance y naturaleza, le dan contenido científico y obligan a su estudio profundo en las academias militares. Y,… la guerra de Ucrania derivada de la reciente invasión rusa, no es la excepción, sino una prueba más de esa regla.

      En una de estas aristas, chechenos, tártaros de Crimea e internacionalistas voluntarios de las antiguas repúblicas soviéticas, todos imbuidos con profundos resentimientos históricos contra Moscú, se están uniendo a las fuerzas ucranianas.

      Reportajes de acreditados medios de comunicación internacional, han publicado fotos y videos de francotiradores preparándose para el combate en extensos campos de entrenamiento cubiertos de nieve. Son soldados con uniforme de camuflaje de color blanco que realizan ejercicios tácticos de fuego y maniobra o fuego y movimiento, mientras desarrollan situaciones de conduccción táctica mediante simulaciones cercanas a la realidad, verbigracia acciones de comandos terrestres, rescate de heridos, capturas de prisioneros enemigos, sabotaje sobre líneas de comunicación y depósitos, etc. Guerra irregular en un ambiente de guerra regular en la extensión más amplia de su conceptualidad.

      Hasta el momento todo parecería ser normal dentro de la movilización nacional y los planes de entrenamiento lógicos para la defensa nacional, realizados por tropas de un país agredido como es el caso de Ucrania. Sin embargo, aparece un elemento muy usual y poco difundido en la historia de la guerra: El voluntariado internacional, que usualmente es tratado de manera despectiva como los mercenarios. A medida que la agresión rusa avanza, han crecido de manera geométrica y matemática los batallones de chechenos, tártaros provenientes de Crimea y ucranianos que habitan en regiones de larga influencia rusa.

     Aunque los comandantes militares de Ucrania han dicho durante mucho tiempo que no les faltan soldados para la guerra, han dado la bienvenida a sus filas a miles de voluntarios, incluidos ciudadanos extranjeros. Las razones de ese creciente número de voluntarios, se asocian con odios insuperados contra Rusia. Una prueba más de la realidad que siempre desnuda la geopolítica. Ninguna solución a un conflicto es definitiva. Demora mucho tiempo y eso deben conocerlo a fondo los hacedores de la política, los historiadores y los estrategas militares.

      Muchos de esos voluntarios proucranianos, verbigracia los chechenos, son refugiados que huyeron de Rusia. Otros provienen de naciones vecinas, como Georgia, que tienen un historial de oposición a Moscú y al liderazgo de Vladimir V. Putin.

     Inclusive, algunos de esos voluntarios ya vivían en Ucrania, ya sea por trabajo o buscando refugio de la opresión política en sus países de origen. Algunos voluntarios han tenido problemas con las visas y los permisos de residencia, mientras que su entusiasmo por unirse a la lucha ha despertado sospechas entre algunos funcionarios y comandantes ucranianos, que están en alerta máxima por los saboteadores.

      Se menciona a manera de ejemplo, a Muslim Madiyev, veterano de dos guerras en Chechenia contra el abusivo régimen de Moscú.  Madiyev, fue compañero de luchas de Dzhokhar Dudayev, el antiguo general soviético, que tras la caída del Muro de Berlín, lideró la fallida lucha de Chechenia por independizarse de Rusia durante la década de 1990. Exiliado de Chechenia, Madiyev se instaló en Ucrania en 2016.

     Actualmente Madiyev integra el batallón cuyo nombre es el del difunto líder checheno, y es al mismo tiempo, solamente una de las unidades chechenas que se han unido a Ucrania en su lucha contra Rusia, después del levantamiento de separatistas respaldados por el Kremlin en el oriente de Ucrania en 2014 y la ilegal anexión de Crimea.  Su tesis, es que si no se detiene a Moscú en Ucrania, acto seguido amenazará a muchos más países de Europa, pues la intención de Putin es imperialista.

      Para hacer más complejo el cuadro geopolítico, igual que suele suceder con los kurdos en las guerras del Medio Oriente, para los combatientes chechenos más jóvenes, su objetivo es la liberación de la República Chechena de Ichkeria y ayudar a todas las naciones que lo deseen a obtener la libertad. Por razones obvias, esta realidad aporta otros ingredientes a la guerra, que deben ser tratados con pinzas quirúrgicas, por quienes apoyan a Ucrania, pero tienen problemas separatistas dentro de sus territorios o áreas de interés.

      En consecuencia, los chechenos son solo un ejemplo de numerosos batallones y regimientos de base étnica que se han estado formando en Ucrania desde la invasión de Rusia en febrero de 2022.

      En otro escenario del mismo conflicto, los combatientes antirrusos provenientes de Bielorrusia han conformado un regimiento de miles de voluntarios, que se suman a otros que provienen del Cáucaso y el Asia Central, así como de minorías étnicas que tienen numerosas poblaciones dentro de Rusia: chechenos, tártaros y grupos de habla turca. De ellos existe un regimiento de bielorrusos, que incluye a muchos opositores del presidente Aleksandr G. Lukashenko, catalogado por medios internacionales como un lacayo de Putin.

      Casi todos ellos, motivados por ingratos recuerdos de despojo y represión por parte de Moscú, verbigracia, los chechenos y los tártaros que fueron diezmados por las deportaciones forzadas, que ordenó Stalin durante la década de 1940.

      También hay grupos armados de internacionalistas en los que se enlistaron exiliados rusos, entre ellos nacionalistas rusos y neonazis que se oponen a las políticas de Putin.

      A simple vista, su participación en la guerra es muy útil para los intereses nacionales de Ucrania, pero también es un asunto potencialmente explosivo para el gobierno de Kiev, porque la mayoría de los internacionalistas albergan ambiciones políticas a largo plazo, para regresar a sus países de origen y derrocar a los gobiernos de Rusia y Bielorrusia.

      Dígase lo que se diga, los voluntarios internacionalistas actúan con pleno conocimiento y bajo las órdenes del ejército y los servicios de inteligencia ucranianos. Casi todas sus operaciones son encubiertas, incluidas riesgosas misiones de reconocimiento o sabotaje dentro de la retaguardia estratégica rusa dentro de Ucrania, con el obvio riesgo que avancen hacia territorio ruso como en efecto ya ha ocurrido.

      En respuesta a un llamamiento de Volodymyr Zelensky, a principios de la guerra, llegaron miles de voluntarios de países occidentales, incluidos combatientes de Estados Unidos y Gran Bretaña. La mayoría de ellos se unió a la Legión Internacional, que ha sido reconocida por el gobierno ucraniano y, hasta cierto punto, integrada al dispositivo operacional de las fuerzas ucranianas.

      En conferencia de prensa realizada en diciembre de 2022,  Oleksii Reznikov actual ministro de Defensa de Ucrania, dijo que tener soldados extranjeros luchando junto a los ucranianos en defensa de los valores europeos, agrega beneficios ideológicos y políticos a la lucha de su país contra los rusos.

      Además, los soldados extranjeros también adquieren valiosa experiencia acerca de la guerra moderna, la guerra de las tecnologías, la guerra de drones y la guerra electrónica. Así que es un intercambio en el que todos ganan.

      Y hay un valor agregado: Los voluntarios de las antiguas repúblicas soviéticas, tienen una ventaja lingüística porque la mayoría habla ruso, que también se habla mucho en Ucrania, situación que facilita la coordinación de las fuerzas irregulares internacionalistas, con los oficiales del ejército ucraniano. Inclusive algunos de ellos, como un grupo de georgianos integrantes de la Legión Kavkaz, tienen experiencia en el campo de batalla, porque combatieron al lado de la fuerza multinacional dirigida por la OTAN en Afganistán.

      El conocimiento de Rusia y de los rusos, sumado al odio contra Moscú, ha convertido a los voluntarios en buenos operadores encubiertos para las operaciones especiales de Kiev. Por esta razón, funcionarios y legisladores ucranianos han exteriorizado apoyo a las causas específicas que los induce a combatir a favor de Ucrania. En ese orden de ideas, en octubre, de 2022, el parlamento ucraniano aprobó una moción que reconoce a la República Chechena de Ichkeria como territorio ocupado por Rusia.

      Naturalmente los internacionalistas, enfrentan riesgos sustanciales, dada la naturaleza de su trabajo detrás de las líneas enemigas rusas, pues si son capturados por las fuerzas rusas serían tratados con dureza, como ha ocurrido con los nativos ucranianos, a quienes los invasores rusos señalan de ser espías de las fuerzas que los combaten.

      Uno de las unidades de voluntarios más recientemente conformadas, es el batallón Turán, compuesto por grupos étnicos de habla turca del Cáucaso, Asia Central y Rusia. Es comandado por Almaz Kudabek un refugiado de Kirguistán, quien trabajó como barbero en las bases estadounidenses que se instalaron en su país, y luego en la ciudad afgana de Kandahar, durante los 20 años de la guerra de Estados Unidos contra el terrorismo islámico en las montañas de Afganistán.

      El kirgustaní Almaz Kudabek afirma que ha reclutado a azerbaiyanos, tártaros y uigures chinos para el grupo, y a menudo explica ante los medios de comunicación la marginación y la opresión de las minorías de habla turca en Rusia. A lo cual agrega, que Rusia ha atraído reclutas para la guerra predominantemente de regiones remotas y más pobres de Rusia, incluidas aquellas pobladas por minorías étnicas de habla turca, y que de ellos han muerto en combate contra Ucrania,  muchos más que los rusos étnicos.

      Por esa razón, según Kudabek los soldados de su unidad podrían convertir esa injusticia en una ventaja táctica, porque podrán infiltrarse haciéndose pasar por soldados rusos, dentro el territorio ocupado por los invasores, y realizar misiones de sabotaje sobre objetivos de alto valor.

      El concepto general y compartido por el grueso de los miles de integrantes del cuerpo de voluntarios rusos es prepararse para derrocar a Putin, luego de librar a Ucrania de la actual agresión.  Son palabras mayores que no se pueden tomar a la ligera, y que apuntan a demostrar una vez más que la guerra de Ucrania no solo va para largo, sino que su dinámica ha reverdecido odios insepultos, históricas luchas étnicas de supervivencia, nuevos métodos, tácticas y técnicas de guerra irregular con tecnología de punta, más conocimientos para las ciencias militares y… más páginas para los libros de historia de las guerras.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

      Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

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