Geopolítica de Europa y Rusia
Ante la incertidumbre de la obvia continuidad de los atroces ataques de artillería, misiles de largo alcance y bombardeoes aéreos ordenados por el Kremlin, y con más de 800.000 viviendas destruidas en Ucrania desde el 24 de febrero de 2022. cuando comenzó la guerra, más el aumento geométrico y matemático de casos de coronavirus, y millones de ucranianos sin acceso a combustible o electricidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió al mundo el 14 de octubre de 2022, que el próximo invierno, podría incrementar la crisis humanitaria en el país.
Una semana después de que Rusia lanzó la demoledora andanada de misiles contra objetivos civiles en once ciudades de Ucrania, ataques en los que murieron más de tres docenas de personas y decenas más sufrieron heridas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que la invasión rusa ha cobrado un alto precio a la infraestructura de atención médica del país. Igualmente la OMS confirmó ataques de las fuerzas invasoras rusas contra 620 instalaciones de atención médica, contabilizados desde febrero hasta septiembre de 2022.
El doctor. Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa, afirmó en un comunicado de prensa, que la llegada del invierno, el aumento de los casos de covid-19 y la proliferación de ataques a la infraestructura civil, plantean un complejo desafío para Ucrania, país maltratado por la guerra.
En ese orden de ideas, la destrucción de casas y la falta de acceso a combustible o electricidad, producto de la infraestructura dañada, podría convertirse en asunto de vida o muerte, si las personas carecen de calefacción en sus hogares.
En ese sentido, el invierno podría resultar particularmente peligroso para las personas vulnerables, incluidos los niños, las mujeres embarazadas, los ancianos y los pacientes con enfermedades crónicas.
Como consecuencia de la depredación causada por los ataques rusos, demasiados ucranianos viven en condiciones precarias, deambulan y cambian de un lugar a otro, habitan en estructuras deficientes o sin acceso a calefacción.
Naturalmente dicha situación, puede provocar congelación, hipotermia, neumonía, accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos, según el concepto médico del doctor Hans Henri P. Kluge encargado de la OMS en Uropa.
Al mismo tiempo, los servicios de atención de la salud se verán más afectados por la reciente escalada de los combates y el desplazamiento interno de millones de ucranianos, así como por el éxodo de refugiados a los países vecinos.
Aunque el Ejército de Ucrania ha reocupado recientemente docenas de ciudades en el noreste de Ucrania y otros sectores del país invadido por los rusos, la OMS dijo que la recuperación del territorio también destaca la necesidad de abordar las necesidades de salud de los residentes locales, quienes padecen secuelas físicas y mentales de la sangrienta ocupación.
La OMS calcula que antes de producirse los intensos bombardeos iniciados el 10 de octubre de 2022, cerca de 10 millones de personas en Ucrania, están potencialmente en riesgo de sufrir trastornos mentales, tales como estrés agudo, ansiedad, depresión, uso de sustancias y trastorno de estrés postraumático.
Además, con el fuerte aumento de los casos de covid-19 ocurridos recientemente dentro del territorio ucraniano, la Organización Mundial de la Salud se prepara para buscar atención al inminente aumento de enfermedades respiratorias, durante el otoño 2022 y el invierno 2023, ya que la influenza estacional circulará al mismo tiempo que el coronavirus.
Sin duda el estoicismo, el patriotismo y el heroísmo con los que el pueblo ucraniano ha encarado la sangrienta invasión rusa, serán puntales estructurales para encarar la crisis energética, para contrarrestar el frío, enfrentar el drama humanitario y superar la crisis sanitaria, que les permita defender la libertad y la independencia de su patria.
Dura prueba para el valeroso pueblo ucraniano. Por ende, Occidente no puede suspender el flujo de ayuda humanitaria, financiera y militar a Kiev. No hay otra opción,
Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Autor de 40 libros de estrategia, geopolítica y defensa nacional