Actual contraofensiva ucraniana interpretada como una remodelación de la guerra, señala otro cambio de tercio en la iniciativa estratégica

Publicado: 2022-09-11   Clicks: 430

     

Geopolítica de Rusia

     La reciente recuperación de la estratégica ciudad de Izium por parte de las fuerzas terrestres ucranianas, en la región del Donbás, constituye otro devastador golpe para las ambiciones imperiales de Rusia en la región de la antigua Unión Soviética, y es un hecho bélico, que por su naturaleza se suma a la humillante retirada de Kiev, la destrucción de una de sus flotas aéreas en tierra en Crimea, y el hundimiento de su buque insignia, el crucero ruso Moskva en el Mar Negro.

      La exitosa recuperación de Izium se gestó tras una ofensiva relámpago de las fuerzas terrestres ucranianas en el nororiente del país. Así se afectó por lo menos por ahora, el curso bélico de la ya evidente guerra de desgaste. En menos de dos semanas, las tropas ucranianas penetraron las líneas del frente ruso, obligando apresurados movimientos retrógrados de las tropas de Moscú, que han retrocedido con visos de retirada, en la medida en que poblado tras poblado, es engalanado con la bandera amarilla y azul de Ucrania.

      Pero lo sucedido, todavía no da para cantar victoria. La guerra sigue y Rusia no ha sido derrotada, ni su autócrata gobierno ha cambiado de opinión. Así, los riesgos del uso de armas nucleares o cualquier agresión contra la planta nuclear de Zaporizhia que genere una crisis radioactiva, sigue a la orden del día.

      En Ucrania, altos funcionarios gubernamentales aseguraron el 9 de septiembre de 2022, que sus tropas recuperaron el control militar de la ciudad oriental de Izium, centro ferroviario, considerado un punto crítico de alta importancia estratégica para quien lo controle, el mismo que las fuerzas rusas ocuparon durante la primavera de este año, después de una sangrienta batalla que duró una semana.

     Por su parte, el Ministerio de Defensa de Rusia, que un día antes informó que estaba moviendo sus tropas para replantear el dispositivo táctico y reforzar las posiciones defensivas en la región del Donbás, confirmó el 9 de septiembre, que había retirado sus fuerzas de Izium para "reagruparse.

      Aunque dicha declaración intentaba justificar la retirada como un movimiento táctico planificado con antelación, la ingente cantidad de equipo militar que abandonaron durante el repliegue, apuntaría a concluir, que se trató de una retirada apresurada para evitar ser atrapados dentro del magistral y sorpresivo cerco táctico, tendido por la maniobra terrestre ucraniana.

      Sin duda otro fracaso de concepción estratégica y operacional de la cuadriculada doctrina de guerra rusa, apegada a técnicas, tácticas, estrategias y métodos de la era soviética, en ambientes mixtos de guerra convencional y acciones de comandos terrestres, frente a dispositivos de tropas y maniobras flexibles de las fuerzas ucranianas.

      Mientras que los 12.000 habitantes que quedaron en una población que antes de la guerra era de 40.000 en la localidad de Izium celebran la liberación de su ciudad del control ruso, es evidente la destrucción causada por las fuerzas invasoras rusas durante los últimos seis meses.

       Los soldados ucranianos que liberaron a sus compatriotas del yugo ruso encontraron que no hay un solo edificio residencial que no haya sufrido daños. La falta de calefacción es un enorme problema, pues es casi imposible que se pueda restaurar el sistema de calefacción antes del invierno que ya se avecina.

      En esencia, la recuperación de Izium por parte de Ucrania podría representar un punto de inflexión en la guerra, pero es mejor no anticipar juicios de valor, porque el Kremlin todavía conserva importantes posiciones en el terreno y no todas sus fuerzas han sido derrotadas. Se diría que perdieron una importante batalla, pero no una campaña entera, ni menos la guerra.

      Vista con lupa, la exitosa ofensiva ucraniana iniciada a finales de agosto de 2002 cerca de Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, es fiel testimonio de la alta moral combativa de las tropas ucranianas, y a la vez, una prueba más de algunas deficiencias técnicas, tácticas, operativas y estratégicas derivadas de la situación actual de los factores intangibles del poder relativo de combate y del equipamiento de guerra ruso.

      El éxito de las fuerzas ucranianas en la recaptura de Izium, radicó en que no se detuvieron después de llegar a la primera localidad ucraniana recuperada sobre el eje de avance, como lo esperaban los defensores rusos para bombardearlos con artillería y fuego aerotáctico, sino que deliberadamente los atcantes, pasaron por alto a otras ciudades intermedias ubicadas sobre su eje de avance, para envolver y golpear por la retaguardia de las líneas rusas, que al experimentar tan arrasadora sorpresa, optaron por huir dejando abandonado importante cantidad de materiales y muchos soldados que cayeron prisioneros en poder de Ucrania.

       La brillante maniobra de doble envolvimiento y consecuente cerco táctico ucraniano, es un innegable éxito operacional de su ofensiva en el norte, que por demás sucedió en un momento crítico para ambos bandos, dada la cercanía del siempre letal invierno en la región.

       Es sin duda, una contundente operación militar ucraniana, que además de elevar la moral del país y producir un cortocircuito dentro de los planes rusos de anexar ilegalmente el territorio que habían ocupado y el que aún ocupan, también ocurre cuando se presume que las líneas del frente se congelarán para ambos bandos, y que una probable crisis energética mundial pondría a prueba el apoyo de la OTAN a Ucrania.

      Por lo tanto, a medida que cambie la estación de otoño a invierno y bajen las temperaturas, serán cruciales los próximos tres meses de la guerra.

      Como es obvio y sin caer en triunfalismos el gobierno de Zelensky es optimista de que sus fuerzas seguirán recuperando todo el territorio y que finalmente Rusia desocupará Crimea. Entre tanto, algunos analistas suponen que de seguir el ímpetu de la ofensiva ucraniana y la desazón entre las fuerzas rusas sumada a la presumible incapacidad para llevar reemplazos a los frentes de batalla y reponer los abastecimientos de orden operacional y administrativo, el resultado de la guerra podría virar a favor de Ucrania durante la primavera de 2023.

       Pero todo está por verse y es aún prematuro unirse al coro de los triunfalistas. Es mejor la mesura política, y no bajar la guardia, para que las tropas conserven la disciplina y la efectividad en los campos de batalla y los teatros de operaciones.

        Desde otra esquina del teatro de guerra, se podría decir que el colapso del ejército ruso en el Donbás con la consecuente pérdida de Izium se podría atribuir a que dejaron expuestos sus flancos, quizás producto de la cada día mas evidente escasez de tropas, los soldados de primera línea exhaustos y la baja moral que se multiplica, en contraste con la mejor habilidad de los ucranianos para maniobrar y golpear por sorpresa y en diferentes puntos, sin que los comandantes rusos atinen a maniobrar con acierto, y por extensión verse obligados a depender de los apoyos de artillería y fuerza aérea rusas.

      Otro aspecto que demuestra que Rusia perdió la iniciativa estratégica ganada con la maniobra inicial de cuatro frentes de batallas cuando pretendía golpear en varios sitios para tomar por la fuerza a Kiev, radica en la obligada maniobra de cambiar permanentemente de prioridades en sus objetivos estratégicos.

      Esto se demuestra en que desde comienzos del verano de 2022, las tropas rusas se desplegaron con énfasis en Donbas, región rica en minerales, habitada por pueblos mineros y campos ondulados al oriente de Izium. La ocupación y control militar de la llanura oriental de Ucrania era y continúa siendo uno de los principales objetivos de guerra de Moscú, por lo tanto en junio y julio de 2022, sus fuerzas impulsaron el ímpetu del ataque para capturar las ciudades industriales de Sieverodonetsk y Lysychansk.

      Pero durante las últimas semanas de agosto y primeras de septiembre, decenas de miles de soldados rusos también fueron desplazados hacia el sur, con el fin de contener una ofensiva ucraniana muy publicitada, que se desató en región de Kherson.

       Aunque para los analistas militares del mundo, la ofensiva del sur podría parecer una finta o un ataque de engaño, preparando el campo de batalla en el noreste para el impresionante avance de las fuerzas ucranianas, lo que está siendo demostrado hasta ahora, es que ambos ataques fueron bien planeados y efectuados por un número considerable de tropas terrestres, y que se trató de un ataque coordinado de orden estratégico, encaminado a destruir las defensas rusas y socavar la moral de sus tropas desde antes del invierno, causando una impactante efecto sicológico.

       Todavía es prematuro para saber con exactitud todo lo relacionado con la hasta ahora exitosa contraofensiva ucraniana, pero si está claro que fue una maniobra bien planeada y ejecutada con mucha disciplina táctica sobre el terreno. Tiene todos los ingredientes de una operación de armas combinadas realizada con unidades de tanques, infantería mecanizada, fuerzas especiales, defensa aérea, artillería y sofisticados sistemas de inteligencia técnica.

       Por lo tanto, para tener mayores recursos para el análisis del poder relativo de combate y determinar con precisión los cursos de acción de más probable adopción, es preciso comprender que el pie de fuerza y las municiones han sido dos elementos claves de la guerra de desgaste durante seis meses en Ucrania.

      En la práctica, Rusia ha tenido más soldados y más equipos, saturando las posiciones ucranianas con bombardeos de artillería que demuelen posiciones de infanteríaucranianas, y en contraposición permiten avanzar a su propia infantería a pesar de las bajas, que a menudo son muchas.

      Según cálculos moderados de algunas agencias de inteligencia occidentales, se estima que ambos ejércitos tienen pérdidas de decenas de miles, realidad que resalta los recientes avances de Ucrania, al tiempo que infiere el cansancio en las filas rusas, que al parecer han sufrido 80.000 bajas en combate, sumadas entre heridos y muertos desde el 24 de febrero de 2022 cuando comenzó la guerra.

      Naturalmente con lo que sucede en el ámbito táctico en el teatro de operaciones, a menudo cambiante, aún no está claro cómo se desarrollarán los combates y movimientos de tropas durante los días y meses venideros.

       Máxime, que los blogueros prorrusos han publicado en las redes, muchas imágenes del Tercer Cuerpo del Ejército de Rusia dirigiéndose hacia Izium, aunque para muchos analistas, el cambio de fuerzas en la primera línea rusa de combate, parecería haber llegado demasiado tarde y estas unidades estarían expuestas a sufrir muchas bajas, frente a las patrióticas fuerzas ucranianas.

       No se puede olvidare ni descartar que el ejército ruso todavía tiene un gran número de tropas y, en particular, poder aéreo, por ende, es probable que intente contraatacar o por lo menos hostigar de manera sistemática a las fuerzas ucranianas a medida que avanzan, con el obvio interés de diezmarlas, pero también está por verse la capacidad de combate antiaéreo que tenga Ucrania con los apoyos que ha recibido los últimos meses de Estados Unidos y otros países de la OTAN.

       Lo sucedido cronológicamente para lllegar a este fracaso de Rusia dspués de tener el control de la zona, fue que después de que las fuerzas enviadas por Putin se apoderaran de Izium durante los primeros meses de la guerra, dicha posición les dio una clara ventaja en las regiones de Luhansk y Donetsk, en el oriente de Ucrania, conocidas colectivamente como Donbas. Ese tablero operativo dejó ciudades estratégicamente importantes en manos de Ucrania en la región, pero atrapadas dentro de un asfixiante cerco táctico, que se cerraba lentamente a medida que avanzan las tropas rusas.

       Así, el control de Izium por parte de Rusia aseguró que las fuerzas ucranianas tendrían que desplegarse allí para evitar que las fuerzas rusas avanzaran hacia el oeste. Tal situación táctica en el terreno, significó que importantes recursos y tropas ucranianas no podían destinarse a ningún otro lugar de la línea del frente de batalla, por que estaban canalziadas por la inytyensa persión rusa y por extensión, aferradas al terreno.

       Sin embargo, los avances rusos en el Donbas se estancaron durante el verano, cuando sus exhaustas unidades demaniobra, se detuvieron para descansar e intentaron reponer sus filas y reservas de armas, vituallas y municiones. Entonces, Ucrania tuvo tiempo y recursos para reconfigurar su dispositivo y replantear la maniobra contraofensiva.

      Como es obvio de suponer, dichos problemas se agravarán para Rusia con la pérdida de Izium, que en su condición de importante centro de suministro, la  ciudad era un trascendental centro de comando, control, comunicaciones, control y abastecimientos para las fuerzas del Kremlin desplegadas en el Donbas.

       Con esas líneas cortadas, como parece ser muy probable, las fuerzas rusas, especialmente sus baterías de artillería, estarán sometidas a una presión cada día mayor por el avance y la contundencia de los ataques ucraqnianos.

       Con Izium ahora bajo control ucraniano, ha cambiado la dinámica operacional de la guerra en el oriente. Las fuerzas de Kiev quedaron con mayor espacio de maniobra desde el cual, pueden lanzar nuevas ofensivas y aliviar la presión sobre las ciudades de Kramatorsk y Sloviansk que han estado sujetas a incesantes bombardeos rusos, de igual magnitud a los vertidos sobre el Donbas.

        Igualmente, es probable que los ucranianos procesarán a cientos o miles, de prisioneros rusos capturados durante la contundente ofensiva en el nororiente, mientras distribuyen entre sus unidades, el muy preciado equipo militar ruso, que han ido incautando durante la ofensiva.

       Algunos videos cuya autenticidad no ha sido probada, fueron publicados en las redes sociales, mostrando tanques y vehículos blindados de transporte de personal rusos, que fueron abandonados apresuradamente.

     Algo que les cae muy bien a las tropas ucranianas, pues son equipos militares de los que carecen ya que su armamento de la era soviética se ha reducido durante los seis largos meses de incesantes combates.

      Por otra parte es pertinente agregar, que aunque el equipo ruso incautado a lo largo de la guerra, ha demostrado ser cada vez más importante para las mermadas fuerzas ucranianas, la artillería suministrada por Occidente, los sistemas de cohetes de largo alcance HIMARS y los misiles de defensa antiaérea han jugado un rol trascendental en el resultado de las contraofensivas de Ucrania efectuadas hasta el día de hoy.

      En síntesis, se podría argüir que las recientes victorias ucranianas obedecerían a la aplicación de tácticas superiores en la forma de maniobrar en el campo de batalla, mejor planificación estratégica y táctica, mayor moral combativa y una estructura de mando descentralizada, que en la práctica es una excelente sumatoria de elementos tangibles e intangibles del poder relativo de combate, con definitiva incidencia en la iniciativa estratégica, operacional y táctica frente a una fuerza superior.

      Por lo pronto, Ucrania sigue soportando el embate arrasador de la artillería y la fuerza aérea rusas, Occidente no cesa de apoyar, y el pueblo ucraniano conserva su fe intacta, pero como en toda guerra hasta cuando no se firme la paz y se implemente lo pactado, la guerra es la única realidad  y Ucrania la ha enfrentado con creces… Infortunadamente, todavía todo  está por verse.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

     www.luisvillamarin.com

     Autor de 40 libros de geopolítica, defensa nacional y estrategia

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