¿Está Putin perdiendo simultáneamente las guerras militar y económica?

Publicado: 2022-05-20   Clicks: 396

      Rusia estaría perdiendo las gueras militar, política, ecoómica y diplomática en Ucrania

        Geopolítica de Rusia y Europa

       ¿Está Occidente está estrangulando la economía rusa?, ha sido la pregunta recurrente en diversos escenarios desde cuando comenzó la invasión rusa contra Ucrania. Y luego del estruendoso fracaso de una operación especial de cruce de ríos por parte de un regimiento motorizado en Donestsk, ha tomado fuerza la pregunta si ¿está Putin perdiendo simultáneamente las guerras militar y económica?

        En la práctica el fracaso militar de Rusia en Ucrania durante los tres primeros meses de la invasión, ha desafiado las predicciones de casi todos los analistas y opinadores que minimizaron de entrada la capacidad defensiva ucraniana.

      Primero sucedió la inesperada derrota en los suburbios de Kiev. En consecuencia Rusia replegó tropas fatigadas hacia Bielorrusia, cambió de comandante en el teatro de operaciones y desplegó una mediática “guerra relámpago” contra el Donbás, que en contraste, cada día que pasa, está más reducida, ya que los intentos de rodear a las fuerzas ucranianas en el terreno supuestamente más favorable en el oriente, cayeron en la misma dinámica de la batalla de desgaste aplicada por las tropas de Zelensky contra los invasores durante los dos primeros meses de la agresión del Kremlin.

      La circunstancia agravante del segundo revés estratégico, operacional y táctico de las tropas rusas que invadieron a Ucrania, es que se complementa con otra gran sorpresa: la hasta ahora presumible efectividad de las sanciones económicas occidentales contra el régimen de Putin, que a juzgar por los hechos, podrían estar funcionando en contravía con los planes de Putin. Naturalmente sin tener en cuenta, cuál será el camino que decide transitar China en los meses venideros, en apoyo específico de la economía rusa.

     Cuando comenzó la guerra el 24 de febrero de 2022, se insistió en ejercer presión económica contra el gobierno invasor. La estrategia inicial se centró en procedimientos para cortar las exportaciones de Rusia, especialmente sus ventas de petróleo y gas natural.

      Desafortunadamente para Europa y Estados Unidos, ha habido vergonzosamente pocos avances significativos en esa tarea. Aunque la administración Biden ha prohibido importar petróleo ruso, esto tendrá poco impacto a menos que otras naciones de la OTAN sigan el ejemplo estadounidense. En concreto, aún Europa no ha embargado el petróleo ruso, ni ha hecho algo sustancial para dejar atrás la dependencia del gas ruso.

       Así, los niveles de las exportaciones de hidrocarburos rusos hacia Europa se han mantenido iguales a antes de la invasión, por lo tanto, el país parece encaminarse hacia un superávit comercial récord. Entonces, surge otra pregunta que se suman a las dos ya enunciadas: ¿Está Vladimir Putin ganando la guerra económica contra Occidente?

       Una respuesta paradójica sería que a pesar de los ingentes ingresos por ventas de gas y petróleo, Putin estaría perdiendo la guerra. Punto de vista que se argumentaría en que tal superávit creciente sería una señal de debilidad, no de fortaleza, ya que en gran medida, refleja una caída en las importaciones de Rusia, pues hasta analistas rusos respaldados por el Estado, dicen que el creciente superávit de la balanza comercial rusa, está obstaculizando su economía.

      En efecto, Rusia está recibiendo mucho dinero en sus arcas, al vender petróleo y gas, pero en la práctica, le resulta difícil usar ese dinero para comprar insumos que necesita, incluidos, componentes esenciales utilizados en la producción de equipos militares.

      La obvia pregunta sería: ¿Por qué aparentemente Rusia tiene tantos problemas para comprar esos insumos? Parte de la respuesta se deriva de que muchas de las democracias del mundo han prohibido ventas de sus productos a Rusia tales como armas, o de componentes industriales que directa o indirectamente pueden usarse para producir armas.

        De repeso, parecería ser que Rusia perdió el acceso a las importaciones de países que no le imponen sanciones económicas. Algunos analistas económicos internacionales estiman que en marzo de 2022, las exportaciones de las democracias aliadas a Rusia cayeron un 53 por ciento con respecto a los niveles normales, y que todo paree apuntar a que cayeron aún más en abril. Inclusive se especula que las exportaciones de países neutrales o prorrusos, incluida China, se redujeron en un 45 por ciento.

       Tal situación podría reflejar el miedo, inclusive en países no aliados, de “estar en el lado equivocado de las sanciones”. Para argumentar esa tesis, se especula por ejemplo, que si el director ejecutivo de una empresa china que depende de componentes producidos en Corea del Sur, Japón o Estados Unidos, realiza ventas a Rusia estas podrían verse como una ayuda al esfuerzo bélico de Putin, situación que obviamente le acarrearía fuertes sanciones económicas que nadie está dispuesto a arriesgar por una guerra ajena.

       Sanciones al sistema financiero de Rusia, tales como la congelación de las reservas del banco central y la exclusión de algunos de los principales bancos privados de los sistemas de pago internacionales, también podrían estar limitando las importaciones. Aunque, la moneda fuerte puede estar fluyendo hacia Rusia, usar esas divisas para comprar insumos en el extranjero se volvió difícil para Rusia, pro la sencilla razón de que no se pueden realizar negocios modernos con maletas llenas de dólares.

       Naturalmente, es posible e inclusive probable, que con el tiempo y las dinámicas de la guerra, Rusia encuentre soluciones alternativas que eviten las sanciones occidentales. Pero el tiempo es algo con lo que por ahora, no cuenta Putin.

       Así las cosas, la guerra en Ucrania parece haberse convertido en una batalla de desgaste, y no parecería ser probable en este momento, que Putin gane esa batalla. En los campos de batalla, Rusia ha sufrido enormes pérdidas de equipos que no podría reemplazar en el corto plazo, mientras que desde Occidente, Ucrania sigue recibiendo grandes flujos de equipo militar y asesoría.

      Por lo tanto, no sería descartable, que la guerra termine, en condiciones desfavorables para Putin, antes de que Rusia encuentre formas de eludir las sanciones occidentales,

      Entonces valdría tener en cuenta, que el efecto de las sanciones en Rusia, estaría ofreciendo ofrece una demostración gráfica y preocupante para el Kremlin, en torno a un complejo argumento que a menudo los economistas intentan puntualizar, pero que por paradoja rara vez logran transmitir: El punto clave del comercio internacional son las importaciones, no las exportaciones.

      Dicho de otra forma, los beneficios del comercio no deberían medirse por los empleos y los ingresos creados en las industrias de exportación; pues esos trabajadores podrían estar haciendo otra cosa.

      La argumentación para tal teoría es que las ganancias del comercio provienen de los bienes y servicios útiles que otros países brindan a sus ciudadanos. Por ende, querría decir que tener un superávit comercial no es en todo caso una “ganancia”, porque significa que le estás dando al mundo más de lo que recibes, y además, porque a menudo los compradores envían pagarés a cambio.

      Es cierto, que los excedentes comerciales a veces pueden ayudar a impulsar una economía débil y, si bien las importaciones enriquecen a una nación, pueden desplazar y empobrecer a algunos trabajadores.

    No obstante, lo que al parecer le estaría sucediendo a Rusia ilustra su verdad esencial. El superávit comercial de Rusia es un signo de debilidad, no de fortaleza; sus exportaciones (por desgracia) se mantienen bien a pesar de su condición de paria, pero su economía se ve paralizada por un corte de las importaciones.

       Y esta realidad, significaría que Putin está perdiendo tanto la guerra económica como la militar.

El tiempo lo dirá y todo dependerá de que Occidente sostenga el apoyo militar a Ucrania, que se inutilicen en tierra la fuerza aérea y la artillería rusas, y que el cerco político occidental sea tan eficiente, que sean los propios funcionarios rusos, quienes impidan a Putin que se atreva a una aventura nuclear o con armas de destrucción masiva. Todo está por verse, pero dicha incertidumbre reventará por algún lado.

No hay mal que dure cien años ni enfermo que lo resista. Lo que está por venir es impredecible y exige mentes muy brillantes al frente de tan complejas situaciones.

Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

http://www.luisvillamarin.com/biografia

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