Los investigadores estadounidenses de seguridad nacional, han identificado una serie de operaciones de desinformación rusas, intencionalmente concebidas para influir en los resultados de las elecciones para el Congreso de Estados Unidos del 8 de noviembre de 2022 y, desde luego con el calculado propósito de erosionar el apoyo de la administración Biden a Ucrania.
El usuario de la red social Gab[1] que se identifica como Nora Berka reapareció en agosto después de un año de silencio en la plataforma de redes sociales, y volvió a publicar algunos mensajes relacionados con temas políticos, con énfasis conservadores antes de escribir una serie de críticas originales.
La mayoría de las publicaciones de Nora Berka denigraron de la idoneidad del presidente Joe Biden y de otros dirigentes demócratas, inclusive de manera obscena. También, mediante calculados mensajes propagandísticos favorables al Kremlin, lamentaron que se utilicen dólares de los contribuyentes del fisco estadounidense, para apoyar la defensa de Ucrania en su guerra contra las fuerzas invasoras rusas, al presentar a Volodmir Zelenseky, presidente de Ucrania en una caricatura grotesca.
Tanta preocupación política fusionada con hilos de desinformación metódicamente articulada, no fue una coincidencia de espontaneidad democrática.
La cuenta de Nora Berka en Gab, se vinculó previamente a la Agencia de Investigación de Internet en San Petersburgo, es decir, la misma entidad secreta rusa, que según el grupo de seguridad cibernética Recorded Future, interfirió en las elecciones presidenciales de 2016 y nuevamente en 2020.
La actividad de Nora Berka, es parte de lo que el grupo Recorded Future y otros investigadores han identificado como un nuevo esfuerzo ruso, aunque con un objetivo más específico, antes de las elecciones intermedias del 8 de noviembre.
Igual que en la anterior ocasión, el objetivo político del Kremlin por medio de sus agentes adelantados en territorio norteamericano, es avivar odios entre los votantes conservadores y socavar la confianza en el sistema electoral estadounidense. Además, de la cada día más evidente intención de socavar la importante asistencia militar de la administración Biden a Ucrania.
La campaña de propaganda y desinformación, orquestada desde el Kremlin con los vetustos sistemas de guerra sicológica soviética, utiliza cuentas de usuarios como Nora Berka, quienes se hacen pasar por ciudadanos estadounidenses enfurecidos contra la institucionalidad de la potencia norteamericana, ha agregado combustible a los problemas políticos y culturales más divisivos del país en la actualidad.
Los continuos ataques propagandísticos de Rusia para las elecciones de “medio término” del 8 de noviembre de 2022, apuntan específicamente contra los candidatos demócratas en las contiendas más disputadas, incluidos los escaños del Senado en juego en Ohio, Arizona y Pensilvania, calculando aunque sin saber si así será, que una mayoría republicana en el Senado y la Cámara de Representantes podría ayudar al esfuerzo de guerra ruso reduciendo los apoyos militares y tecnológicos a Ucrania.
Los intríngulis de las campañas políticas de Estados Unidos durante los últimos seis años, demuestran la vulnerabilidad del electorado a la propaganda rusa, que pretende manipular a los electores desde el extranjero, mediante premeditados mensajes con desinformación.
Así mismo, refleja que los proveedores de desinformación rusa, china e iraní, han evolucionado y se han adaptado a los esfuerzos de las principales redes sociales, para eliminar o minimizar el contenido falso o engañoso.
En octubre de 2022, la Oficina Federal de Investigaciones y la Agencia de Seguridad de Infraestructura y Ciberseguridad emitieron una alerta sobre la amenaza de desinformación difundida por “canales de medios de la web oscura, revistas en línea, aplicaciones de mensajería, sitios web falsificados, correos electrónicos, mensajes de texto y personas en línea falsas. ” Los análisis de las intenciones de la propaganda rusa en este aspecto puntual, indican que la desinformación podría incluir afirmaciones de que los datos o los resultados de la votación fueron pirateados o comprometidos.
En consecuencia, las agencias mencionadas instaron a los ciudadanos estadounidenses a no dar me gusta, discutir o compartir publicaciones en línea, provenientes de fuentes desconocidas o no confiables. Aunque en sus mensajes no identificaron esfuerzos específicos, se sabe que los investigadores que rastrean la desinformación extranjera contra Estados Unidos publicada en redes sociales, han descubierto recientemente una variedad de campañas provenientes desde Rusia, China e Irán.
Recorded Future y otras dos empresas estadounidenses de investigación de redes sociales, conocidas con los nombres de Graphika y Mandiant encontraron una serie de campañas de propaganda rusa, en la que se recurrió a Gab, Parler, Getter y otras plataformas más nuevas, que se enorgullecen de crear espacios no moderados en nombre de la libertad de expresión.
Sin duda, estas son acciones más pequeñas que las realizadas durante las elecciones de 2016, en las que cuentas inauténticas, alcanzaron a millones de votantes de todo el espectro político en Facebook y otras redes sociales.
Pero naturalmente, los actuales esfuerzos chinos, rusos e iraníes para sabotear las elecciones estadounidenses, no son menos nocivos que los realizados por Rusia en 2016, para llegar a usuarios que son blancos aptos o dúctiles, quienes por su vulnerabilidad al engaño cibernético, podrían ayudar inconscientemente a lograr los objetivos rusos, en particular ciudadanos estadounidenses conservadores, que quizás acepten con facilidad, calculadas afirmaciones de conspiración.
Los investigadores identificaron que muchas de las cuentas empleadas por esta reciente campaña de guerra sicológica rusa contra el electorado estadounidense del 8 de noviembre de 2022, anteriormente fueron utilizadas por un medio de comunicación que se autodenomina Sala de redacción para ciudadanos estadounidenses y europeos.
El grupo empresarial Meta, propietario de Facebook e Instagram, ha vinculado previamente a este sui géneris medio de comunicación, con las campañas rusas de desinformación, centradas en la Agencia de Investigación de Internet cuya sede está en San Petersburgo al occidente de Rusia.
Sala de redacción para ciudadanos estadounidenses y europeos parece haberse disuelto desde entonces, y muchas de las cuentas de redes sociales asociadas con ella, quedaron inactivas después de ser identificadas públicamente durante las elecciones de 2020.
Sin embargo, dichas cuentas comenzaron a activarse nuevamente en agosto y septiembre, mediante llamadas específicas a la acción, en la condición de células durmientes.
Su cuenta, con más de 8000 seguidores, publica exclusivamente artículos y temas políticos, en todo Estados Unidos, y con frecuencia difunde publicaciones falsas o engañosas. La mayoría tiene poco compromiso, pero amanera de ejemplo se resalta que una falsa publicación de la agencia rusa sobre el F.B.I., recibió 43 respuestas, y se volvió a publicar 64 veces en las redes sociales.
Desde septiembre de 2022, la referida cuenta de manipulación propagandista rusa, ha compartido en repetidas ocasiones enlaces a un sitio web previamente desconocido, que se identifica como electiontruth.net, el cual según Recorded Future, estaría vinculado a la campaña de guerra sicológica rusa.
Las primeras publicaciones de Electiontruth.net datan del 5 de septiembre de 2022. Desde entonces, ha publicado casi a diario artículos electrónicos, ridiculizando al presidente Biden y a destacados candidatos demócratas, al mismo tiempo que critica las políticas con respecto a la raza, el crimen y el género que, según su versión propagandística, están destruyendo a Estados Unidos.
Para el efecto, el artículo titulado “Estados Unidos bajo el comunismo” tipifica los alcances de la habilidosa estratagema con fines sicológicos colectivos.
Los autores de todos los artículos tienen seudónimos, tales como Andrew J, Truth4Ever y Laura. Y para mayor seguridad de la inteligencia rusa, el dominio del sitio web se registró con cuentas de Bitcoin.
Para su información de contacto, Electiontruth.net enumera un café dentro de una gasolinera en Cotter, Arkansas, poblado de apenas 900 habitantes, localizado un recodo del río White. Sin embargo, el café cerró y fue reemplazado por Cotter Bridge Market, una tienda de productos agrícolas y delicatessen, cuyos propietarios dijeron a los investigadores que no sabían nada sobre el sitio web Electiontruth.net.
Cuando los periodistas de The New York Times escribieron al portal Electiontruth.net con el fin de aclarar las dudas razonables, nadie respondió a dicha solicitud. Según los especialistas en temas de ciberseguridad, los enlaces están estrechamente coordinados con cuentas en la red social Gab, vinculadas a agentes rusos de propaganda.
En otra campaña de guerra sicológica del Kremlin, Graphika identificó una serie reciente de caricaturas publicada en Gab, Gettr, Parler y el foro de discusión patriots.win. Las caricaturas, de un artista llamado “Schmitz”, menosprecian a los demócratas en las contiendas más reñidas por el Senado y las gobernaciones.
Igualmente se detectó un mensaje con motivos racistas, dirigido al senador afrodescendiente Raphael Warnock de Georgia. Otro mensaje, afirmó falsamente que el representante Tim Ryan, el candidato demócrata al Senado en Ohio, liberaría de prisión a “todos los distribuidores de fentanilo y traficantes de drogas”.
Sin embargo, dichas caricaturas recibieron poca atención de los cibernautas y no se propagaron viralmente a otras plataformas.
Un tema recurrente de los nuevos esfuerzos rusos por influir mediante falsos rumores en las elecciones de Estados Unidos, es el argumento de que durante la presidencia de Joe Biden, la Casa Blanca desperdicia dinero para apoyar a Ucrania en su resistencia a la invasión rusa.
Por ejemplo, dos meses antes de las elecciones, Nora Berka publicó en septiembre de 2022, una fotografía elaborada con un programa de diseño de imágenes, que mostraba al presidente Volodymyr Zelensky en bikini, como si fuera una sensual “bailarina de club nocturno” mientras Joe Biden la recompensa con dólares en efectivo, y la siguiente leyenda:
“Mientras los obreros y empleados estadounidenses luchan para comprar alimentos, gasolina y encontrar fórmula para bebés, Joe Biden quiere gastar 13.7 mil millones de dólares más, en ayuda a Ucrania”.
No fue por casualidad, que esa publicación hizo eco, puesto que ha ganado cierta atracción entre algunos legisladores republicanos y muchos votantes estadounidenses, quienes han cuestionado la entrega de armas y otra asistencia militar a Ucrania.
Igual a lo ocurrido en 2016 y 2020, vuelve a ser difícil medir el impacto exacto de esta nueva campaña de propaganda e injerencia rusa entre los electores estadounidenses. Si bien los agentes rusos buscaron en el pasado ganar a muchos seguidores para sus cuentas no auténticas en las principales redes sociales, las actuales campañas de propaganda y desinformación, podrían ser más pequeñas y aun así lograr el efecto deseado, en parte porque las divisiones en la sociedad estadounidense ya constituyen, un terreno fértil para sembrar la discordia con informaciones distorsionadas.
Lo cierto es que ni siquiera en los más complejos momentos de la guerra fría, cuando las agencias inteligencia de las dos superpotencias desataban intensas oleadas de guerra sicológica por medios de comunicación tradicionales, la campaña con fines de desinformación y el consecuente ahondamiento de tensiones internas del blanco audiencia electorado estadounidense, habían alcanzado tan impredecibles efectos dentro de la opinión pública afectada, situación que por su naturaleza, alcanzó durante la campaña presidencial de Donal Trump en 2020, etapas cruciales de la extrema guerra de nervios.
Mucha tela para cotar y mucha estrategia por desarrollar por parte de la gran nación norteamericana, para contrarrestar la agresión cibernética rusa, que progresivamente mediante la propaganda y la desinformación tendiente a las polarizaciones, pretende socavar las bases de la democracia, la libertad y el orden. De ese tamaño es el problema.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Autor de 40 libros de estrategia, geopolítica y defensa nacional
[1] Gab, es una red social creada hace dos años, que se anuncia a sí misma como una alternativa de "libertad de expresión", y que se ha convertido en un refugio para nacionalistas blancos, neonazis y otros extremistas.