Repercusión geopolítica de “ultramoderna arma táctica norcoreana”

Publicado: 2018-11-16   Clicks: 3191

     Geopolítica internacional

     Hay muchas sombras y duras acerca de su real voluntad de paz norcoreana, no obstante que en una reunión del gobernante Partido de los Trabajadores Kim Jong-un anunció al mundo su supuesto deseo de revertir la crónica proyección geopolítica de fomentar el "avance paralelo" o Byungjin, que consiste en buscar al mismo tiempo el crecimiento económico y el desarrollo de las armas nucleares, para concentrarse en la reconstrucción de la maltrecha economía nacional.

    Desde cuando Kim pronunció aquel discurso, se ha reunido tres veces con el presidente Moon Jae-in de Corea del Sur para buscar salidas consensuadas tendientes a aliviar las tensiones en la península de Corea. Además en junio de 2018, Kim se reunió con el presidente estadounidense Donald Trump en Singapur e hizo una vaga promesa de "trabajar hacia la desnuclearización completa" de su régimen dictatorial.

    En esencia, el publicitado acuerdo de Singapur fue breve en detalles, puesto que las negociaciones posteriores para convertirlo en una realidad se han estancado mucho. Lo único que se conoce hasta el momento de esa supuesta intención pacifista norcoreana, es que Kim ordenó el cierre de un sitio de pruebas nucleares subterráneas, además del desmantelamiento de algunas instalaciones de prueba de misiles, pero el mundo occidental no posee pruebas fehacientes al respecto.

    De manera concreta, Corea del Norte se habría comprometido a desmantelar el complejo nuclear Yongbyon, un centro para producir combustible utilizado para fabricar bombas nucleares , pero con la condición de que la Casa Blanca desarrolle políticas "correspondientes", para aliviar las sanciones y firmar una declaración de paz. Pero, como era obvio de suponer en los últimos meses, Pyongyang ha exteriorizado enojo por la reanudación en su vecindario, de maniobras militares de entrenamiento a pequeña escala, por parte de Estados Unidos y Corea del Sur.

    Por su parte, la administración Trump exige que Corea del Norte de pasos más importantes, tales como declarar públicamente la cantidad, calidad y ubicación de todas las instalaciones en las que se produce energía nuclear, con el fin de que sean inventariadas, inspeccionadas y monitoreadas por la Agencia de Energía Atómica de las Naciones Unidas.

    Entretanto, los escépticos en Washington y en el resto del mundo, coinciden en que de manera calculada Corea del Norte ha creado la falsa ilusión de progreso en lo pactado, e inclusive otros más cáusticos agregan que al mismo tiempo la referida reunión de Singapur, solo sirvió para permitir que Trump reclamara la victoria geopolítica y diplomática con el propósito personal de cambiar el foco de la atención a los múltiples problemas domésticos que enfrenta su administración dentro de Estados Unidos.

     Desde otra perspectiva, observadores internacionales de los fenómenos geopolíticos contemporáneos coinciden en que pesar de la aclamada reunión cumbre del Sr. Kim con líderes regionales para aclimatar la paz y la interacción, Corea del Norte nunca ha abandonado sus repetidas instrucciones para "producir en masa" ojivas nucleares y misiles de largo alcance.

    En contraste con el discurso de pacifistas y enemigos gratuitos o ganados de Estados Unidos y su política exterior, el reciente anuncio oficial norcoreano , de que el sinuoso líder Kim Jong-un fue testigo presencial de la prueba en el terreno de una nueva arma táctica, coincidencialmente en el mismo lugar donde las Fuerzas Militares de su país lanzaron el misil balístico intercontinental ICMM Hwasong-15 en noviembre de 2017, deja en claro que la visión de paz norcoreana se ciñe a los postulados comunistas del engaño y la presión sicológica, que su régimen sigue igual que antes convertido en un serio escollo  geopolítico para la armonía internacional y que urge dentro de Estados Unidos, implementar líneas políticas de acción conjunta entre demócratas y republicanos, para contrarrestar la gravedad de estas agresiones.

   Aunque los medios estatales de comunicación controlados por Kim Jong-un no identificaron la “ultramoderna arma táctica”, que en apariencia parecería no violar la supuesta voluntad de Corea del Norte para realizar nuevas pruebas de misiles balísticos nucleares y de largo alcance en 2018, la reanudación de actividades bélicas desafiantes por parte de Kim en los sitios de prueba de armas de destrucción masiva, podrían empantanar aún más, las ya estancadas conversaciones entre Corea del Norte y Estados Unidos, ideadas para acordar la eliminación de las armas nucleares del Norte y el retiro de todos los programas similares en el enigmático estado comunista hereditario.

    Informaciones provenientes de Pyongyang indican que durante los últimos meses, el régimen norcoreano ha ensayado misiles de mediano y largo alcance con ingente capacidad destructiva, situación que complica el ajedrez geopolítico de la región, habida cuenta que de manera simultánea organismos de inteligencia estadounidense detectaron por medio de imágenes satelitales, la existencia de una réplica de una importante base militar surcoreana, construida en territorio norcoreano con el fin de ensayar una maniobra militar conjunta  de fuerzas aéreas y de superficie para destruirla. Pero naturalmente la mayor amenaza para la seguridad y la paz de la península coreana, es el eventual ataque de las fuerzas militares de Kim Jong-um contra Seúl, ciudad capital de Corea del Sur, donde habitan 10 millones de potenciales víctimas de aun arrasador y sorpresivo ataque del Norte.

    Asimismo, respecto a la alta probabilidad del ensayo de una “ultramoderna arma táctica”, es bien sabido que Corea del Norte tiende a utilizar en su favor, las perspectivas de aumento de las tensiones en la península de Corea, como mecanismo coercitivo para negociar con la Casa Blanca. Por lo tanto y en contravía con lo pactado en la reunión con Trump en Singapur, durante las últimas semanas de octubre de 2018, Kim emitió vagas amenazas, de que su régimen podría reanudar las pruebas con armas nucleares y misiles balísticos, si Estados Unidos no alivia las sanciones económicas contra Pyongyang.

    Esta realidad geopolítica se complica más. Aunque expertos occidentales dudan que Corea del Norte haya dominado todas las tecnologías necesarias para lanzar una pequeña ojiva nuclear en tales misiles, es necesario tener en cuenta que después de la prueba el misil balístico intercontinental ICMM Hwasong-15en noviembre de 2017, Kim dijo que su país ya no necesitaba realizar pruebas de misiles nucleares y de largo alcance, porque había logrado la capacidad de golpear el territorio de Estados Unidos con misiles nucleares. En consecuencia, resultaría lógico intuir que la “ultramoderna arma táctica” se construyó para atacar a Corea del Sur, y que el misil balístico intercontinental ICMM Hwasong-15, fungecomo un poderoso elemento disuasivo, para bloquear el apoyo estadounidense a su socio surcoreano.

    Mientras tanto,el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales con sede en Washington D.C. aseguró en un informe oficial publicado en noviembre de 2018, que sus investigadores académicos han ubicado más de una docena de bases de misiles de largo alcance en territorio de Corea del Norte.

    Aunque funcionarios oficiales de Seúl y Washington afirman que desde hace varios años las bases norcoreanas de misiles permanecen bajo la supervisión de sus organismos de inteligencia militar, el informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, corrobora que la amenaza de misiles de Corea del Norte sigue intacta, y  desconoce las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, las cuales prohíben a Corea del Norte desarrollar y probar misiles balísticos, y también va en contravía de las reiteradas afirmaciones de Donald Trump, acerca de supuesto progreso en los esfuerzos de su política exterior para desnuclearizar a Corea del Norte.

    La almendra del problema está en que Kim Jong-un no actúa solo ni su política exterior es aislada de los intereses geopolíticos de China y Rusia, pues sin que influyan algunas diferencias metodológicas y de intereses geoestratégicos de cada uno de los tres países señalados, es imperioso tener en cuenta que los tres son potencias nucleares, que en cada uno de ellos ha habido una visión diferente del comunismo, que son gobernadas por tres autócratas, pero que en su conjunto los tres son enemigos acérrimos de Estados Unidos, de su política exterior y de la capacidad militar de la gran potencia norteamericana, a la cual pretenden desarticular desde el punto de vista geopolítico, bélico y económico.

En síntesis el propagandístico anuncio de la prueba de una “ultramoderna arma táctica” por parte del régimen dictatorial de Kim Jong-un, es algo que no se debería examinar a la ligera. Es una amenaza directa contra la paz del planeta, máxime que dos grandes guerras ocurridas en el siglo XX, comenzaron por mucho menos y se desataron como espirales de violencia por mucho más, en medio de eternos juegos de poder geopolíticos y geoestratégicos.

    Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

     www.luisvillamarin.com

     Especialista en Estrategia, Defensa Nacional y Geopolítica

    Luis Alberto Villamarin Pulido  El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es autor de 35 libros y más de 1650 artículos en temas de su especialidad. Conferenciante internacional y miembro de varias academias de historia y geopolítica.

 

 

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