Una sociedad protesta contra el gobernante de turno, exteriorizando insatisfacción y reclama cambios estructurales.
Para no caer en el juego del populismo que incita a torpedear a quien gobierna, quienes la encabezan están obligados a presentar propuestas de solución con contenido estructural, viabilidad y posibilidades lógicas.
Durante el gobierno Duque (2018-2022) comunistas radicales, guerrilleros rurales y urbanos y narcotraficantes auspiciados desde regímenes totalitarios, manipularon a jóvenes desorientados, ciudadanos desinformados y personas con genuinos deseos de cambios, hasta juntar una amalgama, con ansias irrefrenables de “tumbar al gobierno legítimo” a como diera lugar.
Resultado final; inmerecida elección de Gustavo Petro, con la consecuencia que la protesta que lo llevó al poder, tenía mucho de corruptos politiqueros tradicionales, intereses de los carteles de las drogas, mentiras de Petro y su cohorte, doctrina de odio exacerbada, ausencia ideología concreta, sin identidad colombiana, huérfana de estrategia transformadora y carente organización partidista constructiva.
El 10 de mayo de 2023, algunos veteranos de la Fuerza Pública realizaron una manifestación cívica en la Plaza de Bolívar, pidiendo respeto a la institucionalidad y la necesarísima salida de Petro y sus secuaces del gobierno, adonde nunca han debido acceder.
Demagógicos Petro y sus ministros intentaron cambiar la razón de ser a la protesta.
Hoy, la contienda de mensajes está empantanada por oportunistas ávidos de hacer parte de genialidad estratégica en la coyuntural jornada, o de quienes piensan de buena fe, que ya son los motores del cambio que transformará Colombia en 2026.
Quizás, estarían repitiendo desde otra orilla, la dinámica de Petro y la izquierda radical, para conseguir el poder con ruido de nueces sobre el tejado, pero que si lo consiguieran electoralmente debido al hartazgo de los colombianos, quizás repetirían la nefasta experiencia de gobernar sin ideas concretas, ni planes estratégicos inclusivos.
Todo lo que se haga en política debe causar impacto y gravitar alrededor de una estrategia… las marchas, las protestas, los comunicados, las apariciones en los medios, las reuniones de partido, siempre serán acciones tácticas.
Con la concentración de veteranos, el 10 de mayo en Bogotá, se ganó una batalla circunstancial, pero no la guerra en definitiva….
Ni siquiera una campaña en un teatro de operaciones específicos.
Síntesis: Urge crear el partido político, que enrumbe el destino de Colombia, a partir de objetivos nacionales, planes de gobierno, proyectos de desarrollo nacional, regional, o local.
Y desde luego continuar con la protesta social legítima, para crear militancia alrededor de una cultura organizacional, que incluya ideología democrática, identidad colombiana, estrategia para orientar esfuerzos y organización para actuar como colectividad política seria.
La protesta social continúa es efectiva, si tiene contenido político, ideológico, organizativo y estratégico que la impulse.