Ejército Nacional: Defensa de la vida y difusión de cultura ciudadana

Publicado: 2021-05-31   Clicks: 1920

     En medio del terrorismo urbano, instigado por delincuentes con armas y sin ellas, e igual que suele suceder en las guerras, esta vez los soldados del Ejército de Colombia, fieles a sus tradiciones, disciplina y patriótica formación, dieron en la última semana varias lecciones de defensa de la vida y de cultura ciudadana.

     Esto ha sucedido, en un momento tan complejo, en el que terroristas activos y supuestamente “desmovilizados”, con la complicidad de “promotores pacíficos”; “consecuentes marchantes” que caminan como Vicente para donde va la gente; politiqueros corruptos ansiosos de estar en el poder; criminales pagados por todos los carteles de narcos, incluidos el Eln y las Farc; indígenas socios de las guerrillas; y algunos “periodistas” amarillistas e inmaduros que repiten sin reflexionar, que “la brutalidad policial”, la “protesta pacífica” etc.

      En ese escenario, ocurrió un dignificante ejemplo de amor por la vida y de defensa de la especie humana, en las olvidadas tierras del Caquetá.

     En medio de la manigua, como si fuera enviada por Dios, una patrulla militar pasaba cerca de una humilde vivienda, donde una joven campesina estaba en trabajo de parto, y no había podido salir a la ciudad a ser atendida por profesionales médicos, debido a que los terroristas bloquearon la vía, se acabó la provisión de gasolina en el poblado, y los vehículos de servicio público o particular, no podían movilizarse por la región.

      Con escasos recursos médicos, los soldados enfermeros de combate asistieron el parto y salvaron las vidas de la criatura y de la joven madre primeriza. Un ser humano que llega al mundo en pleno siglo XXI, en un país agredido por el narcoterrorismo comunista, y cargado de dificultades socioeconómicas complejas, pero con el optimismo de que su nacimiento, constituye una luz de esperanza para los demás colombianos.

      En contraste, en la misma semana, dos bebés de escasos días nacidos, murieron a bordo de sendas ambulancias en Cundinamarca y el Valle, debido a que los terroristas y sus “pacifistas jefes de paro” dispusieron el criminal sabotaje de bloquear las vías, inclusive para los equipos médicos, porque su siniestra intención es hacer hasta lo imposible contra los colombianos de a pie, para que el país caiga en la órbita del socialismo del siglo XXI.

      A lo largo de la semana anterior, los terroristas urbanos, sus socios, sus cómplices y los “pacifistas” que les sirven de caja de resonancia, vandalizaron la ciudad de Cali. Cuantiosos daños a propiedades públicas y privadas, incluida la oficina de la ONU, así lo corroboran.

      Una vez despejadas las vías, los soldados de la Tercera Brigada apoyados por la comunidad, realizaron ingentes labores de limpieza y recolección de varias toneladas de escombros en las calles del barrio Meléndez.

      Enorme ejemplo de cultura ciudadana a los desadaptados y faltos de madurez política, jóvenes caleños que aleccionados por terroristas de cuello blanco y otros armados, instigan a diario con mensajes de odio, inquina, discordia y caos.

      Hoy como ayer, los soldados de la patria cumplen el deber con gallardía, respeto por la Constitución y las leyes, pero sobre todo con ejemplo.

      La conducta del Ejército Nacional es y será siempre paradigma para los demás compatriotas. Al cuartel se entra para servir a Colombia, y de allí se sale para amarla y hacerla amar por parte de los demás conciudadanos. Sin duda, los soldados son de lejos el personaje N° 1 de la vida nacional durante los 202 años de historia republicana.

      Por eso cuando los colombianos veamos a un soldado de combate con su morral a cuestas, no podemos olvidar que esa es la casa del contraguerrillero, que en ella van su vida, sus anhelos, su patria, y a veces…. su tumba.

     Tampoco podemos olvidar, que los soldados del Ejército Nacional, vierten a menudo ingentes cuotas de sangre, sudor y lágrimas, para que los demás colombianos, que casi nunca reconocemos sus sacrificios, podamos vivir con tranquilidad, y para que los comunistas no hayan logrado instaurar en nuestra nación, una dictadura semejante a la de Cuba.

      Pero por ser esa piedra en el zapato, es que los comunistas armados y desarmados, odian a las tropas, las vilipendian, las calumnian, las agreden, o les declaran la guerra jurídica y la guerra política.

      No obstante, la disciplina, el fervor patriótico, la lealtad a la bandera, y la inexpugnable vocación de servicio a la humanidad, estarán hoy y siempre en el ADN militar colombiano.

       Prueba de ello, es que en medio de tanta violencia comunista, de tanta desinformación maquiavélica, de tanto odio insensato; en contraste, los hombres de guerra colombianos, tienen la grandeza espiritual para atender un parto de una campesina en condiciones infrahumanas, y ayudan a que un nuevo ser llene de esperanza a toda una nación.

       Y en otra parte de Colombia, luego de evitar la destrucción de la bella ciudad de Cali, sacrifican su merecido descanso de fin de semana, para dar admirables muestras de cultura ciudadana.

     Ese es nuestro Ejército y esa es la muestra patriótica de la enorme cantidad de gente buena de nuestro país, de esa patria por la que parafraseando parcialmente a Miguel Antonio Caro “lo soldados no pedimos la sombra protectora del escudo, sino la dulce sombra de su manto”

Gloria eterna a nuestros soldados…

 

Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

Autor de 38 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

www.luisvillamarin.com

 

 

 

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