Análisis del conflicto armado en Colombia
El demencial ataque terrorista con un carrobomba, perpetrado el 15 de junio de 2021 por narcoterroristas de las Farc y el Eln, en la sede de la Brigada 30 en Cúcuta (Norte de Santander), en el cual resultaron afectadas más de 40 personas, tiene el sello de la narcodictadura de Nicolás Maduro y el cartel de los soles.
Es una típica acción de sabotaje internacional y guerra política con ingentes dosis de guerra sicológica, urdida al mejor estilo de los manuales terroristas de la extinta KGB, que pese a la caída del comunismo, son la línea de fe y el centro de gravedad de la guerra política marxista leninista contra Colombia, orientada desde La Habana por la narcodictadura castrista.
Las razones para entender por qué la narcodictadura del cartel de los soles, está detrás del cobarde ataque terrorista en Cúcuta, son claras y concretas;
1.La muerte de Jesús Santrich, capo del cartel de la narcotalia afectó sustancialmente el plan del paro dirigido desde Caracas para derrocar la institucionalidad colombiana. Desde el comunicado inicial, Iván Márquez y sus socios del cartel de los soles, aseguraron que fue una operación militar colombiana. Lo cual infería que habría retaliaciones, pero a juzgar por los hechos, el ministerio de Defensa ignoró esta seria advertencia.
Era apenas obvio suponer, que al sindicar con razón o sin ella a las Fuerzas Militares de Colombia, de la extraña muerte del cabecilla y narcotraficante, vendrían acciones terroristas para vengar su muerte. Simple y llano sentido común.
2. Con ese argumento, el narcorégimen de Maduro, podía cobrar venganza, trasladando la autoría intelectual y material del mismo, a las “guerrillas colombianas” país que según sus palabras, no tiene paz, mientras que Venezuela socialista es un remanso de la misma.
3. Es un mensaje a los terroristas infiltrados en la “protesta pacífica” para que sigan atacando al pueblo colombiano ya que “ni sus unidades militares son seguras” y por el contrario, quedan invitados a cometer ese tipo de acciones criminales. Por extensión, sirve de argumento a los comunistas armados y desarmados, para decir que la Fuerza Pública ataca a “jóvenes indefensos” mientras que es incapaz de prevenir ataques violentos.
4. Pone en primera plana a Colombia como un país inseguro, e incapaz de sostenerse como Estado soberano, al mismo tiempo que el presidente Duque, está empeñado en que se vaya Maduro del palacio de Miraflores.
5. Ayuda a cambiar el tercio de lo que pasa en Nicaragua con la narcodictadura de Ortega, y pone otra vez en primer plano las noticias de violencia en Colombia.
6. Favorece las intenciones electorales de Gustavo Petro, quien va a decir que para que eso no vuelva a ocurrir, es necesario negociar con el Eln.DEantemano se sabe que Petro y Maduro comparten la visión de la miseria comunista para desgobernar.
7. Induce a que la comunidad internacional y a los comunistas armados y desarmados, así como los cómplices de las Farc, reiteren que es necesario negociar con el Eln.
8. Es un desafío directo a Estados Unidos, habida cuenta que en las instalaciones de la Brigada 30, a menudo llegan miembros de las fuerzas de seguridad de ese país, quienes asesoran al gobierno de Colombia en la lucha contra el narcotráfico, principal combustible de la corrupción militar y política venezolana, y sustento de las guerrillas colombianas, incluida la financiación del violento paro que ya acumula casi 50 días de terrorismo urbano y manipulación por parte de los “pacíficos” gestores de la también “protesta pacífica”.
Es probable que este ataque sucedió como consecuencia de la falta de interpretación de los hechos por parte de los organismos de inteligencia, de los comandantes directos de las unidades afectadas, y demuestra una vez más, que el ministerio de Defensa debe ser dirigido por un oficial en servicio activo o en retiro de las Fuerzas Militares, y no por advenedizos que no intuyen ni interpretan, los problemas militares y de seguridad de manera estratégica y prospectiva.
En este lamentable suceso hay responsables políticos y militares. Y deberían responder. Porque no han entendido que el país está en guerra; que las multitudinarias “protestas pacíficas”plagadas de terrorismo urbano y la muerte de Santrich, así como la existencia del Plan Guaicapuro para unir al Eln y las Farc al proyecto comunista de La Habana por medio del chavismo, complementada por las declaraciones de Diosdado Cabello que van a hacer la guerra en Colombia, así como el desquite de Maduro porque el gobierno colombiano no reconoce su satrapía, son argumentos más que lógicos para mantener la alerta total en todas las unidades militares, expuestas permanentemente a la subversión, el sabotaje y el espionaje.
Verlo de otra manera, es simplemente ingenuidad o indiferente.
Este ataque criminal en Cúcuta, es un campanazo de alerta muy fuerte para el presidente Duque y el general Navarro, quien por extensión está obligado en enseñar e ilustrar al novato y bisoño ministro de Defensa, en asuntos de seguridad, estrategia, análisis geopolítico y operaciones militares.
No más soberbias declaraciones de auto suficiencia del ministro civil diciendo que ordenó operaciones militares, o que dirige las operaciones, como alegremente afirman los periodistas. Primero que aprenda y segundo que quienes tienen que actuar lo hagan con base en la doctrina militar. Pero sobre todo que lean el mapa estratégico de la guerra, que interpreten la situación, y que logren el compromiso de las tropas, para anticiparse a la intención de los terroristas.
Todo comienza porque la cabeza de la política de seguridad desde el ministerio de Defensa, tenga claro el mapa y entienda lo más elemental de inteligencia para el empleo de la Fuerza: “Determinar la capacidad de más probable adopción del adversario”.
La estrategia militar no se aprende con un nombramiento en un alto cargo ministerial para el que no se está capacitado.
Es el producto del comando de tropas en operaciones, estudios formales, lecturas complementarias, ejercicios tácticos y estratégicos de Estado Mayor y la comunicación permanente entre los responsables de las áreas de la dinámica militar.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Autor de 39 libros sobre geopolítica, defensa nacional y estrategia