56 años después de la Operación Marquetalia, persiste agresión comunista

Publicado: 2020-05-20   Clicks: 4031

       Análisis del conflicto armado en Colombia

      Operación MarquetaliaEn mayo de 1964, osando de estratega de escritorio, el entonces presidente de la república, el dirigente conservador Guillermo León Valencia, se apropió del éxito militar de las tropas del Ejercito Nacional que con apoyo de un componente de la Fuerza Aérea Colombiana, desalojaron de la fortaleza armada irregular de Marquetalia en el área rural de Planadas-Tolima, a 250 terroristas encabezados por Tirofijo, que durante más de 10 años consecutivos habían desarrollado un proceso de inserción revoluciónaria marxista-leninista, alrededor de la línea ideológica, política, organizativa y subversiva del Partido Comunista Colombiano por medio de sus cuadrillas armadas, en lo que algunos senadores de esa época, denominaron las repúblicas independientes.

        Igual que Riochiquito y el Guayabero, extensas regiones controladas por la férula terrorista de los “camaradas del partido”, los campesinos de Marquetalia eran víctimas de imposiciones políticas y armadas, con marcada presión para que se convirtieran en militantes y activistas de las diferentes estructuras clandestinas y abiertas, dirigidas por el Comité Central del Partido Comunista y las regionales comunistas de los departamentos del Tolima y del Huila.

     Tras la sincronizada incursión aeroterrestre comandada por el entonces coronel Hernando Currea Cubides, las unidades orgánicas de la Sexta Brigada y algunas tropas en agregación, vencieron la tenaz resistencia de los terroristas que ocupaban ventajosas posiciones de combate en el terreno de difícil acceso, y hallaron un tesoro informativo en múltiples documentos, que por desgracia no fueron aprovechados con acierto por el gobierno de turno, que de manera similar a sus antecesores y sucesores, vio esta etapa de la guerra comunista contra Colombia, como una oportunidad para hacer politiquería a su favor, en lugar de trazar políticas de Estado para solucionar este problema.

      Por su parte, los comunistas armados y desarmados que desde hace más de siete décadas han buscado derrocar la institucionalidad por medio de la combinación de todas las formas de lucha, inventaron y han repetido hasta la saciedad la fantasiosa versión que Tirofijo y los 250 bandidos  que lo acompañaban, eran 42 humildes campesinos, víctimas de la agresión oficial que supuestamente atacó a unas familias de agricultores, que solo querían la paz y una escuela rural.

       La verdad, es otra: En Marquetalia existía un proceso revolucionario marxista-leninista armado, y desde allí las guerrillas comunistas que luego conformaron las Farc, a menudo salían a cometer atracos de la Caja Agraria, secuestros, robos de ganado, extorsiones a finqueros, asesinatos de campesinos que no compartieran sus tesis, ataques a la Policía y el Ejército, emboscadas a patrullas militares y policiales, ataques contras bandas armadas por otros partidos políticos, etc.

       Marquetalia era una republiqueta comunista, en la que más de 60 familias de colonos enviados por el Partido Comunista a construir los feudos revolucionarios armados, construían de manera sistemática y progresiva un extenso corredor de movilidad y un amplio teatro de operaciones para realizar múltiples maniobras de guerra de guerrillas, que prolongaría en el tiempo la guerra revolucionaria de calculado desgaste del adversario como en efecto ocurrió.

        En ese orden de ideas, 56 años después del desalojo de Tirofijo y sus bandidos de Marquetalia, los comunistas armados y armados, actores de la compleja barbarie de las cuadrillas de las Farc, continúan empecinados en agredir a Colombia y en legitimar las acciones criminales contra los campesinos y obreros, a quienes en contraste dicen defender.

        Muy poco o nada ha cambiado desde entonces en las líneas directrices del plan estratégico de las Farc. En aquella época tenían a Juan de La Cruz Varela con la complicidad de Alfonso López Michelsen en el congreso de la república. En 2020 tienen a 10 criminales de la peor laya, como senadores y varios cómplices en los “partidos de oposición”, “progresistas todos ellos”.

       Ese es el sangriento legado de Tirofijo y sus secuaces, transcurridos 56 años después de la operación Marquetalia. Claro está, con el mismo comportamiento desleal de casi todas las dirigencias políticas de turno, que en 200 años de vida republicana, solo han avizorado senderos para sacar ventajas particulares, aun a costa de la sangre y el padecimiento de los soldados, los policías y los campesinos, víctimas todos de la corrupción política y la violencia comunista, simbiosis letal que desde hace cuatro décadas, es matizada en ambos casos con el narcotráfico.

       Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

       Autor de 38 libros sobre estrategia, defensa nacional y geopolítica

       www.luisvillamarin.com

 

 

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