Análisis del conflicto colombiano
Una de las más protuberantes fallas que tiene la educación formal, en el hogar y académica en las aulas en todos los niveles en Colombia, es el desconocimiento superlativo de la identidad nacional, la concreción de objetivos nacionales y la visión de país. Naturalmente las facultades de derecho que anualmente producen el mayor número de profesionales universitarios en el país, no son la excepción de la nefasta regla.
Con contadas excepciones de abogados íntegros y con visión de conjunto, que desde sus ópticas individuales defienden a las víctimas del conflicto y propenden porque haya justicia e imperio de la ley contra los gestores del narcoterrorismo comunista que agrede a Colombia, por desgracia el común denominador de muchos pero muchos de los abogados colombianos, es la mediocridad y los procedimientos incorrectos, como lo prueban cientos o miles de denuncias contra funcionarios judiciales prevaricadores, otros por corruptos, otros por incompetentes y otros por orquestar “torcidos” con colegas que “litigan”.
Todo lo anterior es insumo suficiente para cuestionar, si buena parte de los funcionarios públicos son abogados y algunos con rimbombantes especializaciones, maestrías, doctorados, postdoctorados y no se sabe cuántos pergaminos más, por qué desde las instancias oficiales no se ha cuestionado y demandado la legitimidad y la legalidad del Pacto Farc Santos, lleno de micos y embelecos pacifistas a favor de terroristas, narcotraficantes, delincuentes de baja estofa, secuestradores, extorsionistas, genocidas porque han atacado de manera sistemática y sucesiva al campesinado colombiano, violadores de menores, etc, a pesar de la claridad que todo eso conspira contra Colombia.
Y desde la orilla de los abogados litigantes, unas pocas ONG´s luchan con las uñas por defender los derechos de las víctimas del narcoterrorismo comunista y las tramoyas jurídicas que montan abogados de las guerrillas, toleradas y cohonestadas por el pacifismo gubernamental. Mientras tanto, el resto de abogados colombianos, especialistas en el legalismo santanderista y las leguleyadas en muchos procesos, miran para otro lado y con su conducta indiferente se convierten en cómplices de la progresiva desnaturalización de las instituciones y el posicionamiento político de los terroristas.
Para la muestra un botón: El 21 de enero de 2018, la periodista Nena Arrázola del programa los Informantes del canal Caracol televisión, presentó el escalofriante testimonio de una joven natural de Barrancabermeja quien denunció haber sido violada más de 50 veces por terroristas de las Farc, reclutada desde niña para las filas del pedófilo Pastor Alape, maltratada en todas las formas, copartícipe en masacres, secuestros, ataques terroristas, etc.
El programa se transmitió al aire con un elevado rating de sintonía, pero de ahí no pasó. Ningún abogado de alto, bajo o medio perfil colombiano, ni ninguna ONG de Derechos Humanos que generalmente son de izquierda, dijo esta boca es mía o este caso amerita llevarlo ante la Comisión Internacional de Derechos Humanos y ante la Corte Penal de la Haya. Mucho menos el Fiscal General, que el mismo día posó de telonero de Juanpa ante los medios de comunicación para anunciar la captura de un hampón de baja estofa en Bogotá.
Entre las denuncias que hizo la joven exintegrante de las Farc, señaló que dentro de la agrupación terrorista la política de forzar abortos entre las guerrilleras embarazadas es pan de cada día, que llegan al salvaje extremo de practicar los legrados con alambres y que la terrorista Victoria Sandino próxima a convertirse en “Honorable Representante” en el congreso de la república gracias a Santos y De la Calle, es una de las delincuentes que ordenaba esos crímenes contra la vida en primavera.
El punto clave es porqué tantos abogados prestos a demandar al Estado por asuntos a veces injustificados y a veces justificados, o por representar intereses políticos de la izquierda terrorista, no denuncian ante los organismos internacionales de justicia estas aberraciones? ¿Por qué callan los “imparciales” magistrados de la JEP casi todos izquierdistas y escogidos por izquierdistas? ¿Por qué el Fiscal General de la Nación no salió a los medios de comunicación, acompañado de Santos y generales de las Fuerzas Militares en actitud de sumisos segundones, para esta vez decir que la institucionalidad colombiana no permitirá que los terroristas lleguen incólumes al congreso, sin haber respondido por estas barbaridades y en cambio si sale a anunciar la captura de un raponero?
Porqué ningún docto abogado colombiano diferente a los pocos que con sudor y lágrimas defienden a las víctimas, ha denunciado penalmente ante los organismos competentes la ilicitud de un acuerdo de paz iniciado con delincuentes ,que ni siquiera escribieron el nombre propio en los documentos iniciales y finales del espurio pacto? Y mil preguntas más…
La respuesta a tanta insensatez colectiva de casi todos los abogados colombianos, radica sin duda en la falta de identidad nacional, en la ausencia de foco en los destinos del país y al parecer en débiles estructuras académicas y sociales que no enseñan a los niños y jóvenes a pensar en construir nacionalidad y país, sino a estudiar para enriquecerse a partir de la cultura del vivo.
Entretanto, pedófilos como Pablo Catatumbo y Pastor Alape, o bandidos que ordenaron miles de abortos de guerrilleras, verbigracia criminales tales como Timochenco, la Sandino, Iván Márquez, Granda, Santrich y otros sujetos con extensos prontuarios criminales, serán legisladores y dictarán las leyes para que las cumplan los juristas connacionales, egresados de costosas y "muy prestigiosas universidades colombianas".
Antes esa realidad, cabe preguntar:
Y los “neutrales” abogados colombianos, ¿qué?... Muy bien gracias.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Especialista en defensa nacional, estrategia y geopolítica
El coronel Luis Alberto Villamarín Pulido es autor de 33 libros y más de 1500 artículos relacionados con los temas de su especialidad, analista invitado permanente de diversos medios de comunicación y conferenciante en diversos lugares del mundo.