Análisis del conflicto colombiano
Producto de la oleada mediática que despertaron las Farc con las argucias de Iván Márquez en Oslo, es pertinente recordar al país que no solo el “movimiento armado”, sino el padrino político de los terroristas, es decir el morrongo Partido Comunista Colombiano, inspirador de toda la barbarie marxista-leninista contra Colombia, deben reparar a las víctimas, y tanto los cabecillas armados como los desarmados, deben purgar cárcel en centros penitenciarios por los crímenes cometidos.
Comenzando por el propio Iván Márquez y los camaradas desarmados que aprovechan todos los espacios de opinión para hablar de la "justeza de la insurgencia etc, etc"… Los instigadores del terrorismo son igual o más responsables que las Farc. No importa que sean abogados, periodistas, historiadores, dirigentes políticos de izquierda con doble moral, o infiltrados en sindicatos, la justicia, etc… Deben responder política y penalmente. De lo contrario nunca habrá paz en Colombia.
Transcribo textualmente el testimonio de Rigoberto Uribe Perdomo alias Danilo, desertor del Bloque Sur de las Farc hoy asilado político en Estados Unidos, narrado al autor de esta columna en el verano pasado en una cafetería de un pueblo lleno de inmigrantes hispanos en el Estado de Maryland:
“Fui testigo ocular cuando Iván Márquez ordenó secuestrar, amarrar, torturar y quemar vivo a Ernesto Ñañez Ramírez natural de Neiva-Huila, un narcotraficante de nivel medio que servía de enlace entre los frentes 14 y 1 5 de las Farc y los capos del cartel de Medellín”
“Ñañez era un tipo de esos que llamamos abejas. Bastante liso y resbaladizo. Entraba y salía del Caguán como Pedro por su casa. En esa época estábamos en la antesala de los diálogos con Belisario Betancur. Ya el camarada Iván había anunciado que el iría al Congreso Nacional, como cuota de las Farc, por el movimiento político que fundaran Jacobo y Manuel en llave con el Partido Comunista, pero qué nosotros teníamos que seguir empeñados en conseguir recursos en el Bajo y Medio Caguán con los impuestos a los coqueros y en hacer mucho proselitismo a favor de ese movimiento para continuar organizando las células comunistas de combate”
“Aunque Iván Márquez saludaba de abrazo y con gran familiaridad a Ñañez, en privado nos decía que a ese tipo deberíamos investigarlo mucho. Recuerdo muy bien que Ñañez tenía una camioneta Chevrolet de color azul oscuro, que dejaba a guardar (sic) en Cartagena del Chairá y solo la utilizaba para ir hasta Remolinos o cualquier otro lugar a encontrarse con Iván para entregarle el billete y recoger la mercancía”
“De regreso a Florencia Ñañez se quedaba a dormir en la casa de un familiar de Iván Márquez y en esas andanzas tuvo un romance secreto con la esposa de este señor. Como el ofendido era pariente de Márquez, este planeó la venganza para asesinar al traqueto, pero Ñañez se le adelantó y lo mandó a matar como es costumbre entre los narcos. Iluso Ñañez creyó que Márquez pensaría que había sido un asesinato por otros móviles”
“Pero para desgracia de Ñañez, Márquez sabía todo lo que ocurría en Florencia con la muerte de su familiar. Una mañana Iván Márquez nos reunió como a veinte guerrilleros cerca a Remolino del Caguán, donde nosotros éramos la ley y la autoridad, pues por allá no aparecía nunca el Ejército, ni la Policía, ni el DAS, ni el F-2, ni ninguna autoridad del Estado”
“Ordenó que cuando llegara Ñañéz al retén permanente la guerrilla, lo desarmáramos, le quitáramos el dinero que traía y lo mantuviéramos encañonado hasta su llegada para decidir la suerte del bandido”
“Para mayor desgracia de Ñañez, Iván Márquez estaba en el retén cuando su camioneta arribó al lugar, donde supuestamente volvería a recibir un cargamento de coca y entregaría una gruesa suma de dinero a las Farc”
“Rápidamente dos compañeros lo encañonaron con fusiles G-3, le pidieron el dinero y le quitaron un pistola Browning 9mm. Iván Márquez les pasó unas cuerdas de alambre más o menos grueso con dos pares de alicates. Los guerrilleros amarraron las manos de Ñañez al timón de la camioneta y los pies de la víctima al asiento del carro. Luego pasaron varios hilos del alambre alrededor de la cintura de Nañez pero por detrás del asiento para que no se pudiera mover. Finalmente, con los alicates retorcieron los amarres, para asegurar que la víctima no se pudiera soltar”
“El tipo imploraba que lo soltaran, que él había entregado el dinero completo, que si lo dejaban ir el traía más dinero, que no lo fueran a matar. Pero Iván Márquez continuaba callado, sin decir palabra alguna”
“Cuando Ñañez estuvo totalmente inmovilizado, con parsimonia Iván Márquez roció abundante gasolina al vehículo por dentro y por fuera, pero sin que el combustible cayera sobre Ñañez. La tortura para ese desgraciado fue tenaz, pues seguía gritando que él era correcto en los pagos, que no se equivocaran, que lo perdonaran etc.”
“Al fín hablo Márquez: “Eso es lo que debió pensar antes de meterse con mi familia”, y acto seguido arrojó un fosforo sobre el asiento trasero de la camioneta. El estallido de la combustión quemó la cara a Ñañez, quien aumentó los gritos y retorcijones de dolor y de angustia dentro de la camioneta, pero el incendio avanzaba con fuerza”
“Al cabo de media hora el carro estaba totalmente incinerado, el cadáver de Ñañez irreconocible y los guerrilleros mirábamos atónitos, desde escasos treinta o cuarenta metros, el increíble acto de sadismo… Poco tiempo después Iván Márquez fue congresista de Colombia por la Unión Patriótica”
Sería muy positivo para la paz del país que Iván Márquez responda por este y miles de crímenes que ha ordenado cometer en nombre de la revolución comunista, y que los padrinos políticos de los terroristas que cada vez que las Farc hablan de paz, aparecen ante los medios como supuestos mediadores bienintencionados, reparen a este y las miles de víctimas caídas bajo las balas asesinas, las torturas, los secuestros, las expropiaciones, el narcoterrorismo.
Ese es uno de los grandes retos de los negociadores del gobierno y de la justicia colombiana, claro sin que se repitan abominables aberraciones jurídicas, como aquella que los computadores de Raúl Reyes no son pruebas válidas contra los allí comprometidos, porque no fueron entregadas primero a Rafael Correa, reconocido cómplice de las Farc.
Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido
Analista de asuntos estratégicos
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