Exitosa contraemboscada por ataque de guerrilleros comunistas en el Oriente del Tolima en 1964

Publicado: 2021-04-19   Clicks: 746

        Historia del conflicto armado en Colombia

En contravía de quienes irresponsablemente aseguran que las Farc nacieron de humildes campesinos y labriegos, que solo defendían sus tierras con escopetas de fisto, y de paso, deslindan al Partido Comunista Colombiano, de su responsabilidad penal, política e histórica del nacimiento y posterior crecimiento de las bandas narcoterroristas encabezadas por Tirofijo, lo sucedido el 1° de febrero de 1964 en el Oriente del Tolima, demuestra que los “idiotas útiles” de la versión comunista criolla,  están equivocados, porque durante todo el tiempo de su vigencia, el Plan Lazo estuvo combatiendo brotes de violencia tripartidista, no solo entre liberales y conservadores, sino también contra bandas armadas comunistas.

       Para analizar bien lo sucedido, es conveniente tener en cuenta que, según la doctrina táctica de contraguerrillas, la emboscada es una forma de ataque que se ejecuta preferencialmente con base en la sorpresa contra un enemigo en movimiento o temporalmente estacionado. La reacción inmediata por medio del fuego, la maniobra y la acción de choque en dirección al atacante, es la conducta sugerida para contrarrestar en parte sus efectos destructivos.

       La exitosa contraemboscada para repeler un ataque cometido por guerrilleros comunistas en el Oriente del Tolima, ocurrió el 1° de febrero de 1964, cuando el capitán que desempeñaba el cargo de oficial S-3 del batallón Cazadores viajó en un jeep, escoltado por una patrulla que marchaba a 100 metros de distancia en otro jeep, con la misión obtener información concreta de las autoridades municipales, acerca de la situación preelectoral imperante en la jurisdicción.

       El área general de la ruta Cunday, Carmen, Girardot, Espinal, Purificación, Prado, Dolores, Alpujarra, dispuesta en la orden de operaciones iniciada a cumplir desde las 04:30 A.M., se caracteriza por ser terreno quebrado. Predominan alturas que por lo general son escarpadas y de escasa vegetación, que conforman cañones profundos, que albergan pequeños cursos de agua o cauces secos.

       En el lugar donde sucedió la emboscada y la rápida contraemboscada, el terreno es parte de las estribaciones de la región montañosa y posee abundante vegetación, en sectores aledaños a la quebrada Atá. La carretera que entonces cruzaba el área, era angosta e irregular; y debido al prolongado verano de aquellos días, producía excesivo polvo, que al paso de los vehículos, se convertía en nubes espesas.

       Cerca al municipio de Prado (Tolima) se interrumpe la topografía descrita anteriormente, al presentarse grandes extensiones planas cultivadas por lo general de ajonjolí y pastos, e inclusive desde el 1° de enero de 1959, el gobierno nacional venía construyendo en la región, la represa hidroeléctrica de El Prado, adonde llegaban los bandoleros comunistas dirigidos por Juan de la Cruz Varela desde el Páramo de Sumapaz, a extorsionar a los contratistas.

       Amén que por medio de actitudes politiqueras y de innecesario protagonismo como el supuesto estratega general del Plan Lazo, el presidente Guillermo León Valencia había anunciado desde enero de 1964, que en el mes de mayo atacaría la “república independiente de Marquetalia”. Gilberto Vieira y los demás dirigentes del Partido Comunista, habían ordenado a la regional del Tolima y del Sumapaz, que enviará guerrilleros de refuerzo, para “atender la situación de guerra, que viene en mayo próximo contra los camaradas de Marquetalia y Riochiquito”

       Por la misma época el mono Jojoy tenía 13 años de edad y era el estafeta entre el oriente y el sur del Tolima, de los bandoleros comunistas, que después se llamarían las Farc, y según sus palabras grabadas por el propagandista fariano Alfredo Molano “fue mucha la pata que echó por el monte, para llevar mensajes y guiar comisiones por la región”

      El resumen general de los archivos de inteligencia del batallón Cazadores indica que las cuadrillas comunistas que delinquían en Prado, Dolores y Alpujarra, habían perpetrado asaltos y atracos a mano armada contra los campesinos, robado tierras y extorsionado a contratistas de HidroPrado, comerciantes, agricultores, transportadores y ganaderos, con esporádicas acciones de abigeato.

       Los grupos estaban integrados por ocho a diez hombres armados con fusiles .30, escopetas, revólveres, granadas de   mano, bombas de fabricación casera, catalicones caseros hechos de guadua que servían como morteros artesanales y un arma automática de apoyo.

      Cuando el primero de los dos jeeps, en el que viajaba el capitán S-3, transitaba a pocos metros de la última curva de la carretera, ubicada 15 kilómetros antes de llegar al municipio El Prado, su grupo fue atacado por una cuadrilla de bandoleros, que dese una posición ventajosa en el terreno, abrió fuego con fusil, revólver, un arma automática, y lanzó granadas de mano MK-II y de fabricación casera.

      En el sorpresivo ataque pereció un soldado y otro quedó herido. Asimismo, las explosiones causaron la destrucción de las llantas del vehículo. Con arrojo y determinación durante la reacción instantánea, el conductor aceleró la marcha hacia donde estaba el grupo de bandoleros que atacaban por el frente.

      Simultáneamente saltaron del vehículo los integrantes del primer equipo al mando del capitán, quienes respondieron al ataque por medio del fuego y movimiento, mientras que el conductor continuó maniobrando el jeep para eludir el ataque y la ayudar al soldado herido.

      Inmediatamente arribó al lugar de los hechos, el segundo vehículo. El capitán reorganizó la patrulla, contraatacó y ante la retirada de los bandoleros, inició la persecución inmediata dando de baja de uno de ellos, a quien se incautó un fusil calibre .30. y algunos documentos que demostraron que se trataba del cabecilla de esa cuadrilla.

      En el registro del sector, los soldados encontraron prendas ensangrentadas pertenecientes a los bandoleros. Debido a la reducida fuerza; restringida, además, por las bajas ocasionadas durante la sorpresa inicial de los atacantes, el comandante de la patrulla suspendió la persecución.

      Conseguida una camioneta de propiedad de un particular para reemplazar el vehículo averiado, el capitán ordenó continuar el movimiento hacia Prado. En este lugar contactó al comandante de policía para coordinar su apoyo en persecución de los bandoleros.

     En Purificación, nuevamente coordinó con la policía de ese lugar y además, tomó contacto telegráfico con el comandante del batallón para informarle lo ocurrido. De la coordinación con la policía obtuvo apoyo de los puestos de policía de Tamirco, Dolores y San Andrés. Por su parte, el comandante del batallón Cazadores, envió de un pelotón para perseguir a los bandoleros, sin que hubiera podido localizarlos durante el patrullaje posterior.

      En síntesis, se cumplió la misión de contactar a las autoridades, para coordinar las actividades y controles de las elecciones previstas para el 15 de abril de 1964. Además, se obtuvieron otras informaciones acerca de las actividades de los bandoleros comunistas en las áreas rurales de Prado, Dolores y Alpujarra.

     Junto con el fusil, las cartucheras, dos granadas de mano y 83 cartuchos calibre .30, el bandolero muerto y cabecilla de la cuadrilla atacante, llevaba consigo pruebas contundentes de la complicidad de los dirigentes comunistas con los bandoleros tales, como:

     Copia de una felicitación del Movimiento Comunista de Natagaima al “camarada” Germán Velásquez, una libreta de apuntes con anotaciones en clave, una copia del libro "La Guerra de Guerrillas" del Che Guevara, un ejemplar del libro ''Lecciones de Lucha Revolucionaria" de Mao Tse-Tung, la declaración programática y los estatutos del Partido Comunista Colombiano, una copia en buen estado del Reglamento de campaña para el Ejército colombiano, documentos políticos varios de la organización de las “autodefensas de masas”,  así como un folleto de autodefensa de masas contra la violencia reaccionaria.

     En aquella época, en la que las comunicaciones eran difíciles cuando las unidades se alejaban del puesto de comando, el afortunado desenlace de esta difícil situación se debió al valor, el arrojo, la iniciativa y la madurez emocional del capitán S-3 del batallón Cazadores, quien separó adecuadamente los dos jeeps durante la marcha motorizada, evitando que fueran blanco simultáneo, de un ataque demoledor con explosivos.

      Y, durante la reacción de la patrulla, contra los bandoleros comunistas emboscados en un lugar ideal para atacar sobreseguros, asesinar a los soldados y destruir el vehículo, el capitán emitió voces de mando dirigidas a unidades ficticias, y avanzó en forma decidida contra los atacantes, quienes no fueron capaces de sostener la ventajosa posición, sino que, sicológicamente se sintieron derrotados y abandonaron el combate, hasta el punto que el cabecilla murió tratando de contener el ímpetu de los soldados que contra emboscaron con agresividad, gracias al liderazgo y el ejemplo del oficial.

      Esta es una parte pequeña, pero concreta, de la verdadera memoria histórica del trasiego militar colombiano en aras de la esquiva paz, siempre afectada por la dirigencia política con oscuros intereses particulares diferentes a los intereses y objetivos nacionales.

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