Análisis del conflicto colombiano
Zapatero a tus zapatos, reza un viejo adagio popular. Con el falso argumento de tener un representante político para las instituciones armadas, Cesar Gaviria experto en demagogia y politiquería, introdujo en 1991, la hasta hoy improductiva figura de civiles a cargo del Ministerio de Defensa. Prueba de ello es la languida despedida de Rodrigo Riveral del Ministerio de Defensa: Improductivo e inepto.
La realidad de fondo para explicar el nombramiento de un civil en este cargo, sustentada en tres pilares, es otra: Avidez ilimitada sobre el manejo presupuesto nacional para el sector Defensa, posibilidad de crear más cargos de corbata para devolver favores políticos, y proyectar futuros candidatos presidenciales.
Los resultados de esa errónea concepción saltan a la vista: las Farc crecieron 20 veces durante el periodo (1991-2011), el Eln se multiplico por ocho, las Auc hicieron el carnaval de las desgracias, los cultivos de coca se incrementaron de manera exponencial, el gobierno y en general el pueblo colombiano desconocen el plan estratégico de las Farc, los comunistas de todo el continente atacan en gavilla a Colombia y apoyan a las Farc, etc, etc.
Sin excepción todos los funcionarios civiles llenos de pergaminos que han ocupado la cartera de Defensa en Colombia durante los últimos 20 años, han fallado por incompetencia, desconocimiento, falta de liderazgo y con excepción de Esguerra Portocarrero, todos han sido arrogantes y autoconvencidos de ser expertos en lo que no conocen.
Los éxitos operacionales durante el periodo ministerial de Santos extendidos a la muerte de Jojoy, no son el producto de su capacidad estratégica, pues carece de ella. Son el producto de muchos años de trabajo infatigable y persistencia de las tropas que con altas cuotas de sacrificio y abnegación han combatido el terrorismo comunista en todo el país.
Dadas las verdaderas razones camufladas, por las que los politiqueros de siempre se apoderaron del Ministerio de Defensa, no ha habido durante este periodo claridad de cómo derrotar a las Farc, recuperar la paz y hacer que el Estado colombiano en su conjunto llegue a todos los rincones de la geografía nacional. La solución militar por si sola es insuficiente. Este ya es un tema recurrente pero de manera inexplicable no pasa de la teoría a la praxis.
La vanidad de los sucesivos ministros de Defensa y su ignorancia frente al esquema estratégico del adversario, ha tenido las Fuerzas Militares y de Policia acéfalas de dirección político-estratégica. Uribe tuvo claro tal concepto pero se equivocó en la escogencia de los ministros y en el trato despectivo que dio a los generales y coroneles, asi como en la inacción para resolver el viejo problema salarial afincado desde 1992.
Quienes conocen a Santos y saben de su maquiavélica frialdad para tratar con adversarios políticos, presumen que de manera intencional colocó a Rivera en el Ministerio de Defensa, cargo para el que desde luego era incompetente, con el único propósito de quemarlo y sacar del camino a un contendor fuerte en las elecciones de 2014, cuando Santos buscará reelegirse.
De paso, puso a un comodín personal en el cargo que ya le había ofrecido desde hacía rato. No solo para que interprete sus ideas en torno al tema, sino para que maneje con prudencia los problemas venideros, en torno al sospechoso estilo de contratación centralizado ordenado por Santos en el sector Defensa, y que ya dio pie a investigaciones graves en el monumento a la corrupción llamado Fondelibertad, manejado por un amigo personal de Santos.
O la cuestionada contratación de motores de baja calidad y capacidad para los tanques del Ejército, o el foco de mal servicio y al parecer de corrupción en que se convirtió el call center y la parte logística de la sanidad militar y el hospital militar, manejada por civiles y no por militares como siempre había sido con relativa efectividad.
Y en general, del vergonzoso y desconsiderado servicio de sanidad militar que opera en la actualidad con la venia de quienes han sido ministros de Defensa y han desconocido que lo mas importante es el ser humano en cualquier organización.
Por eso nos apartamos de quienes llenan de elogios y hasta le inventan cargos que no ha desempeñado al recién nombrado joven e inexperto ministro Pinzón. Si bien es cierto que creció en los cuarteles, eso no significa que sea experto en Defensa Nacional, ni en administración de personal, ni en manejo administrativo de tropas, ni muchos un erudito en el conocimiento de la compleja guerra que enfrenta Colombia contra el narcoterrorismo comunista, patrocinado por cómplices nacionales e internacionales de las Farc.
Señor Pinzòn: Usted debe empezar por arreglar la casa. No de más vueltas ni leguleyadas al pago de los derechos salariales. No se necesita que desde el congreso, Juan Lozano y Camilo Romero hagan politiquería con el tema. Tampoco se necesita generar tensiones y resentimientos entre los afectados. Mucho menos se requiere pisotear las Fuerzas Armadas y hacer politiquería personal con sus logros operacionales, al estilo Rivera y Santos.
Tampoco se necesita un comité para negociar el acuerdo salarial. Aquí no hay que negociar nada. Hay que solucionar un problema del cual hasta el propio presidente Santos se ha hecho el de la vista gorda desde hace varios años, a sabiendas que existe y que son justos los reclamos de nivelación salarial y bienestar de activos y retirados.
Resuelto este tema y ganado el aprecio y consideración de las tropas que no están para hacerle honores, ni para cohonestarle que usted se disfrace de soldado como hizo uno de sus ineptos antecesores; entérese de cual y como es que funciona el Plan Estratégico de las Farc; asimile el plan renacer de Cano, induzca al equipo de gobierno a resolver el problema de manera integral y tenga la sensatez de reconocer ante su superior directo que es Santos y su superior legitimo que es el pueblo colombiano, que así como la cartera de Educación debe ser regentada por un educador y la de Hacienda por un economista; la de defensa debe ser manejada por los militares.
De seguro que usted es un hombre muy capaz en asuntos administrativos y a lo mejor podría ser un excelente viceministro para institutos descentralizados, por ende debe enriquecer mucho su bagaje personal y su experiencia laboral, para dirigir unas tropas asediadas por los cómplices de las Farc y sin respaldo en el ámbito jurídico por parte del Ministerio de Defensa, afectadas por insuficiencia de casas fiscales, traslados de tres años a zonas de combate, fracturas de los núcleos familiares, mal pagas y fuera de eso sujetas a que un politiquero acomodado como Rodrigo Rivera entorpezca sus derechos legitimos.
Pero naturalmente todas estas situaciones particulares de las tropas que necesitan fuero militar, régimen disciplinario propio, respaldo jurídico, dirección político-estratégica, motivación y bienestar en todos los sentidos, no pueden provenir de un neófito, ni de una improvisación politiquera para engrandecer egos. Eso solo lo puede hacer un militar de carrera que las conoce y ha trasegado con ellas por todo el país.
Usted lo sabe muy bien porque es hijo de un coronel, quien de seguro le enseño cuando era niño, que los zapateros hacen zapatos. Y, que la guerra la hacen y la dirigen los militares. Prepare el camino para el Ministerio de Defensa regrese a los militares, descentralice las adquisiciones que de la forma actual denotan un extenso tufo de corrupción; defienda los salarios y demás temas de bienestar de las tropas y las reservas, no patee la colmena porque las abejas se enfurecen; y, con humildad dedíquese a aprender lo que no sabe acerca de defensa nacional, estrategia, movilización, geopolítica, etc
Demuestre que llegò a ese cargo no por ser amigo de Santos, ni su ficha personal, sino para allanar el camino a la paz de Colombia y al regreso de los militares a manejar los temas propios de su profesión.
Coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Analista de asuntos estratégicos.