Ministro Pinzón, su función es representar y defender políticamente a las tropas

Publicado: 2013-12-08   Clicks: 4086

     Carta abierta al Ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón:

     El criminal ataque terrorista de las Farc contra la población civil y las instalaciones de la Policía Nacional en Inzá-Cauca, en el  que murieron varios uniformados incluido el comandante de un batallón de combate terrestre, ocurrió en el mismo momento en que las Farc manipulan a su antojo la vergonzosa mesa de conversaciones en Cuba.

     Con la circunstancia agravante, que  el presidente Santos, presa de su ilimitada vanidad politiquera, payasea con la idea de ir a pasear y ganar viáticos en dólares en Suráfrica, dizque para aclimatar la paz en Colombia, acompañado por unos personajes con aspecto de verduleras que mal ostentan el inmerecido título de expresidentes del país.

     De remate, para asombro del país y el mundo, conocida la información de la masacre perpetrada por las Farc en Inzá, Santos se limitó a mirar un auditorio con el consuetudinario gesto de cinismo, el mismo ademán con que propuso a sus antecesores ir a pasear a Suráfrica con la disculpa del sepelio de Mandela, y luego dijo que esta monstruosidad de las Farc fue un acto de terrorismo irracional:

     ¿Estupidez funcional?ó ¿Insensatez? del señor Santos... O es que acaso ¿hay algún acto terrorista que sea racional?.

     Esto para decirle ministro Pinzón, que usted como representante político de las tropas y funcionario mediador en la escala directriz de las Fuerzas Militares y de Policía frente al presidente de los colombianos, está obligado, no solo a hacer el persistente show mediático que le ordena su jefe Santos, al aparentar que cuestiona en público a las Farc; sino para hacerle ver a Santos, que las tropas no son ni para hacer payasadas, ni para utilizarlas como trampolín propagandístico en aras de su inmerecida reelección.

     Y sobre todo, para que deje de hacer politiquería con la farsa de la paz en La Habana, a costa de la sangre y el padecimiento de los colombianos más pobres como el caso específico de Inzá; así como de los soldados y policías.

     ¿Qué razón o justificación convincente se le puede transmitir a las viudas, huérfanos y demás víctimas de la cobarde asonada en Inzá? O es que la reelección de Santos y en su caso particular, seguir en el cargo de Ministro de Defensa, intrigar para ser embajador en Washington y vivir a cuerpo de reyes con escoltas, carros, oficinas, celulares etc pagados por quienes padecemos su incompetencia gubernamental; son asuntos de mayor valor e importancia, que la sangre de estas personas que murieron en defensa de una democracia con minúscula, corroída por la corrupción, la politiquería y la ineptitud de muchos altos funcionarios.

     Ministro Pinzón: Cuando usted llegó al cargo, muchos oficiales y suboficiales de la reserva activa, creyeron que actuaría en defensa de la institución, máxime por ser hijo de un oficial del Ejército. Sin embargo, el paso del tiempo demostró lo contrario: A usted sólo le interesa hacer quedar bien a su sinuoso jefe político, que desde luego,  lo tiene convencido que le legará la  presidencia para el periodo 2018-2026.

    En ese embrollo, usted se ha dedicado a posar como modelo de ropa deportiva al lado de las tropas; se ha autoadjudicado la genialidad operativa y estratégica de sonadas operaciones militares contra las Farc; y ha abusado de la disciplina y la decencia de los mandos militares a quienes irrespeta a su antojo.

     Simultáneamente, se olvidó de la necesidad de mejorar el paupérrimo servicio de sanidad militar y el vergonzoso estado de servicio del Hospital Militar. Se ha rodeado de aduladores y cuotas políticas del santismo; y ha coadyuvado a que Santos payasee con las tropas, en hechos tan inauditos como disfrazar a un hijo de soldado lancero y Fuerzas Especiales; sacar la Escuela Militar a hacer parte del show mediático de la paz el pasado 9 de abril, etc.

    Ministro Pinzón: los comunistas y su brazo armado (las Farc) están en guerra contra Colombia, en contubernio con los mandatarios proterroristas del Alba, como está demostrado con mucha claridad en los computadores de Raúl Reyes, Jojoy, Iván Ríos y Tirofijo.

    Usted es el responsable de la inteligencia estratégica, que en las actuales condiciones, dista mucho de garantizar la seguridad nacional. El criminal ataque en Inzá fue planeado y aprobado en La Habana por parte de Pablo Catatumbo, Miguel Pascuas y otros bandidos, que con su venia fueron sacados del país, hace unos meses, cuando para pírrico bien de la democracia, el expresidente Uribe filtró las coordenadas. Si funcionara la inteligencia estratégica y por demás el sentido común, esta catástrofe se habría evitado.

     Si usted no lo sabe o no lo sospecha, lo mejor que le podía pasar a las Farc para refinar su Plan Estratégico, era tener una sede fija como La Habana, donde cuentan con la absoluta complicidad de la dictadura cubana, para que el desfile de terroristas y contactos internacionales fluya de manera permanente desde Quito, Managua, Brasilia, Panamá, Caracas, La Paz, Buenos Aires y Europa. No con el fin de firmar la paz, sino de cualificarse para continuar la guerra del comunismo contra la libertad en Colombia. Abra bien los ojos.

     En ese permanente peregrinar de terroristas de las Farc desde y hacia la Habana, el bloque suroccidental planeó y coordinó el ataque de Inzá; el Bloque Sur y el Oriental están casi intactos y avanzan en sus negocios de narcotráfico y tráfico de armas, lo cual explica el flujo armamentístico de los bandidos; Timochenko se comunica a menudo con Márquez y la guerra continúa.

     Es hora que usted asuma su posición de representante de las tropas y no de mandadero de Santos. La farsa de la paz con las Farc solo apunta a fortalecer al grupo terrorista, que hace una semana ratificó que recibe dinero de la coca y de remate no ha renunciado al objetivo político-estratégico de la toma del poder. Entretanto, Santos ha payaseado en forma sistemática con su espurio deseo de ser Premio Nobel de Paz (por suerte fallido), intentos baratos de meter al Papa Francisco en su maniqueo propósito, ofensas de verdulera con Uribe y maquiavélicas declaraciones contra los que él llama enemigos de la paz.

     Por su parte, usted le hace el juego, y a menudo aparece en los medios de comunicación para decir lo mismo y reiterativo: que las Farc son "malas", que hay recompensas por determinados bandidos, que los soldados son unos héroes y que no se cederá en nada.

    Entre las tropas la visión y la lectura son diferentes. Desconfían del liderazgo de Santos y del suyo. Hay fundados temores acerca de la eventual negociación de las Fuerzas Militares, pues es evidente que a la larga es lo único que tiene Santos para negociar con los bandidos. Lo demás son acuerdos de palabrería que igual a muchas cosas quedan escritas para guardar en el baúl de los recuerdos.

     Conmine a Santos a que haga un alto en el camino de su desaforada carrera propagandística y vanidosa, que además, ya nos ha costado casi dos billones a los contribuyentes, para resaltar la imagen del presidente, en medios de comunicación comprados con la pauta publicitaria.

     Como representante político de las tropas, usted ministro Pinzón, debe reunir a todos los generales con el presidente para que se sinceren los espíritus, para que se hable sin mordazas, para que cada quien exprese sus puntos de vista sin temor a perder el puesto y para que quede claro:

     El Ejército colombiano respeta la Constitución y las leyes, acata la autoridad presidencial no la personal de Santos como decía en forma lacaya y aduladora el general Sergio Mantilla; pero así mismo, el Ejército Nacional se debe a todos los colombianos sin distingos. Por ende el Ejército no puede ser cómplice de una farsa de paz y una ambición egocéntrica electorera,  que hace mucho daño a Colombia, a sus soldados  y a sus policías; ni mucho menos una enorme fuerza militar sujeta a los caprichos vanidosos del presidente de turno.

      Si asume esta necesaria actitud, Colombia y la historia se lo agradecerán. Si no lo hace y se inclina por la politiquería, el amiguismo y las conveniencias facciosas de grupúsculos autoconvencidos de derechos hereditarios sobre el país; más temprano que tarde, Colombia y la historia lo juzgarán por no haber tenido ni la visión  ni el carácter para actuar en consecuencia.

    Usted tiene la palabra

    Cordialmente

Luis Alberto Villamarín Pulido

Soldado y patriota colombiano

www.luisvillamarin.com

 

 

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