Nombramiento del demagogo izquierdista Álvaro Leyva Durán como nuevo canciller, presentación del sesgado informe de la comisión de la complicidad con el terrorismo comunista encabezada por el cuestionado cura De Roux, anuncio de Iván Cepeda acerca del pronto inicio de diálogos con Eln, e imposición de asamblea constituyente, son cuatro hechos diferentes y la “verdad verdadera” de un articulado y meticuloso plan contra las Fuerzas Armadas y la empresa privada, que son quienes han impedido el acceso por la vía armada del comunismo a Colombia.
Para el efecto, el claroscuro discurso populista de odio y de siembra calculada de la lucha de clases instigado por Gustavo Petro y sus cómplices. comenzó ya a destapar sus frutos, atando los cuatro elementos enunciados en el párrafo anterior.
A comienzos de 2021, el curita de Roux comenzó a pedir oro y moro para financiar otro año de parasitismo chupando sangre del presupuesto nacional, con sus conciliábulos. Tal petición fue justificada con el argumento chinesco, de que aún no habían terminado de elaborar un informe, cuyo resultado se sabía de antemano, pero obviamente dentro de la estrategia comunista de la combinación de las formas de lucha, necesitaba un “momento político” adecuado para su publicación.
Ese momento, lo advertimos con claridad, que la publicación del sesgado documento sería tan pronto terminara la segunda vuelta presidencial en 2022, con el trillado cálculo comunista que lo utilizarían para sacar ventajas estratégicas, ganara o perdiera Petro.
Si perdía, lo utilizarían como argumento para justificar el vandalismo y la violencia de las “primeras líneas”, porque según su elaborado discurso, “el Estado y las Fuerzas Militares apoyados por empresarios, son la peor peste que ha existido contra los pobres en Colombia”
Pero si Petro ganaba las elecciones, como en efecto ocurrió, lo utilizará como el poderoso argumento para conversar con el Eln y la Segunda Marquetalia, cuyos cabecillas han exteriorizado en contubernio con las dictaduras de Cuba y Venezuela, que como ellos quieren la paz y a ahora le agregan las monstruosidades que “descubrió la comisión del curita”, entonces la única solución será una asamblea constituyente que eternice a Petro, para que logre llevar a cabo todos los cambios sustanciales, comenzando por destruir lo que mas odia: Las Fuerzas Armadas, la empresa privada y la división institucional de poderes.
Paso a paso calculado, medido y desarrollado en las narices de los “dirigentes políticos de derecha”, que son tan derechos como una cabuya entre un bolsillo, y sin excepción, sea por ignorancia o por nefastos cálculos personales, ya están haciendo parte de la estratagema petrista de engaño con “conversaciones y acuerdos nacionales”, mientras sus cómplices continúan haciendo daños al país.
Naturalmente, el nombramiento del “camarada” Leyva Durán estuvo concertado con el Eln y la dictadura cubana durante los tres meses, en que Petro salió sin permiso del país y estuvo en Cuba reunido con los terroristas del castrismo y los elenos, planeando el paso a paso de la estratagema, que hasta ahora les viene funcionando, para que haya paz entre pares, y acuerdos entre los mismos.
Todos, eso sí, apuntando a destruir a Colombia. No a solucionar problemas estructurales, porque priman el populismo y la trapacería.
Sin superar aún la resaca del pasado 19 de junio en las urnas, cuando Petro llegó sin contrincante serio o capaz de contraponer ideas claras frente a su populismo comunista, Colombia está anestesiada.
Ese evidente y fatal. la ausencia de liderazgo político proveniente de partidos, no de personas en particular, ni mucho menos de los politiqueros corruptos de las mal llamadas agrupaciones tradicionales, principales responsables de que Colombia haya caído tan bajo, para tener como únicas alternativas nada menos que para gobernar al país, entre un sujeto con amplio prontuario criminal, o un atarván con evidentes signos de problemas mentales en la senectud.
Urge articular una corriente política nueva, sin ataduras a la corruptela tradicional de quienes dicen ser expertos en política, a pesar de haber llevado el país al actual caos. Urge determinar estrategias hacia objetivos superiores. Urge. contar con muchas mentes lúcidas que tengan comportamiento de estadistas y visión de estrategas o viceversa.
Urge capitalizar esa gran masa de mas de 10 millones de colombianos que votaron por Rodolfo Hernández, cuya capacidad física y mental dista de ponerlo al frente de semejante capital político. Urge actuar con claridad con oposición estructurada, para contrarrestar los siniestros planes de Petro y su combo, por medio de acciones políticas inteligentes y planeadas estratégicamente, desarrolladas dentro de la ley y con compromiso total por el futuro de Colombia.
Si no hacemos nada, si seguimos atrapados en la estulticia del chat de whatsapp enviando y reenviando refritos, Petro y sus secuaces tendrán el espacio abierto para seguir destruyendo a Colombia, en complicidad con el Eln, las Farc, los carteles del narcotráfico, los politiqueros-camaleónicos corruptos de siempre, los comunistas internacionales y los despistados primermundistas, que desde la comodidad de sus países y con base en la desinformación de las ONG izquierdistas, ven a las guerrillas colombianas como Robin Hood.
Sintesis: Que Leyva Durán sea el próximo canciller, que se produzca el sesgado informe de De Roux preciso cuando Petro ganó, que los comunistas anuncien inminente inicio de diálogos con Eln y que se olfatee una Asamblea Constituyente proterrorista, demuestra la falta de foco de la dirigencia política colombiana.
Dirigencia, que por estar enfrascada en donde hay más recursos públicos para robar o para hacer politiquería, ha ignorado desde siempre que los comunistas gravitan alrededor de una tesis revolucionaria, que no renuncian a ella y que cuando consiguen el poder (con trampas o sin ellas, pero casi siempre con trampas), lo utilizan para destruir el desarrollo y crucificar a sus siempre odiados enemigos de las Fuerzas Armadas, la empresa privada y la división de poderes.
En consecuencia, la respuesta debe ser política, estructural, coherente y coordinada. Y para eso se necesitan partidos políticos serios, no las vergonzosas empresas clientelistas electorales que hay actualmente en Colombia. Si Petro tiene en ciernes una revolución política comunista contra Colombia, hay que hacer una revolución política de la mal llamada derecha colombiana, para evitar que Colombia se despeñe por el precipicio comunista.
Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido
Autor de 40 libros de estrategia, geopolítica y defensa nacional