Algunas lecciones geopolíticas y político-estratégicas tres meses después de la invasión rusa a Ucrania

Publicado: 2022-05-23   Clicks: 839

   Enseñanzas de la barbarie rusa en Ucrania, a tres meses de la invasión

 Geopolítica de Europa y Rusia

     El 24 de mayo de 2022 se cumplen tres meses de iniciada la cruenta invasión rusa a Ucrania, lapso durante el cual, a menudo, el mundo entero ha escenificado en tiempo real el desarrollo de la guerra, las atrocidades de las fuerzas militares rusas contra los ucranianos, la impensada asunción del ucraniano Volodimir Zelensky como un líder carismático de la talla de Winston Churchill, la innegable reevaluación de la supremacía del poder militar en el campo de batalla, las presiones económicas, la reanudación de la OTAN como alianza militar mas poderosa en el planeta, el músculo económico de Estados Unidos, y mucho más…

      Con el no fácil propósito de compendiar algunas lecciones geopolíticas y político-estratégicas, derivadas de los 90 dramáticos días que ha enfrentado el pueblo ucraniano, respaldado por algunos Estados Occidentales para repeler la barbarie desatada por las Fuerzas rusas, a continuación se señalan algunos puntos de reflexión que por su naturaleza podrían ser el auto-cabeza de múltiples análisis al respecto:

        1. La hasta ahora imparable cascada de sanciones económicas a la empresa pública y privada rusa, en el marco de un orden mundial que se estaba tejiendo a partir de la premisa de que la “integración comercial y financiera evitaría una nueva guerra mundial”, ha tenido altibajos impredecibles.

      Aunque todo apunta a buscar el fin del estatus de Rusia como superpotencia energética, lo ocurrido hasta ahora demuestra que ni Europa, ni Estados Unidos, ni los complejos intereses geopolíticos que se tejen en los ámbitos regionales de los productores de energías no renovables, sumados a decisiones internas anteriores de la Unión Europea en relación con el uso de energía nuclear, han permitido mayor claridad y rapidez, para que Europa no dependa más del gas, el petróleo y el carbón rusos.

      De remate la ambivalente posición del autocrático gobernante de Hungría, la preparación de Rusia para este evento, el cobro de la venta de energía en rublos, y la doble moral china al respecto, son factores que han ensombrecido ese interés, que no obstante sigue en pie, como política de Estados en la Unión Europea y la OTAN.

       Se evidencia que las sanciones económicas impuestas a Rusia, sin precedentes en los últimos 120 años, han causado inflación, desacelaración económica y los primeros síntomas de malestar interno entre los rusos, pero hasta ahora, la abultada chequera de Putin y su gigantesco aparato de propaganda, han paliado lo que podría intuirse, es la intención occidental, de generar una crisis política que culmine con la caída de Putin.

       2. El sacudón a la OTAN que venía convirtiéndose en un lento equipo burocrático, con cuestionamientos del gobierno Trump (2017-2021),  produjo una inusitada reacción de solidaridad y apoyo a Ucrania, porque los analistas estratégicos de Europa y Estados Unidos, se dieron cuenta que habían calculado mal las ya exteriorizadas intenciones de Putin, sumado a que el fracaso en Afganistán, la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), la guerra comercial China-USA, la presumible invasión de China a Taiwán, el bajo nivel de popularidad de Biden en su país, la reanudación del proyecto nuclear de Irán, y otras ambigüedades en diversos escenarios geopolíticos, hicieron metástasis, y por su parte aportaron insumos al equivocado cálculo de Putin invadiendo a Ucrania.

         Sin embargo, se rescata de estos hechos, que se suscitó un fuerte llamado de atención a Europa para estructurar su seguridad, unificar la Unión Europea, fortalecer su necesario ejército único, robustecer la OTAN, preparar la defensa continental en bloque e impedir la avaricia geopolítica de China y Rusia sobre el Viejo Continente. Dura lección con nace en el viejo adagio que “la letra con sangre entra”… sangre ajena ucraniana, pero indudablemente sangre humana, y lo que es peor, en la puerta de un vecino y necesario aliado estratégico, al que no se le había dado la trascendencia geopolítica.

       3. Surgió un enorme e inesperado reto para Biden en su avanzada senectud y con el gran reto de gobernar a la primera potencia del planeta, después de accidentada campaña electoral, el retiro de Afganistán, su baja popularidad, la cuestionada decisión en Europa de saltar largo a Francia en la venta de submarinos nucleares a Australia, las deterioradas relaciones diplomáticas con la OTAN que dejó su antecesor Trump, la guerra económica con China, el problema nuclear de Irán y Corea del Norte apadrinados por Pekín y Moscú, etc.

Lo que está sucediendo a Estados Unidos y al mundo, es tan o más grave, que la situación interna cuando ocurrieron las dos grandes guerras del siglo XX.

        La obvia pregunta es si por su avanzada edad Joe Biden tendrá alientos y claridad mental para atender este problema que va para largo, o si su vicepresidente Kamala Harris está a la altura de semejante desafío.

        Y como se trata de un problema de largo aliento, es conveniente indagar, si hay algún equipo sólido de estrategia y geopolítica entre republicanos y demócratas pensando en los cursos de acción venideros, o si los estadounidenses caen en la estupidez colectiva de apasionamientos y ofensas, que caracterizaron la anterior campaña electoral, que llevó a Biden a la Casa Blanca.

        4. Producto del deseo compartido de los autócratas de Pekín y Moscú, para bloquear y sacar del churubito a Estados Unidos, la doble moral china y sus pactos secretos e ilimitados con Rusia, es un factor de la invasión a Ucrania, que todavía no es claro ni puede ser minimizado, o presumido como “neutralidad china” o “poco deseo de meterse en un problema ajeno”, pues la lógica demostraría lo contrario.

        5. La crisis alimentaria en medio de pandemia y la guerra de barbarie desatada por Rusia contra Ucrania, ha puesto en jaque la seguridad alimentaria de muchos países, que además de las afectaciones climáticas, la violencia regional, los malos gobiernos y la rampante corrupción, están encarando la dificultad del suministro de granos y fertilizantes.

        El Programa Mundial de Alimentos de la ONU, ha reiterado estos aspectos de manera persistente, con la circunstancia agravante que la solución no está a la puerta de la esquina, y que por extensión demanda soluciones inteligentes, para resolver a futuro, soberanías económicas, alimentarias, energéticas, productivas de bienes y servicios.

        Todo un conjunto de problemas que exigen soluciones de estadistas-estrategas, no de populistas. Pero este tipo de líderes escasean en las arenas políticas de los cinco continentes.

        6. El poder de redes sociales en la guerra de Ucrania, las rebeliones de la Primavera Árabe, las campañas políticas, y la comunicación alternativa, corroboran para los incrédulos, que el mundo comunicacional cambió, que quien no entre en este ritmo lo dejará el tren de la historia, y que por muy poderosa que sea la propaganda manipulada en estos espacios, el receptor de la misma tiene cada día mas posibilidades de interpretarla, refutarla o aceptarla y difundirla.

        Es una verdadera revolución cibernética que al parecer no han asimilado bien los autócratas de Pekín y Moscú.

        7. El ámbito militar de las operaciones tácticas terrestres, la muy bien orquestada maniobra estratégica de defensa de fuerza orientada, conducida por las fuerzas ucranianas y su población civil rompió paradigmas en guerra de tanques, operaciones especiales de cruce de ríos, poderío militar superior, y el trillado argumento de pacifistas e izquierdistas que según su criterio preparar ejércitos para la defensa nacional, no es algo prioritario.

        Todas estas concepciones han tenido tanta incidencia en los noventa primeros días de la guerra, que en la mesa de pulsos geopolíticos están crispadas las tensiones de cuatro poderosos bloques geopolíticos y geoeconómicos (China, Rusia, Estados Unidos y Unión Europea), ha salido a relucir la eficiencia de poderosa tecnología militar táctica occidental.

        El Kremlin está desconcertado y su única respuesta ha sido la barbarie por medio del poder aéreo y la artiullería inmisericorde, pero en el teatro de operaciones terrestre, no ha podido consolidar la veloz victoria preconcebida con desacierto por Putin y sus asesores.

        Con lo sucedido en Kiev, Karkhiv, Mariupol, Odessa y otras ciudades ucranianas, revivió la realidad operacional militar, materializada en la dificultad de asaltar posiciones urbanas fortificadas, en Ucrania que por excelencia y por la configuración de su territorio, es un país casi llano, cuya vida política, social, económica y cultural se articula mediante una red de ciudades, unida por ferrocarriles y carreteras de forzoso uso, para operaciones militares en invierno y primavera.

        8. En Ucrania, retomó mucha fuerza, la teoría de defensa nacional y de integralidad de los conceptos de seguridad total, circunscrita a la importancia de la población civil en la guerra, prescrita en la segunda guerra mundial. Es un mensaje claro, para pacifistas, ambientalistas y populistas de todo el mundo, que no hay garantía de seguridad si no se tiene fuerzas militares profesionales, pero sobre todo si la población civil no está identificada con su defensa y con los objetivos nacionales de cada país.

       9. Pasarán por lo menos dos generaciones militares rusas, para que sus fuerzas se levanten de los síndromes que les ha causado la fiera resistencia civil en Ucrania, el hundimiento del navío Moskva en el Mar Negro, el estruendoso fracaso táctico en el cruce del río Donestk, la humillación a las fuerzas blindadas, acorazadas y mecanizadas rusas en Kiev, la barbarie en Mariupol, y el estigma de asesinos que llevarán por siempre, así la propaganda y las medidas dictatoriales de Putin lo enmascaren, pues la verdad siempre saldrá a la luz. Los hechos son los hechos.

       10. La sin precedentes mutua multiplicidad de expulsiones de diplomáticos, ha ido exacerbando ánimos, cerrando canales de comunicación, acortando las distancias para el eventual uso de armas de destrucción masiva por parte de Putin, la eventual intromisión de China en la guerra y el desencadenamiento de una no deseada tormenta bélica en el mundo.

       11. En contraste con la propaganda y la habilidosa cercanía de las embajadas rusas en todo el mundo con populistas, izquierdistas y autócratas,  en contraste, por ahora, Biden y la OTAN, han conseguido abierto apoyo occidental contra Rusia, además sin estar en guerra declarada.

       12. Han salido a relucir las limitaciones funcionales de la ONU para poner en cintura a Rusia y evitar que en el futuro otro país se sienta con patente de corso para agredir a su vecindario, utilizando argumentos trapaceros.

        13. Desde la célebre reunión de Bretonwoods al final de la guerra mundial y parcialmente con la crisis petrolera de 1973 por la guerra del Yom Kippur, ningún evento económico de alto nivel, había alcanzado tanta preminencia mundial como el próximo foro de Davos, en el que no estará Rusia y los temas gravitarán acerca de la invasión a Ucrania, la seguridad energética, la seguridad alimentaria, los roles de la banca mundial, etc.

         El tema complejo es que las posiciones de unos y otros serán obcecadas y difícilmente se espera que salgan luces para solucionar el problema.

       14. Con Volodimir Zelensky, apareció en el escenario de la compleja geopolítica mundial un líder carismático a quien la situación encumbró por circunstancias del destino. No lo estaba buscando, no tenía los pergaminos, ni el perfil, pero la necesidad de encabezar la defensa de su patria y el amplio respaldo internacional asociado con las redes sociales y la información en tiempo real, lo pusieron en el top de la popularidad.

       Aún no está probado que Zelensky sea la figura planetaria de lo que va del siglo XXI, ni que sus capacidades personales correspondan a esa dimensión, pero sin proponérselo, las redes sociales, los medios de comunicación y los gobiernos occidentales ya le dieron esa distinción.

        Rol que correspondería en estas circunstancias a Joe Biden, pero a pesar del ingente esfuerzo de su administración por mejorar la situación de los ucranianos, el experimentado mandatario estadounidense carece de ese carisma, y la ya ganada prevención anti-yanqui en el planeta tampoco coadyuva a que la imagen de Biden sea más reconocida.

         Tampoco se ve en su equipo o entre sus potenciales sucesores a alguien con el carisma y le liderazgo para encarar lo que se deriva de esta compleja guerra.

          15. El cada vez más duro cruce de mensajes entre el papa Francisco y el patriarca ortodoxo Kirill alineado con la barbarie de Putin, indica que persiste el latente conflicto entre religiones surgido con el gran cisma cristiano del siglo XI, pero además que unos actores peligrosos como son los yihadistas del islam radical, podrían aprovechar estas circunstancias tan complejas para terciar por medio de la violencia, buscando réditos en nombre de la venganza contra unos y otros, o de que ellos son los verdaderos poseedores de la verdad en la fe religiosa.

En síntesis, la invasión rusa a Ucrania, derivada de un error de cálculo como suele suceder en todas las guerras, desató un atormenta geopolítica, que ni los mismos guionistas de Hollywood hubieran intuido.

        Visto el listado de los 15 puntos anteriores, no queda duda que sobre la paz del mundo gravitan oscuros nubarrones, que en medio de las ventajas que quiere sacar para sí cada actor comprometido, durante los tres primeros meses no se ha visto nada diferente a que desde cada bando se está echando combustible al fuego, por la sencilla razón de que quien ceda pierde.

       Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

        Autor de 40 libros de geopolítica, estartegia y defensa nacional

       www.luisvillamarin.com

 

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