¿Aliviará la hasta ahora silenciosa diplomacia las tensas relaciones Kremlin-Casa Blanca?

Publicado: 2021-11-01   Clicks: 309

 Reunio  Biden-Putin

En la medida que la administración de Joe Biden enfoca con tacto las relaciones con el Kremlin han sucedido varias reuniones secretas entre funcionarios diplomáticos de ambos países.

      Entre tanto, par a los medios de comunicación y algunas analistas de temas geopolíticos podría parecer que poco ha cambiado para Rusia y Estados Unidos, dos potencias adversarias, que no lo ocultan, buscan debilitarse mutuamente.

      Por ejemplo, los servicios de inteligencia occidentales han detectado misiles rusos con capacidad nuclear cerca de Ucrania, en el coincidente momento en que el Kremlin ha señalado la posibilidad de una nueva intervención en ese país.

      También está comprobado que las Fuerzas Militares rusas han probado misiles de crucero hipersónicos, en cuyo recorrido bordean las defensas estadounidenses y amenazan la estabilidad de la OTAN liderada por Estados Unidos.

      Asimismo, después de una pausa estratégica durante el verano de 2021, se reanudaron los ataques cibernéticos provenientes del territorio ruso. Inclusive a finales de octubre, el gigante Microsoft reveló, que sus mecanismos de seguridad detectaron una nueva campaña de cibervigilancia rusa.

      Aunque se filtró la información de los acercamientos bilaterales secretos, la realidad es que desde cuando el presidente Biden asumió el cargo en enero de 2021, el gobierno de Estados Unidos ha impuesto nuevas y radicales sanciones económicas y diplomáticas a Rusia, ha continuado armando y entrenando al ejército de Ucrania, y, ha amenazado con lanzar ciberataques de represalia contra objetivos rusos.

      De contera, la embajada de Estados Unidos en Moscú ha dejado de emitir con la regularidad normal de antes, las visas a ciudadanos rusos que deseen viajar a Norteamérica.

      Durante la reciente cumbre G-20 en Roma, Biden no tuvo la oportunidad de hablar cara a cara con su homólogo ruso, porque el presidente Vladimir V.Putin, arguyó preocupaciones sobre el coronavirus, y asistió virtualmente al evento.

      No obstante, de manera paralela con la arriesgada política superficial, los dos rivales mundiales están hablando por medio de sus delegados. Debido a que la cumbre Biden y Putin, celebrada en junio en Ginebra Suiza en junio de 2021, inició contactos entre los dos países, incluidos tres viajes a Moscú de altos funcionarios de la administración de Biden, y otras reuniones con funcionarios rusos en Finlandia y Suiza.

      Prueba de ello está en curso una seria conversación sobre el control de armamentos. Quizás la más estricta después de SALT I y SALT II.

     Anne Neuberger, principal asesora de la Casa Blanca para tecnologías cibernéticas y emergentes, ha participado en varias reuniones virtuales y silenciosas con su contraparte del Kremlin.

    Durante agosto y septiembre de 2021, después de un extenso debate dentro de la comunidad de inteligencia estadounidense sobre cuánto revelar, el gobierno de Estados Unidos entregó los nombres y otros detalles de algunos piratas informáticos que lanzaron ataques contra activos estratégicos de Estados Unidos.

      La respuesta esperada en Washington es que los delincuentes informáticos rusos sean arrestados, lo cual sería una prueba de que Putin habla en serio, cuando dice que facilitará una ofensiva contra todos los delitos cibernéticos.

      No obstante, funcionarios de alto nivel de ambos países dicen que la avalancha de conversaciones ha arrojado poca sustancia hasta ahora, pero que en la práctica, ayuda a evitar que las tensiones ruso-estadounidenses se salgan de control.

      Rusia se había alineado con la visión de Estados Unidos en la restauración del acuerdo nuclear con Irán y, en menor grado, en el trato con Corea del Norte, pero aún no es confiable la postura del régimen de Putin.

      El enfoque mesurado de Biden ha ganado elogios en el establecimiento de la política exterior de Rusia, que ve el compromiso de la Casa Blanca, como una señal de que Estados Unidos está preparado para hacer tratos, pues Biden entiende muy bien, que su política exterior no cambiará la Rusia, ya que Rusia es como es.

      Para la Casa Blanca, las conversaciones son una forma de evitar sorpresas geopolíticas que podrían descarrilar las prioridades de Biden, tales como: la competencia con China y una agenda nacional que enfrenta innumerables desafíos. Para Putin, las conversaciones con la nación más rica y poderosa del mundo, sirve a su régimen para mostrar la influencia global de Rusia y readecuar su imagen interna, como la de un garante de la estabilidad.

      Sin embargo, para Estados Unidos, el acercamiento está colmado de riesgos, lo cual expone a la administración de Joe Biden a críticas, mediante las que se afirma que el gobernante demócrata está dispuesto, a comprometerse con una Rusia liderada por Putin que continúa socavando los intereses estadounidenses y reprimiendo la disidencia.

     Desde otra perspectiva, a los gobernantes europeos les preocupa que Rusia esté jugando duro en medio de la crisis energética de la región, esperando la aprobación de un nuevo gasoducto antes de entregar más gas. Nuevas imágenes, que circularon en las redes sociales, mostraron misiles y otras armas rusas en movimiento cerca de Ucrania, lo que generó especulaciones sobre la posibilidad de una nueva acción militar rusa contra el país.

      Dentro de Estados Unidos, la naturaleza destructiva de la cibercampaña rusa lo que tiene a los funcionarios preocupados. La divulgación de Microsoft de una nueva campaña para ingresar a sus servicios en la nube e infiltrarse en miles de redes de grupos de expertos, corporaciones y gobiernos estadounidenses dejó en claro que Rusia estaba ignorando las sanciones que Biden emitió después del “hackeo” de Solar Winds en enero.

    Rusia ya ha encontrado formas de utilizar el deseo de Biden, de lo que la Casa Blanca denomina una relación más "estable y predecible" con las concesiones exactas de Washington.

    Cuando Victoria Nuland, alto funcionaria del Departamento de Estado, intentó visitar Moscú para conversar en el Kremlin, el gobierno ruso no estuvo de acuerdo de inmediato. Considerada en Moscú como uno de los halcones más influyentes de Washington, el nombre de la señora. Nuland aparecía escrito en una lista negra de personas a las que se les prohibió ingresar al país.

Para zanjar el asunto y sacar ventajas estratégicas, los rusos propusieron que si Washington aprueba una visa para un importante diplomático enviado por Putin, que no ha podido ingresar a Estados Unidos desde 2019, entonces la señora. Nuland podría venir a Moscú. Para sporpresa de todos, la administración Biden aceptó la oferta.

      Las conversaciones de la señora Nuland en Moscú con altos cargos del gobierno ruso, se describieron como de amplio alcance, aunque en el conjunto de conversaciones entre Estados Unidos y Rusia, hay áreas que el Kremlin no quiere discutir, tales como la represión de Rusia contra la disidencia y el trato dado por el gobierno de Putin al encarcelado líder opositor Aleksei. R. Navalny. Tema que no ha sido abordado en su dimensión, pese a la desaprobación que expresó Biden al respecto, desde cuando asumió la presidencia.

     El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey V. Lavrov, aseguró ante los medios de comunicación, que él habló brevemente con Biden en Roma y que el presidente estadounidense enfatizó el compromiso de la Casa Blanca para mantener más contactos diplomáticos.

      Todo parecería indica que lo que quiere Rusia, es tener el privilegio de ser reconocida y tratada como gran potencia, que pueda romper las reglas internacionales sin ser sancionada. Pero para ser potencia reconocida también se necesitan reglas. Guste o no a Putin y su cohorte, Estados Unidos sigue siendo un jugador de peso, entre quienes establecen las reglas del mundo ".

      Las recientes conversaciones más relevantes entre diplomáticos rusos y estadounidenses han gravitado sobre lo que los dos países denominan "estabilidad estratégica", concepto que abarca el control de armas tradicional y las preocupaciones de que la nueva tecnología, incluido el uso de inteligencia artificial para controlar sistemas de armas, podría llevar a guerra o reducir el tiempo de decisión de los líderes para evitar conflictos.

     Para avanzar en este espinoso camino, se han establecido grupos de trabajo, incluido uno que analizará el tema de las "armas novedosas", verbigracia el Poseidón, un torpedo nuclear autónomo de fabricación rusa.

      Es vox populi que para los funcionarios del Pentágono, la principal amenaza a largo plazo la modernización nuclear de China, pero, Rusia sigue siendo el desafío inmediato, pues según declaración del general John E. Hyten vicepresidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor de las Fuerzas Militares estadounidenses, Rusia sigue siendo la amenaza más inminente, debido a que tiene 1.550 armas nucleares desplegadas",

      La lista de reuniones bilaterales es larga. Mediante otros contactos diplomáticos, John F. Kerry, enviado de Biden para asuntos climáticos, permaneció cuatro días en Moscú en julio. Robert Malley, enviado especial de la Casa Blanca para Irán, también estuvo en Moscú en septiembre de 2021, tratando el mismo tema con el canciller ruso.

     Por su parte, Aleksei Overchuk, viceprimer ministro ruso de seguridad nacional, se reunió con Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, en una serie de encuentros que Overchuk describió como reuniones muy buenas y honestas.

      Naturalmente, Putin alienado con las sutilezas propias de sus particulares mensajes diplomáticos, sostenidos a lo largo de más de dos décadas en el poder, exterioriza la bienvenida a esos gestos de respeto mutuo, pero desde luego nunca será clara ni directa su real intención.

      Varios analistas de la política exterior estadounidense, han resaltad que Putin también envió una señal en una conferencia en octubre de 2021, cuando un invitado iraní le preguntó si la retirada de Biden de Afganistán presagiaba el declive del poder estadounidense, Putin elogió la decisión de Biden y rechazó la presunción de que la caótica salida estadounidense de Kabul, tendría efectos a largo plazo en la imagen del gobierno de Estados Unidos.

      Sin embargo, todo está por verse en relación con los cambios de la política exterior mutua, de la seriedad de Putin para no hacer mas espionaje descarado en Estados Unidos, de respetar los derechos humanos de sus conciudadanos, de no intervenir militarmente en Ucrania y de no seguir instigando odios internacionales contra Estados Unidos.

     Nada fácil y este nuevo reto para la diplomacia, como en la guerra fría, pone a prueba la habilidad negociadora de ambas partes.

     Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

     Autor de 40 libros sobre geopolítica, estrategia y defensa nacional

      www.luisvillamarin.com

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