Nuevo misil norcoreano: ¿Propaganda, exacerbación de ánimos, amenaza de guerra?

Publicado: 2021-09-13   Clicks: 1154

      Geopolítica del Asia

      La ebullición geopolítica de Asia sigue en espiral ascendente. Conflictos en cada región de este continente. Y en todos los convulsos eventos, está la mano no tan oculta de China, auspiciando “rebeldes locales” contra Estados Unidos, y Europa.

      Lo que pasa en la desde hace siete décadas tensa relación entre las dos Coreas no es la excepción.

      Los temores y los vientos de guerra lanzados desde Corea del Norte con la siniestra bendición de Pekín, que utiliza a Pyongyang como su alfil estratégico, crispan los ánimos de la inteligencia estratégica de Estados Unidos y sus aliados. No es para menos.

En el oriente asiático, el orgullo y los celos mutuos, de Corea del Norte y del Sur desatan continuamente oleadas de propaganda instigadora alrededor de una impredecible carrera armamentista.

      Por ejemplo, a principios de 2021, se hizo realidad el sueño de Corea del Sur de construir su propio avión de combate supersónico, cuando el gobierno de Seúl presentó el KF-21, desarrollado a un costo de 7.8 mil millones de dólares. Así mismo, reveló planes para adquirir docenas de nuevos helicópteros de combate de fabricación estadounidenses.

      En 2020, tras visitar la Agencia para el Desarrollo de la Defensa del Ministerio de Defensa, el presidente surcoreano Moon Jae-in anunció al mundo, que su país había "desarrollado un misil balístico de corto alcance con una de las ojivas más grandes del mundo", refiriéndose al Hyunmoo-4, un misil probado en 2020, el cual puede volar 497 millas, distancia suficiente para impactar en cualquier lugar de Corea del Norte, con una carga útil de dos toneladas, con el cual podría destruir las bases de misiles subterráneas del Norte. Algo inusual para un misil de corto alcance.

      Para no quedarse atrás, el 25 de marzo de 2020, Corea del Norte lanzó otro misil balístico. El régimen comunista afirmó que el misil viajó 372 millas transportando una ojiva de 2.5 toneladas. Al día siguiente Moon contestó que en Corea del Sur "tenemos capacidades de misiles suficientes para defendernos, mientras cumplimos con nuestro compromiso de hacer que la península de Corea esté libre de armas nucleares".

      En seguida surgieron informes en los medios de comunicación de Corea del Sur, de que Seúl estaba desarrollando un arma aún más poderosa: un misil balístico de corto alcance con una carga útil hasta de tres toneladas.

     Tan acelerada acumulación de armas en ambos bandos aplicando la teoría del ojo por ojo, señaló que los dos rivales se están armando con misiles cada vez más poderosos, los cuales pueden llegar más lejos y con mayor poder destructivo, y, que para colmo de preocupaciones, son más difíciles de interceptar.

      Es importante tener en cuenta, que a diferencia de Corea del Norte, el Sur carece de armas nucleares. Para nivelar esa desventaja estratégica, en los últimos años el gobierno de Seúl ha acelerado su gasto militar, adquiriendo aviones de combate de fabricación estadounidense y misiles convencionales con capacidad de atacar las instalaciones misileras subterráneas y los muy bien fortificados búnkeres de guerra construidos con asesoría china y rusa dentro de Corea del Norte.

      Durante su gobierno, Moon ha aumentado el gasto militar anual de Corea del Sur en promedio del 7%, en comparación con el 4.1% de su predecesor. Esta medida obedece a que como la diplomacia estadounidense no logró eliminar el arsenal nuclear del Norte, Moon aseguró que su país no es "blanco fácil", para la dictadura comunista del norte de la península.

     La empobrecida, pero super armada Corea del Norte ha utilizado los anuncios surcoreanos de armarse mejor, para justificar la expansión de su propio arsenal y ha amenazado con repotenciar sus misiles de corto alcance con ojivas nucleares y hacerlos más difíciles de interceptar.

      En síntesis, la evidente carrera armamentista entre los dos países está poniendo en peligro el siempre delicado equilibrio de la paz en la península coreana, máxime con el temor que surgió de una eventual retirada de las tropas estadounidenses de Corea del Sur, propuesto durante la segunda campaña presidencial de Donald J. Trump, en el mismo momento que anunciaba diálogos con los talibán, retiro de tropas de Afganistán, no intervención en Siria y guerra económica con China padrino natural de Kim Jong Um.

      Para enrarecer más el clima de tensiones geopolíticas mundiales y regionales, mientras se intensifica la carrera armamentista entre las dos Coreas, sin la presencia del dictador Kim Jong Um, el 12 de septiembre de 2021, Pyongyang informó al mundo que realizó con éxito, la prueba de un nuevo misil crucero, acción que no había realizado durante los últimos seis meses.

      Este agresivo anuncio fue la respuesta altisonante a los gobiernos de Corea del Sur y Estados Unidos, debido a que durante nueve días del pasado mes de agosto, fuerzas combinadas de los dos países realizaron maniobras conjuntas de defensa estratégica.

      Durante esta nueva demostración de fuerza, los misiles norcoreanos alcanzaron objetivos a 1.500 kilómetros (932 millas) de distancia, después de viajar por la atmósfera durante más de dos horas. Según los reportes oficiales norcoreanos, los misiles probados, cambiaron sus trayectorias e hicieron círculos antes de alcanzar sus objetivos.

      Dicha prueba no viola las sanciones impuestas por la ONU al régimen comunista de Kim Jong Um, pero corrobora el continuo y peligroso desarrollo de armas, cada vez más poderosas en la península de Corea. La razón: algunas resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas prohibieron a Corea del Norte desarrollar o probar misiles balísticos, pero no misiles crucero. Por lo tanto, una prueba de misiles de crucero por parte del Norte, generalmente no genera tanta alarma en Washington, como las pruebas de misiles balísticos.

      En la práctica, estas pruebas demuestran que Corea del Norte continúa mejorando su arsenal de misiles, con el argumento que son armas de importancia estratégica y parte de los proyectos de defensa del gobierno de Kim Jong Um, por que proporcionan a us país otro medio eficaz de disuasión frente a "las maniobras militares de las fuerzas hostiles". Mientras tanto, las conversaciones de desarme nuclear con Estados Unidos permanecen estancadas.

      Pero las tensiones mutuas no paran ahí. Corea del Sur ensayó con éxito su primer misil balístico lanzado desde submarinos durante las recientes prácticas militares conjuntas con fuerzas estadounidenses. Aunque sus funcionarios se negaron a revelar detalles, los medios de comunicación locales informaron, que el poderoso misil fue lanzado desde el submarino de ataque Dosan Ahn Changho recién construido en el país. No obstante y aunque se infiere la presión de Pekín A Pyongyang para reaccionar por las maniobras militares referidas de Corea del Sur, es preciso anotar que la prueba de misiles lanzados desde submarinos es una tardía respuesta de Seúl a Corea del Norte, país que comenzó a ensayar misiles balísticos lanzados desde submarinos en 2015, reportando el "mayor éxito" en 2016.

      Debido a que las negociaciones internacionales han avanzado poco para evitar que Corea del Norte aumente su arsenal, Corea del Sur se ha empeñado en construir misiles y sistemas de defensa antimisiles más poderosos para contrarrestar las amenazas del vecino del Norte.

     Como consecuencia de la artificiosa injerencia china en el ingente armamentismo norcoreano, materializada en que Corea del Norte lanzó su primer misil balístico intercontinental en 2017, Donald Trump levantó el límite de carga de los misiles balísticos de Corea del Sur. En esencia, durante los últimos cinco años el gobierno de Estados Unidos ha suavizado las directrices de misiles que imponían límites al alcance y al peso de las ojivas de los misiles balísticos que se permitía desarrollar a Corea del Sur.

       Así, durante la reunión cumbre en mayo de 2021 entre el presidente estadounidense Joe Biden y su homólogo surcoreano, Moon Jae-in se acordó poner fin a las pautas de misiles, dejando a Corea del Sur libre para desarrollar proyectos con misiles de mayor alcance.

      Pronto, Corea del Norte reaccionó con vehemencia, calificando la decisión de "un duro recordatorio de la política hostil de Estados Unidos hacia Pyongyang", ya que Corea del Sur podría construir misiles balísticos con ojivas más grandes con capacidad para atacar y destruir los búnkeres subterráneos, donde Corea del Norte mantiene su arsenal nuclear y donde sus dirigentes gubernamentales se esconderían en caso de una guerra.

       Al más puro estilo comunista de conversar y negociar fortalecidos con el empleo simultáneo del terror, el chantaje, la amenaza y con altas dosis de propaganda incluidas, Corea del Norte anunció sus últimas pruebas de misiles dos días antes de que el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, se reuna con su homólogo surcoreano, Chung Eui-yong, en Seúl para evaluar el estado de las relaciones bilaterales y las estancadas conversaciones de desarme nuclear.

      Para tener mayor claridad de lo que sucede, las tensiones en la península de Corea aumentaron drásticamente en 2017, cuando Corea del Norte probó tres misiles balísticos intercontinentales y realizó su sexta prueba nuclear subterránea, lo que provocó sanciones de las Naciones Unidas. Después de las pruebas, el país afirmó tener la capacidad de apuntar al territorio continental de Estados Unidos con una ojiva nuclear.

Para buscar soluciones al complejo escenario de tensiones mutuas, Donald Trump se reunió con Kim Jong Um tres veces entre 2018 y 2019, pero los dos mandatarios no llegaron a un acuerdo sobre las sanciones y los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte. Sin embargo, es pertinente anotar, que Corea del Norte se ha abstenido de probar misiles intercontinentales o dispositivos nucleares desde 2017, aunque a finales de 2019, Kim Jong Um dijo a Trump que le tenía un “regalito nuclear de navidad”.

      En los desfiles militares celebrados en octubre de 2020 y en enero de 2021, Corea del Norte puso a la vista del mundo, los que parecerían ser misiles balísticos intercontinentales aptos para ser lanzados desde submarinos recientemente desarrollados. El organismo de control nuclear de las Naciones Unidas informó en agosto de 2021, que al parecer Corea del Norte reinició a operar un reactor en su principal complejo nuclear.

      Se agrega que durante el desfile militar más reciente, realizado en septiembre de 2021 para conmemorar el 73° aniversario del gobierno dictatorial hereditario y comunista, no fueron presentadas nuevas armas.

       Conclusiones

      Para fortalecer su desmesurada expansión geopolítica hacia Occidente de la ruta de la seda y el collar de perlas, en el Oriente de Asia, simultáneamente el régimen dictatorial de la República Popular China, sigue utilizando a Corea del Norte como un as estratégico para retar a Estados Unidos, Corea del Sur, Australia, India y Japón. Dichas amenazas incrementan las tensiones e inducen a las respuestas retaliativas.

       El gran riesgo es una impredecible agresión armada de Corea del Norte contra su vecino del Sur, o contra Japón. Por mucho menos comenzó la Segunda Guerra Mundial en la por siempre convulsa zona, donde hay tantos actores y tantos intereses geopolíticos en medio de actores dotados con arsenales nucleares, que por un error craso de la diplomacia o de las demostraciones de fuerza, se puede desatarr una catástrofe.

       No es nada positivo, para ninguna de las partes involucradas que China y Rusia sigan prohijando el régimen obsesivo de Pyongyang, pues en respuesta Estados Unidos auspicia el armamentismo surcoreano. No ha habido nada más arrasador en las guerras de la humanidad, que los enfrentamientos bélicos entre pueblos hermanos. Son más sangrientos y apasionados que entre otros actores.

       La administración Biden que llegó a comienzos de año empecinada a desnaturalizar lo bueno, lo malo y lo feo de su antecesor, está enfrentado un gran problema geopolítico y de seguridad con el binomio China-Corea del Norte, y no puede en este caso utilizar el argumento dado a Afganistán, que Corea del Sur se defienda sola porque no hay nada que hacer.

      Mientras persista la deuda de Estados Unidos con China, y la economía estadounidense no se recupere de los devastadores estragos de la pandemia, la guerra comercial con Pekín estará en situaciones complejas.

       Teniente coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

        Autor de 39 libros de estrategia, defensa nacional y geopolítica

        www.luisvillamarin.com

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