Los soldados crearon la república y la han salvado muchas veces

Publicado: 2020-10-24   Clicks: 1545

       Análisis del conflicto armado en Colombia 

      Pacto Farc-Santos La dirigencia política colombiana, acompasada por la academia y los medios de comunicación, se precia de que, a lo largo de la historia republicana, nuestro país ha sido una de las democracias más sólidas del continente y del mundo. Pero pocas veces se dice, que a pesar de la corrupción y los pésimos gobiernos, la imperfecta democracia ha pervivido, gracias la voluntad de acero, el sacrificio, la sangre, el sudor y las lágrimas de soldados, suboficiales y oficiales del Ejército Nacional, quienes han trabajado abnegadamente para sostener la libertad y el orden,

      Durante las convulsas etapas de las fatídicas guerras civiles del siglo XIX y comienzos del siglo XX, en círculos intelectuales y casinos de oficiales, se repetía con sorna el estribillo “Colombia es un país de cosas singulares. La guerra la hacen los civiles y la paz los militares”.

      Una mirada retrospectiva ratifica esa cruda realidad, y reafirma que si no hubiera sido por el sacrificio militar para salvar la institucionalidad, quizás ya Colombia no existiría ni como república, ni como nación, porque la habrían desaparecido, la voracidad insaciable de consuetudinarios politiqueros corruptos.

      Por desgracia, para los inermes colombianos de a pie que esperarían sindéresis y amor patrio de sus dirigentes, el pacto personal de Juan Manuel Santos con las Farc firmado en contra de la voluntad y el destino de los colombianos, reiteró que la ya crónica compleja situación de desorden público en el país, se está reeditando e igual que siempre producto de los “corsarios de club”.

       Sujetos avarientos de cooptar el poder para llenar sus bolsillos saqueando las arcas públicas en actuales y futuros cargos, incitan a la violencia con el “mote de protesta social”, legitiman el narcoterrorismo comunista, legalizan las marchas y mingas de indígenas financiadas por los carteles de las drogas, y promueven la descabellada idea de tumbar gobierno de turno, mediante la combinación de medios repugnantes.

      De paso, arruinan la ya deteriorada por la pandemia economía nacional y hasta se candidatizan a altos cargos, con la venia cómplice de magistrados y congresistas, que con su silencio demuestran ser de los mismos, o por lo menos parecen serlo.

      Pero como siempre, “A Dios y al Ejército se recurre en momentos de suprema tribulación” …

      Así, cuando los dirigentes políticos de todas las vertientes, se ven avasallados por los efectos de las anómalas situaciones que ellos generaron producto de su ineficiencia o de la sempiterna corrupción que prohijaron, surgen voces desesperadas pidiendo resultados a los soldados, y en contraste, cuando en cumplimiento de la misión constitucional, los soldados golpean a las estructuras terroristas en sus guaridas, aparecen en primera línea los comunistas desarmados clamando la desaparición de las Fuerzas Militares, con el coro siniestro de populistas y corruptos politiqueros de alto nivel.

      Alguna vez el general Fernando Landazábal Reyes dijo que el país debe acostumbrarse a escuchar a sus generales, y casi de inmediato, el “manzanillo” Belisario Betancur como lo denominaba su muy “amigo” Andrés Almarales del M-19, relevó del cargo de ministro de Defensa a Landazábal, en “nombre de la democracia” y de la “no deliberación de las tropas”…  Y los medios de comunicación, comprados con pauta oficial o amiguismos politiqueros con los gobernantes de turno, repitieron la mentira de Betancur, hasta convertirla en verdad.

      Hoy, en este escrito parafraseamos al general Landazábal, para decir a los colombianos, que el país no solo debe acostumbrarse a escuchar a sus generales, sino que debe respaldar con hechos concretos, el denodado sacrificio de un Ejército integrado por soldados de todos los rincones de la patria, porque estos soldados están dispuestos siempre al sacrificio supremo, en aras de conservar la democracia, la institucionalidad, la forma republicana de gobierno, la integridad territorial, la soberanía terrestre y la convivencia en paz combatiendo de manera contundente a los comunistas armados y sus socios del narcotráfico.

      Gloria eterna a los soldados colombianos, que a pesar de las dirigencias políticas ineptas y corruptas han salvado la patria en toda su extensión. Todo esto, porque los soldados crearon la república y la han salvado muchas veces, de los letales efectos de esos desgobiernos. Y la seguirán salvando pero es necesario el juicio histórico a quienes nos han tenido viviendo en medio del caos y la incertidumbre.

 

      Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

      Autor de 38 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

      www.luisvillamarin.com

 

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