¿Cuál es el rol que deben jugar las reservas de la Fuerza Pública en las elecciones de 2022?

Publicado: 2021-04-23   Clicks: 707

     Análisis estratégico de la política colombiana

      La más reciente encuesta de intención de voto presidencial, ubica a Gustavo Petro a la cabeza con el 38% en primera vuelta, y sería ganador con abrumadora mayoría en segunda vuelta sobre Sergio Fajardo.

     Es obvio, que aquí falta el candidato de la derecha, y que este ejercicio hasta ahora comienza.

      Lo que le invita a reflexionar y desde luego a actuar en consecuencia, es que dentro de las reservas de la Fuerza Pública, no se ve nada concreto ni diferente a más de lo mismo, porque en contra de las buenas loables intenciones no hay claridad ideológica, procedimental y de conjunto para llevar a representantes nuestros al congreso de la república, con algo diferente a la buena voluntad.

     Quien participa con sana intención en política, busca transformar no ser continuista. Ello exige tener visión de país y claridad conceptual de proyectos de Estado.

       No basta con estar en contra de la izquierda proterrorista. Esa apenas es una parte del proyecto.

       Infortunadamente, no por incapacidad sino por falta de foco, se evidencian factores contrarios, tales como ausencia de las condiciones enunciadas, apegos a grupos que siempre nos venden humos, pactos politiqueros internos repartiendo avales para supuestamente representar a quien ni siquiera los ha seleccionado, o aduciendo tener miles de votos amarrados.

       A ese ritmo, la tarea correctiva es estructurar cultura organizacional, pues es evidente que por ahora, no hay objetivos de Estado, ni las básicas sinergias que se requieren para construir un proceso histórico.

       Por apatía y falta de foco de quienes podrían orientar tal proceso formativo, sumado a egos y apatía por hacer parte de estructuras sólidas, las reservas estamos a la espera de que aparezca un iluminado que saque la cabeza y que nos guíe solamente él, como si fuera un pastor trasegando con un rebaño por la pradera.

No hay tal. Ni lo habrá.  La solución no es un iluminado. Es un equipo de pensadores con amplitud mental de estadistas, proyección de estrategas y suficiente motivación, para dirigir con cultura organizacional, a esa enorme porción poblacional, que no quiere ni terroristas ni corruptos legislando en el Congreso de la República.

      Las candidaturas individualistas disfrazadas con el cliché de la unión de las reservas, o las propuestas con mensajes populistas solo aumentan la desazón y de paso, pavimentan el camino a los comunistas armados o desarmados, así como la perpetuación de los corruptos que dicen ser de derecha y hasta utilizan al electorado, con el argumento que, si no votan por ellos, se sube el comunismo.

        Pero en la práctica, además de hacer componendas, nombrar a sus amigos en cargos sensibles, dilapidar el presupuesto y engatusar ingenuos, tampoco avizoran soluciones estructurales. Y hábilmente nos meten en su redil para contar con nuestros votos.

       La política, la buena política en Colombia está por hacerse. Las reservas de la Fuerza Pública tenemos mucho por aportar a ese proceso.

        Con proyectos de Estado y en conjunto, no con individualidades, pues eso es más de lo mismo.

       Sin egos, sin maniobras y utilitaristas, sin ser micrófono de los corruptos de siempre, sin pasiones biliares carentes de proyectos y sin creer en salvadores aparecidos de la nada.

       La tarea es construir un movimiento sólido, democrático y con argumentos, antes que lanzar candidatos repitiendo lo mismo de la tradicional politiquería corrupta, que nos tiene ad portas de qué los terroristas, logren su ansiada intención de someter a Colombia a una dictadura comunista.

        Estamos a tiempo de dar el paso a la sensatez y dejar a un lado la egolatría.

        Los candidatos primero trabajan, construyen proyecto y luego son escogidos por los seguidores, quienes los convalidan en una convención nacional con representación de todos los sectores del movimiento político, en un debate democrático, libre y con reglas de juego previamente consensuadas.

        No se autoimponen, ni reciben avales de quien nadie ha convalidado como el representante de un segmento poblacional.

        Hacer las cosas al derecho permitirá tener una importante representación en el congreso de la república.

        Luis Alberto Villamarín Pulido

        Teniente coronel, autor de 38 libros de geopolítica, defensa nacional y estrategia

          www.luisvillamarin.com

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