Así torturaron las Farc a una anciana de 84 años secuestrada en Cundinamarca

Publicado: 2015-03-23   Clicks: 5091

     Crónicas de guerra del conflicto colombiano

    El 28 de febrero de 1999 a las 15:15 horas, los terroristas Miller Perdomo y Marco Aurelio Buendía, dos de los delincuentes con más abultado prontuario criminal de las Farc y subalternos directos del Mono Jojoy, tuvieron una larga comunicación radial por el sistema USB, para hablar acerca de una gran cantidad de civiles secuestrados y agilizar los métodos sicológicos coactivos para que los familiares de las víctimas, pagaran las elevadas sumas de dinero, por las liberaciones de sus seres queridos.

    Miller comenzó la conversación pidiendo a Buendía que le fijara topes mínimos para negociar las liberaciones. En primera instancia hablaron de un secuestrado identificado como Méndez, cuya familia ya había pagado una elevada cifra, pero como es usual en las Farc no lo liberaron para presionar el pago de más dinero:

    Miller: Bueno manito, oiga, por qué no me da unos topes hermano.. A ver si solucionamos lo de Méndez y toda esa otra gente, mano (sic)… que eso no se mira nada bueno.

    Buendía: Estoy QAP. Siga

     Miller: Se acuerda el que abonó, el…. (silencio intencional, mientras el otro bandido recordaba la cifra)

     Buendía: Si

    Miller:  No salió…

    Buendía:  ¿Será que no da más?

    Miller:   Ahí estamos hermano. Y eso no quiere subir más. Ya nos ofrecieron  20 (millones más)

    Buendía: ¿Y cuánto va por todo?

    Miller: Pues dieron 150 (millones) más. Y lo que le dije.

   Buendía:Que den 150 (millones) más para que lo despache (libere)

   Miller: Bueno vamos a hacer el esfuercito.

            Después de la coactiva decisión de Buendía y la cínica respuesta de Miller acerca del secuestrado Méndez, los dos terroristas pasaron a hablar acerca de otra secuestrada, a la que identificaron con la clave “la rancha”

      Buendía:  R, y ¿es que el nuevo (secuestrado) abonó algo?

      Miller:  R. la de la rancha, ese negocio si va más  o menos. Ese si podemos aguantarnos un poquito más.

     Buendía: ¿Ese, cuánto va?

    Miller: Que tenía 100 (millones más)

      Buendía: Ah, ¿o sea que va pintando bueno?

      Miller: Si ese pinta por ahí para unos… Yo pienso que da los 400 (millones) o de pronto los 500.           

      Enseguida, el interlocutor le contestó induciéndolo a aterrorizar a las familias de las víctimas, jugando con el dolor y el drama de la incertidumbre por no saber nada de la suerte de sus seres queridos:

        Buendía: Ah, listo hermano. Usted sabe que uno no puede poner tanto afán mano (sic), para ver si da más lechita.

       Miller: R, no… Ese si está tranquilo, por ese no hay mucho afán.

      A esa altura de la conversación, Buendía instruyó a Miller para evitar que mediadores “humanitarios” u otras personas ansiosas de publicidad  o hasta en busca de dinero extra por su labor(cachaza) se entrometieran en la liberación de secuestrados (mandarlos a tomar aguadepanela)

     Buendía:     Ole, y le iba a recomendar ahí…. Que los que usted mande a tomar aguadepanela, no entregárselos a nadie en particular, ¿listo?

      Miller: Ah, bueno listo.

      Buendía:O sea cuando ya se haga la vuelta (los familiares paguen el dinero)… Bueno, pero si vienen los mismos entregan eso (el dinero) y eso (el secuestrado) se les entrega. O si no, después se les pide por entrega (llevar el dinero a un sitio específico)  y se manda por otra parte con un bolsito debajo del sobaco (una bolsa de plástico con las pocas pertenencias del secuestrado, y dinero para el pasaje de ida hacia Bogotá o Villavicencio.

      Miller: Ah ya, a ningún particular se le entrega

      Buendía: Si, no, no, porque por aquí …vamos a ver , para cómo hacer para que no suceda tanta cachaza (publicidad)

       Miller:  Bueno me queda claro, siga…

       Buendía:     ¿Qué otra cosa tiene socio?

     Al responder a esta pregunta de Buendía, Miller le hizo un breve relato del drama de una anciana de 84 años de edad secuestrada por las Farc. La conversación que siguió entre los dos terroristas, reafirma la conducta criminal de las Farc, que por su dimesnión no puede ser ni perdonada ni olvidada por los colombianos. Por desgracia de estas víctimas no se ha hablado en La Habana, pues lo sucedido indicaría que la selección de las personas enviadas allá fue manipulada por las Farc

     Miller:  ¿No se acuerda de la del cote?

     Buendía: Si

     Miller:  Bueno bien mal, bien mal, ¿oyó?.. Eso está bien malo, enfermo, enfermo.

      Buendía:  Ah, ¿pero se muere o no se muere?

      Miller:  No pues está entre eso… toca sacarla a miar.

      Buendía: ¿Cómo?

      Miller: Toca sacarla a miar.

      Buendía: ¿Y cuántos años tiene?

      Miller: 84

     Buendía: ¿84?

     Miller: R.

     Buendía:     Uy catre h…p.. ¿y qué otra cosa hermano?

     Miller: Entonces vamos a pegarle un empujoncito mañana bien duro, a ver si de pronto… Y según lo que yo hable le digo. ¿Vale?   

     Buendía: R, ¿eso en cuánto va?

     Miller: 220 (millones de pesos)

    Buendía: Pero eso es como para unos 500.

    Miller: Más o menos sí.

    Buendía: Bueno listo, ¿qué otra cosa viejo?

    Miller: Si bota eso (paga los 500 millones), ¿le hacemos por eso?

    Buendía: Claro manito si bota los 500 que le haga, o si no que se muera esa viejita ahí.

    Miller: Bueno listo pues, listo mi viejo. Eso era lo que tenía para preguntarle.

      Esta atrocidad como por muchas otras perpetradas por las Farc, verbigracia el secuestro de una señora que orinaba sangre y estaba en poder de Romaña,  ignoradas por el presidente Santos y los mudos negociadores; así mismo intrascendente para el Fiscal Montealegre que propende por no encarcelar a los bandidos, así como los pacifistas que obran como cómplices o en otros casos de idiotas útiles de los terroristas; no pueden quedar en el olvido.

El gobierno colombiano debe construir museos del holocausto perpetrado por el narcoterrorismo comunista contra Colombia. Todas las barbaridades y atrocidades cometidas por las Farc, el M-19, el Eln y el Epl por citar a algunos de los grupos terroristas colombianos, deben hacer parte de la memoria histórica y no pueden quedar ni en el olvido ni en la impunidad.

     Es cuestión de elemental justica con las víctimas, sus familiares y las generaciones venideras que deben conocer en detalle la realidad de la agresión terrorista de los comunistas armados y desarmados contra el pueblo colombiano.

Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

www.luisvillamarin.com

Analista de asuntos estratégicos

 

      El coronel Luis Alberto Villamarín es analista de asuntos estratégicos, especialista en defensa nacional, geopolítica y estrategia. Autor de 25 libros y más de 850 artículos referentes a estos temas.

Para leer los escritos del coronel Villamarín haga click aquí

 

 

 

 

Miller:        

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