Crisis de liderazgo: Una oportunidad para las reservas de Colombia

Publicado: 2019-11-17   Clicks: 1729

     Geopolítica de Colombia

      Las permanentes cascadas de acontecimientos políticos, que a diario ocurren en los cinco continentes, tienen como factor común, que de una u otra, forma los liderazgos políticos, sociales, culturales o económicos, están pasando por una crisis, y que como ha sucedido en todas las épocas de la historia de la humanidad, la dinámica de los sucesos impone acudir a la creatividad para buscar soluciones.

       Parecería ser que la actual crisis de liderazgo, es interdependiente con los asombrosos avances de la tecnología, la evolución en los métodos educativos tradicionales mutados en otros digitales o prácticos; las facilidades del acceso a la información, los cambios en la relación de patronos y obreros, así como la forma de hacer política y de interactuar los jefes de las colectividades, con sus partidarios, o sus gobernados cuando ejercen los cargos de elección popular.

     En un mundo globalizado, donde lo que se publique en las redes sociales o páginas web, puede ser leído o comentado en tiempo real, Colombia no es la excepción de esta regla. Por lo tanto, frente a esta crisis de liderazgo en la que las comunidades pueden supervisar lo que hacen sus cabezas visibles, exigirles y coparticipar con ellos en la búsqueda de soluciones, salta al escenario de los retos, una oportunidad valiosa, para los miembros de la reserva activa de las Fuerzas Militares y de Policía.

      La crisis de liderazgo político ha ido en ascenso en las últimas elecciones colombianas. Los dos partidos tradicionales, que durante casi dos siglos resolvieron con bolígrafo y la palabra del “jefe natural” del partido, ya no son la sombra de lo que fueron. Todos sus yerros o sus acciones insuficientes se acumularon y el electorado cada vez, mejor informado, aunque todavía no en el nivel ideal, les ha pasado la cuenta de cobro.

      Los viejos gamonales han tenido que pasar al retiro forzoso, pero con artimañas han dejado a sus delfines. Sin embargo, las juventudes han votado de manera masiva por modelos populistas y carentes de proyección del país, hacia donde apuntan las fuerzas geopolíticas venideras.

      La razón es simple: Son informadas con creces acerca de muchas acciones nefastas de los dirigentes políticos tradicionales, al tiempo que son desinformadas de los prontuarios de los terroristas del M-19 y de la cuestionable participación nunca proactiva de la izquierda, por siempre dada a criticar todo y legitimar el terrorismo comunista sin aportar nada al país

       Debido a que los partidos tradicionales han dejado a Colombia sumida en una evidente crisis de liderazgo político, y que en contraste ese vacío tiende a ser llenado por los delfines que deja la corruptela de las últimas tres décadas, antes de que los comunistas hagan su agosto y nos lleven a un paraíso similar a Cuba o Venezuela, la sociedad colombiana reclama a gritos, la aparición de una corriente de pensamiento y acción política renovadora, participativa, enfocada en solucionar problemas reales y visualizar de manera prospectiva soluciones integrales.

El escenario actual es que mientras los rezagos de la vieja politiquería dicen estar haciendo y se sostienen en el trillado esquema de los vicios de buscar alianzas, no para mejorar el esquema de vida de los colombianos sino para salvar sus intereses personales y de grupúsculo, los comunistas exprimen el presupuesto a dos manos, exigen el oro y el moro, destruyen los bienes públicos e incitan a la violencia armada, con el argumento que sus imposiciones, exigencias y exabruptos aún están sin solucionar.

       Eso sí, nunca aportan ningún proyecto diferente a pedir y exigir que el Estado satisfaga el parasitismo social, y que a que quienes generan riqueza y multiplican el capital, se les carguen más y más impuestos, para que los “pobres lleguen a la igualdad”. De contera, para mantenerse en el poder, algunos de los herederos de la corruptela de las tres últimas décadas, hacen el juego a los comunistas y promueven mas impuestos, cuyos dineros les sirven para fomentar la corrupción y el clientelismo en sus intocables feudos burocráticos, o para hacer populismo con quienes cada día se acostumbran más a que “papá Estado” debe darles todo, sin que haya estímulo a la libre empresa, a la iniciativa privada, a la creatividad individual o colectiva para el desarrollo comunitario, o a la participación política con visión de país.

      Habida cuenta que honestos militares y policías, quienes han hecho virtuosas carreras al servicio de los colombianos, son quienes más conocen en el sitio de los acontecimientos las vicisitudes que afectan al país, el terreno está fértil y la campiña fecunda para sembrar las semillas de un proyecto a largo plazo, con la construcción de un movimiento o un partido político, que ejerza el liderazgo proactivo y constructivo en torno a objetivos de largo aliento, metas intermedias, estrategias, tácticas y sinergias.

      El punto clave es leer con acierto el entorno y evaluar tendencias, para diseñar tareas con propósitos concretos. Y esto se logra con mucho cerebro y pocas vísceras, con mucha disciplina y coordinación, con madurez y empatía, con visión de conjunto y sin egos, pero además sin mezclarse con quienes son los responsables crónicos de la actual situación.

      Por efectos de la dinámica de los sucesos, llegó el momento en que las reservas activas diseñen mecanismos para participar activamente en la solución de problemas acumulados, para los cuales la ya desgastada dirigencia, no ha sabido ni podido formular soluciones, con la circunstancia agravante que la “oposición” armada y desarmada de la izquierda, solo ha pensado en el parasitismo, la exigencia desmedida sin aportar nada a la solución de los problemas y la desaforada legitimación del narcoterrorismo comunista contra Colombia.

      Igual que en otras las épocas de dificultades estructurales, el pueblo colombiano clama por la aparición de lideres con proyectos, no de gamonales, ni de caudillos, ni de politiqueros corruptos, convertidos entre los de su especie en prohombres. Cuando un cuerpo se mueve bien en un entorno, es porque la cabeza está centrada y orientada con visión futurista, cuando falla en muchos aspectos es porque está desenfocado. Ni mas ni menos…

      Coronel Luis Alberto Villamarín Pulido

      Especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional. Autor de 36 libros sobre estos temas

       www.luisvillamarin.com

 

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