Para vencer incertidumbre generada por Petro: Consolidar oposición seria con proyecto político de largo aliento

Publicado: 2022-07-26   Clicks: 368

       

      La infortunada combinación de decrepitud de los partidos políticos tradicionales, crisis de unidad en el Centro Democrático, corrupción y politiquería en otros “partidos de derecha”, probada inferioridad de Rodolfo Hernández ante el reto que le impuso el destino y del cual ni siquiera ha debido ser el abanderado, así como la universalizada ausencia de liderazgos con visión estratégica agudizados tras la pandemia del Covid-19, son vectores de un solo problema, que articulan una sumatoria de factores, los cuales han conducido a la población colombiana medianamente instruida en temas de cultura política, a un innegable estado de incertidumbre, desazón y dudas acerca de las muy probables medidas dictatoriales de un sujeto, que siempre ha destilado tales ínfulas.

        Habilidoso, trapacero y alineado con la estratagema castrista para imponer el comunismo en el continente, Petro ha venido desarrollando las instrucciones de la cartilla cubana. Anuncios de cambio del “viejo orden capitalista” por la imposición de un paraíso de miserias comunistas, e incitación a la violencia contra quien lo cuestione pues él es la “encarnación del pueblo”, y todo esto, sobre la base de sus tres credos fundamentales: Odio ilimitado contra las Fuerzas Armadas, destrucción de la empresa privada estatizando la economía y desconocimiento de la independencia de poderes.

       No obstante una cosa piensa Petro y otra la que el pueblo colombiano le permitirá hacer. Por ende, acostumbrado a pisotear las normas, a manipular con la mecánica del victimario comunista que por tergiversación dialéctica se convierte en víctima de los capitalistas, Petro intentará pasar por encima de todos y de todo, para instaurar un régimen comunista en Colombia.

      Para evitar semejante tragedia y retroceso a la era terciaria de la política, es necesario pasar de las palabras a las acciones. Así como Petro utilizó la calle y la propaganda permanente con sus bodegas de engatusados jóvenes que desconocen su pasado criminal como integrante de una banda terrorista, es obvio que allí debe estar el complemento físico a la oposición política que probablemente será tibia en el parlamento, los medios y las redes sociales.

      Dada esa realidad, es necesario partir de una realidad: Las decisiones con las que Petro ya está agrediendo la libertad, el orden y las leyes comenzaron por sus cuestionados y cuestionables nombramientos para altos cargos del Estado, son hechos políticos, los cuales solamente pueden ser contrarrestdos cuando los concibe solamente un partido y se entrelazan en una estrategia.

       Han pasado casi cinco semanas desde cuando Colombia cometió el más grave error de su historia política eligiendo a Petro, pese a su personalidad de sátrapa y su cercanía con regímenes corruptos y dictatoriales de los cuales se declara admirador y defensor.

       Debido a las deficiencias ya anotadas, la incertidumbre funge como un árbol que no deja ver el bosque. Algo que Petro y sus asesores saben muy bien. Por ende, se han encargado no solo de explotar la débil o ninguna oposición que tienen a la vista, sino a sembrar la guerra sicológica de la desazón, para que al mejor estilo de las estratagemas internas de Putin en Rusia, el pueblo colombiano termine por plegarse ante la voluntad petrista. Sicología populista y propagandista de masas, aprendida de manuales soviéticos de guerra sicológica.
        Ante un panorama tan adecuado para que germine el socialismo del siglo XXI en Colombia, una elección lógica de estrategia política del más alto nivel, infiere que urge transitar de los chats en las redes sociales, a las respuestas coherentes y contundentes, situación correctiva, que pasa por construir un partido político descontaminado de politiqueros tradicionales y comunistas, pues son ellos quienes desde sus respectivas orillas de corrupción y violencia, han llevado a Colombia a la actual crisis.

       No en vano, en las anteriores elecciones, los colombianos votaron en contra de tan arraigada descomposición política. Infortunadamente el candidato de la derecha no daba la talla, ni tenía como contrarrestar los artilugios y manipulaciones mediáticas de la campaña izquierdista y de la taifa de corruptos tradicionales, que se pegaron a ese tren de desgracias contra el necesario rumbo geopolítico de Colombia.

       Como no hay que llorar sobre la leche derramada, sino desplegar iniciativa, creatividad y consistencia, urge la necesidad de crear un movimiento político serio, sólido y proyectado en el tiempo como un generador de cuadros políticos, capaz de construir un proyecto de Estado a largo plazo y edificar la nación que debe ser Colombia.

        Con paciente laboriosidad y seriedad académica la Fundación Excelencia, Liderazgo y Transformación ha estado construyendo una propuesta política cimentada en objetivos nacionales, políticas de Estado, políticas de gobierno y proyectos, articulados por un plan estratégico, con una visión diferenciada de la forma tradicional de configurar la dinámica política en nuestro país.

      El rumbo está trazado. Colombia lo exige y lo necesita. El tiempo apremia. Cada día que ganen Petro y sus cómplices sin tener oposición seria y sostenida, y sin presencia de los colombianos en la calle protestando por lo que sin duda será su desgobierno, se configurará la reedición actualizada a la colombiana, de la desgracia venezolana.

       Síntesis: Menos palabras y más acción opositora. Para vencer la incertidumbre generada por Petro: Consolidar una oposición seria con proyecto político de largo aliento

 

Teniente coronel Luis Alberto Villamarin Pulido

Autor de 40 libros de geopolítica, estrategia y defensa nacional

www.luisvillamarin.com

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